Otramina - Vereda Balsalito - Titiribí (S537)

En bus de transporte intermunicipal nos dirigimos a la población de nombre Titiribí, localizada al suroeste de la ciudad de Medellín. Allí, en el parque, contratamos un vehículo denominado "moto-ratón" que nos llevó hasta el parque de la vereda Otramina del municipio de Titiribí. Es un recorrido por carretera, de unos 5 km, el cual también puede hacerse a pie como parte de la caminada, si se dispone de las fuerzas suficientes. En Otramina (1.617 msnm), de casualidad nos encontramos con el señor Raúl Ramirez quien nos explicó como hacer el recorrido que pretendíamos. Se trata de un jubilado, amante de la cacería y por tal circunstancia muy conocedor de los caminos que existen en esta región. De acuerdo con lo que pudimos investigar, Otramina fue el lugar de paso del camino que a principios del siglo pasado comunicaba a Medellín con el suroeste antioqueño, por tal motivo, el poeta León de Greiff, quien trabajó como contador durante la construcción del Ferrocarril de Antioquia en el tramo entre Amagá y Bolombolo, tuvo que pasar por allí para ir al sitio de trabajo y en el año 1926 escribió el poema denominado Relato de Ramón Antigua, que comienza con el siguiente verso: "En el alto de Otramina, ganando ya para el Cauca, me topé con Martín Vélez en qué semejante rasca, me topé con Toño Duque, montado en su mula blanca, me topé con Mister Grey, el de la taheña barba". En este lugar también se encuentra una capilla que en su parte externa tiene una placa de mármol, que informa que en el sitio estuvo antes la taberna de Emiliano Taborda, en la cual dos grandes trovadores antioqueños, los señores Ñito Restrepo y Salvo Ruiz, en ocasiones se encontraban para trovar. Como recuerdo de ellos, en la placa de mármol está escrita la siguiente trova:" Contéstame Salvo Ruiz, que le voy a preguntar, ¿Cómo pariendo la Virgen, doncella pudo quedar? Respondió Salvo Ruiz: Oígame Doctor Restrepo, que le voy a contestar: tire una piedra en el agua, abre y se vuelve a cerrar. Y así, pariendo la Virgen, doncella pudo quedar." O sea que se trata de un lugar lleno de historia, que es digno de visitar. La caminada la iniciamos descendiendo hacia el suroeste por una carretera, hasta llegar a un puente sobre una quebrada. Después continuamos por un camino en ascenso, por el borde de una casa, en dirección nordeste. Por este camino llegamos a la parte alta de la zona, en donde se encuentra una casa de muy buen diseño. Continuamos por la entrada de esta casa y pasamos su portal de entrada y llegamos a una carretera veredal, por la cual continuamos hacia la izquierda, nuevamente en dirección suroeste. A los 1.2 km de recorrido encontramos a la izquierda el arranque de un camino, el cual ensayamos pero llegamos a la conclusión de que no nos servía y regresamos a la carretera por la cual continuamos en ascenso. Al completar dos kilómetros de recorrido por la carretera, encontramos a mano derecha la entrada a una finca, muy notoria la misma, porque es una entrada con grandes palmeras en sus orillas. Nosotros continuamos por la carretera en descenso suave y a los 2.5 km de recorrido encontramos la finca La Celina, en la cual tienen unos perros bravos y aunque la carretera sigue por la parte externa de la finca, se debe tener cuidado al pasar, alertando a los habitantes de la casa, para que eviten que los perros salten la cerca. Al completar 3 km de recorrido y después de pasar por un lado de una alberca con agua que surte la casa de una finca, abandonamos la carretera y continuamos a la derecha por un camino. Más adelante nos dimos cuenta que se trata de una carretera abandonada, que no está en uso y con el paso del tiempo se ha convertido en camino. Siguiendo siempre el camino, en ascenso suave, a los 3.9 km encontramos un broche y una alberca. A partir de este sitio continuamos por el camino, ya en descenso y a los 5.9 km abandonamos el camino-carretera y continuamos a la izquierda por un camino en ascenso, muy definido al principio, pero unos 200 metros adelantes la huella del mismo desaparece. Por lo anterior tuvimos un momento de incertidumbre, hasta que finalmente encontramos de nuevo el camino. La recomendación para los que hagan este recorrido es que sigan potrero arriba, sin desviarse como lo hicimos nosotros. A los 6.9 km de recorrido encontramos una casa habitada. A partir de ella el camino es muy definido y siempre en ascenso, con pendiente del 22%, hasta llegar al alto de Los Naranjos, a los 8.8 km de recorrido y a 1.997 metros sobre el nivel del mar. Por consiguiente el ascenso realizado desde el lugar más bajo fue de 451 metros. En este alto se encuentra a mano derecho un camino que va para el alto Candelas, en la vereda La Meseta del municipio de Titiribí. Quienes deseen hacer un recorrido más largo, pueden tomar este camino, al principio en ascenso y luego de una travesía hasta encontrar a los 3 km el alto Candelas. A partir de este sitio se descienden unos 3 km por un camino empedrado, hasta llegar al parque de Titiribí. Nosotros continuamos en descenso por el camino que va a la finca La Ermita y termina en la carretera que une a Otramina con Titiribí, en el sitio El Edén. El camino es muy definido y a los 10.8 km de recorrido encontramos una carretera veredal que viene de Otramina y sigue por predios de la hacienda La María, hacia su casa principal. Decidimos innovar continuando a la derecha por el carreteable, después de pasar una puerta reja y no hacer el descenso hacia el sitio El Edén. Tomamos esta ruta porque unos trabajadores nos dijeron que no había problema con el paso por la finca, sin embargo, ya al final, a los 12.8 km de recorrido, encontramos las instalaciones de una empresa minera y una puerta reja con candado que impide el paso a los particulares. Afortunadamente íbamos con el señor Luis Fernando, mayordomo de la finca La María y éste nos abrió y nos indicó como seguir por un camino en descenso y después de pasar un puente de madera sobre una quebrada, continuar por calles de Titiribí hasta llegar a su parque principal (1.556 msnm) al completar 13.9 km de recorrido. Esta caminada la hicimos Rodrigo Rueda y Serafín Rueda.