Navascués: Foz de Benasa

Navascués: Foz de Benasa

Hoy nos adentraremos en la Foz de Benasa, cercana a Navascués. Una zona poco transitada y de gran valor ecológico.
Una ruta a la sombra de la densa vegetación que reviste las paredes del barranco y con la presencia del río que ha esculpido esta garganta, con sus aguas transparentes turquesas, formando pozas y pequeñas cascadas.

Para hacer la ruta, según en qué época estamos, habrá que calzar unas botas de agua, ya que hay varios tramos donde hay que cruzar el pequeño río que ha moldeado esta garganta. En verano, cuando el río lleva menos caudal, no suele ser preciso, de hecho nosotros pudimos vadear el río sobre piedras y con ayuda de unos cables metálicos instalados para facilitar en vadeo, sin meternos en el agua.

Es una ruta ideal para hacer en verano cuando el calor aprieta. Vamos todo el tiempo a la sombra y nos podemos refrescar en las pozas que nos vamos encontrando. Nada más empezar el recorrido, hay un área recreativo con una gran piscina natural.

DESCRIPCIÓN:
En las afueras de Navascués aparcamos el coche, siguiendo las indicaciones de Google Maps al "Aparcamiento del área recreativa de Benasa" .

Nos acercamos al merendero con su gran piscina natural, para cruzar sobre un puente a la otra orilla, donde continuamos andando por un ancho camino en dirección a la Foz.
Poco después de pasar un poste indicador, cruzamos por primera vez el río, en nuestro caso en verano por su lecho seco.

Al poco rato llegamos a la entrada de la foz, donde nos encontramos ya con una primera poza espectacular y acto seguido entramos al barranco entre las paredes que se erigen sobre nosotros formando un estrecho desfiladero.
Una vez en el interior de la foz, las paredes se separan, formado un pequeño valle, fruto de la erosión, cubierto de densa vegetación. Por el fondo de la foz discurre el río dando saltos entre las pozas. Avanzamos por un bonito sendero paralelo al río.
Cruzamos el río en tres ocasiones con ayuda de una sirga y a lo largo del camino veremos pequeñas cascadas y pozas junto a los arboles y piedras cubiertos de musgo y líquenes.
Cuanto más caudal lleva el río, más espectaculares.
En nuestro caso en verano había poco caudal y después de cruzar el segundo puente incluso desaparecía el agua para reaparecer en el tercer vado, pero aún así el paisaje parece sacado de un cuento de hadas.
Tras cruzar por tercera vez el río, la senda se aleja de él para ascender a la parte alta de este cañón.
En este punto nos damos la vuelta, aunque el sendero continúa todavía varios kilómetros más por la foz.
Durante el camino de vuelta en varias ocasiones nos acercamos desde la senda al río para disfrutar de sus pozas.

En resumen, un recorrido precioso apto para todos los públicos (en verano), ideal también para hacerlo con niños. En otra época del año, llevando el río más caudal, tendremos que ir preparados para atravesar el agua.