Navarra. Parque Natural del Señorío de Bertiz: Ruta Iturburua
near Oronoz-Mugairi, Navarra (España)
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Itinerary description
El Parque Natural del Señorío de Bertiz se encuentra al noroeste de Navarra, ocupando el extremo oriental de Bertizarana o valle de Bertiz. Tiene una extensión de 2.040 ha y una forma más o menos elíptica, alargada de sur a norte, que se extiende entre el río Bidasoa al sur y los términos de Oieregi, también perteneciente al municipio de Bertizarana al oeste, Etxalar al norte y Baztán al este.
La abundancia de agua se manifiesta en el Parque en sus numerosas fuentes y en el goteo permanente que rezuma de las paredes rocosas o de su vegetación, formando enseguida pequeños arroyuelos que surcan las orillas de los caminos y se precipitan formando una tupida red que va alimentando arroyos mayores hasta llegar a formar potentes regatas.
Dos de ellas, la de Suspiro y la de Aintsoro, son las que reciben la mayor parte del agua que circula por el interior del Parque. La primera recoge las aguas de la regata Irratarazu y, tras su unión, recibe el nombre de Suetxeberriko Erreka. La segunda nace fuera del Parque con el nombre de Artolako Erreka, recibe las aguas de multitud de pequeñas regatas y, después de confluir con la regata Agote, toma el nombre de Aintsoro Erreka, que, ya con ese nombre, recibe también por su izquierda las aguas de la regata Arbera.
Estas dos grandes regatas -Suetxeberri y Aintsoro- se unen poco después para formar la Regata Grande, también denominada regata de Bertiz. Ya con este nombre va recogiendo a las regatas Arbaistegi, Artzaiturrieta, Otsobide, Elortzuri y Aranea antes de desembocar, cerca de la capilla del Palacio, en el Bidasoa.
Una de las cosas que más llama la atención del visitante, dejando de lado la espectacularidad del Jardín, es el bosque: bosque atlántico, con el valor añadido de ser un bosque mixto con un grado de naturalidad elevado, esto es, un bosque mucho menos transformado por el hombre que los de su entorno, gracias a su situación en una cuenca cerrada y a la decidida actitud de conservación de su anterior propietario, Pedro Ciga.
La ruta de hoy nos llevará a recorrer una de las sendas más características de este parque, la senda Iturburua. Se trata de un recorrido de 6,5 kilómetros que comienza en la pista principal del parque natural, junto a un horno de cal y la reproducción de una carbonera, y llega hasta el nacedero de un pequeño arroyo. La ruta recibe este nombre, Iturburua-Bertiz, ya que en euskera “iturburua” significa ‘nacedero’. El primer tramo discurre por una zona de plataneros de sombra y roble americano. Tras la única subida pronunciada del camino, comienza un trecho en las penumbras del hayedo. Finalmente, termina en la cascada de Suspiro, un salto de agua donde, debido a la humedad del suelo, el senderista se encontrará con alisos, fresnos y helechos frente a las hayas y robles que dominaban la primera parte del recorrido.
Durante el recorrido, nos iremos encontrando con diferentes paneles interpretativos que explican algunos de los usos tradicionales del bosque como el carboneo, el pastoreo o construcciones pequeñas para el almacenaje de castañas.
La historia del Señorío de Bertiz se remonta a la Edad Media, al siglo XIV, con Pedro Miguel de Bertiz como primer propietario conocido. El señorío se heredó de generación en generación hasta 1884, cuando un vecino de Narbarte, localidad situada a 2 km de distancia, lo adquirió para luego donárselo a su hijo Felipe Oteiza. En 1898, la adquirieron los últimos propietarios particulares: Pedro Ciga Mayo y Dorotea Fernández. Cuando Ciga murió, en 1949, dejó la finca a Navarra y en su nombre a la Diputación Foral con la exigencia de que la conservarían sin variar sus características. De este modo, en 1984 el Señorío fue declarado Parque Natural.
Índice IBP de la ruta
La abundancia de agua se manifiesta en el Parque en sus numerosas fuentes y en el goteo permanente que rezuma de las paredes rocosas o de su vegetación, formando enseguida pequeños arroyuelos que surcan las orillas de los caminos y se precipitan formando una tupida red que va alimentando arroyos mayores hasta llegar a formar potentes regatas.
Dos de ellas, la de Suspiro y la de Aintsoro, son las que reciben la mayor parte del agua que circula por el interior del Parque. La primera recoge las aguas de la regata Irratarazu y, tras su unión, recibe el nombre de Suetxeberriko Erreka. La segunda nace fuera del Parque con el nombre de Artolako Erreka, recibe las aguas de multitud de pequeñas regatas y, después de confluir con la regata Agote, toma el nombre de Aintsoro Erreka, que, ya con ese nombre, recibe también por su izquierda las aguas de la regata Arbera.
Estas dos grandes regatas -Suetxeberri y Aintsoro- se unen poco después para formar la Regata Grande, también denominada regata de Bertiz. Ya con este nombre va recogiendo a las regatas Arbaistegi, Artzaiturrieta, Otsobide, Elortzuri y Aranea antes de desembocar, cerca de la capilla del Palacio, en el Bidasoa.
Una de las cosas que más llama la atención del visitante, dejando de lado la espectacularidad del Jardín, es el bosque: bosque atlántico, con el valor añadido de ser un bosque mixto con un grado de naturalidad elevado, esto es, un bosque mucho menos transformado por el hombre que los de su entorno, gracias a su situación en una cuenca cerrada y a la decidida actitud de conservación de su anterior propietario, Pedro Ciga.
La ruta de hoy nos llevará a recorrer una de las sendas más características de este parque, la senda Iturburua. Se trata de un recorrido de 6,5 kilómetros que comienza en la pista principal del parque natural, junto a un horno de cal y la reproducción de una carbonera, y llega hasta el nacedero de un pequeño arroyo. La ruta recibe este nombre, Iturburua-Bertiz, ya que en euskera “iturburua” significa ‘nacedero’. El primer tramo discurre por una zona de plataneros de sombra y roble americano. Tras la única subida pronunciada del camino, comienza un trecho en las penumbras del hayedo. Finalmente, termina en la cascada de Suspiro, un salto de agua donde, debido a la humedad del suelo, el senderista se encontrará con alisos, fresnos y helechos frente a las hayas y robles que dominaban la primera parte del recorrido.
Durante el recorrido, nos iremos encontrando con diferentes paneles interpretativos que explican algunos de los usos tradicionales del bosque como el carboneo, el pastoreo o construcciones pequeñas para el almacenaje de castañas.
La historia del Señorío de Bertiz se remonta a la Edad Media, al siglo XIV, con Pedro Miguel de Bertiz como primer propietario conocido. El señorío se heredó de generación en generación hasta 1884, cuando un vecino de Narbarte, localidad situada a 2 km de distancia, lo adquirió para luego donárselo a su hijo Felipe Oteiza. En 1898, la adquirieron los últimos propietarios particulares: Pedro Ciga Mayo y Dorotea Fernández. Cuando Ciga murió, en 1949, dejó la finca a Navarra y en su nombre a la Diputación Foral con la exigencia de que la conservarían sin variar sus características. De este modo, en 1984 el Señorío fue declarado Parque Natural.
Índice IBP de la ruta
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