Nava de Cabra. Pico Lobatejo. Chorreras. Picacho de Cabra (circular por la Sierra de Cabra)

Empezamos este frío y ventoso día en el aparcamiento de la Nava de Cabra, al inicio del señalizado Sendero del Río Bailón. Bajamos por el sendero hacia el Polje de la Nava, una preciosa y pantanosa llanura, donde corren multitud de arroyos, excepto en estío. Seguimos el camino en dirección al Lobatejo. Pasamos varios cortijos, cada uno con su fuente. La más bella es la Fuente del Navazuelo.

Yo seguía el track de PJCastro (de 2014) y decidí subir por el mismo sitio que él, a pesar de que en algunos comentarios la gente decía que por aquí había problemas con alambradas. La realidad, al subir, no tuve problema. Cerca del cortijo de Navazuelo hay una alambrada, o más bien hubo. Allí donde se supone que debería haber una puerta, no la hay. Ni siquiera está la puerta o la malla tirada. Tuve el acceso libre al lapiaz del Lobatejo. No hay sendero de subida, pero las curvas de nivel no son desagradables. La subida es trabajosa y hay que tener cuidado porque hay calizas muy afiladas. Un mal paso podría suponernos un buen corte en el tobillo o en el gemelo. Pero la subida es sencilla si se busca el Collado de Navazuelo rodeando un poco el cerro que da al cortijo que en nada nos interesa subir. Desde el collado no hay pérdida: hacia arriba. Ningún paso áereo y ni complicado, ninguna trepada. Piso dificultoso y ya está. Arriba hay buenas vistas de los alrededores (ver waypoint de la cima), pero la temperatura debía rondar los -5ºC (o al menos la sensación térmica) y pronto emprendí regreso buscando un camino que atraviesa un bonito quejigal. Tuve que dar algo de rodeo pues al ganado vacuno no pareció agradarle mucho mi presencia.

¡¡¡ATENCIÓN!!! Este camino de bajada es que el que, según vi en algunos comentarios, debería cogerse para subir y bajar; o al menos a la propiedad de la finca le molestaba menos, porque se supone que se puede acceder por una puerta abierta. La realidad es que yo me la encontré cerrada. Ni siquiera me dio tiempo a buscar si había alguna portilla abierta, porque coincidí con dos trabajadores que subían comida a las vacas ayudados por una pareja de mulos. Después de preguntarme por donde había subido y de afearme que me hubiera salido del camino y saltado una supuesta alambrada para subir (que les aseguré que no existía), me abrieron gentilmente la puerta. Fueron amables conmigo "pues se ve que tu intención es buena", esa es la realidad. Repito, no me dio tiempo a buscar la supuesta portilla de paso, pues ellos me abrieron la puerta, de unos 1,5 metros de altura, fácilmente salvable.

Vuelvo a la pista y la sigo. Al rato me doy cuenta de que el track que sigo se desvía del camino para buscar el arroyo, salvando la alambrada muy cerca de este. No debí hacerlo, no debí apartarme del camino, pues se puede salvar la alambrada por una puerta que hay en él. Una vez pasada esta, llegar a las Chorreras es tan sencillo como seguir el cauce del Arroyo Fuenseca, muy bello, por cierto. Al poco llegamos a la primera chorrera y poco después a la segunda. No traía el arroyo mucha agua, pero con más caudal son impresionantes.

Sigo el cauce hasta una de las pistas principales de la Nava, la vereda Marchaniega, que supera el Río Bailón por un puente. ¡¡¡ATENCIÓN!!! Desde éste, tenía previsto alcanzar el Sumidero del Bailón y, después, subir el Picacho de Cabra desde el Puerto del Robledo. Pero me fue imposible. Al poco me encontré con una malla de más de 2 metros de altura. Busqué el paso que usó PJCastro en su día y lo encontré cerrado y con un cartel extremadamente amenazante. Volví sobre mis pasos hasta el puente.

Sigo por el camino, contrariado por no poder ver el Sumidero del Bailón y no poder subir el Picacho por su cara norte. Al poco encontré una puerta abierta que prometía con darme paso hasta el Puerto del Robledo e intentar subir el Picacho por donde pretendía, pero fue imposible vadear uno de los cauces de la Nava. Desisto, y vuelvo al camino para subir el Picacho por el sendero oficial (por el que solo pretendía bajar). Llego al aparcamiento donde tengo el coche y continuo aproxidamente un km por la carretera. Pronto llego al inicio del bonito sendero zigzagueante que te lleva arriba, al punto más alto del Picacho. La ermita cierra en pandemia, pero la subida merece la pena por las vistas. Horconera, Alhucema y Gallinera se pueden tocar con la mano. Buenas vistas también del Lobatejo, al que visitamos al principio de la ruta. En días con buena visibilidad, se prometen vistas a Sierra Nevada, Maroma, entre otros. Solo queda desandar un par de kilómetros hasta el aparcamiento.