Murallas y Arcos de Chincoya (14-05-23)

Esta ruta se inicia en la Venta del Pino. Atravesamos el Guadalquivir por Puente Ortega y seguimos el carril que en continuo ascenso, salpicado de cortijos, nos lleva hasta el final de la zona antropizada. Ahora dejamos el carril para adentramos, siguiendo senderetes de animales, en una espesura de monte bajo hasta alcanzar una entrada a la Lancha del Pueblo. Este tramo es el peor de la ruta. Seguimos un senderete estrecho de animales que a veces se pierde, otras de bifurca y a menudo nos hace que trepemos por alguna roca. La vuelta la hacemos por el mismo sitio y nos resulta bastante más fácil. Una vez arriba las vistas de la otra vertiente son espectaculares. Impresiona el barranco del arroyo Chillar y sobre él distinguimos en primer término la Piedra de la B, el mirador del Tapaero , la pista que lleva a los Vadillos, el morro del collado del Agua de los Perros y el cortijo de los Ribera. Descendemos unos metros por la Lancha para evitar terreno rocoso y nos aproximamos al borde para impresionarnos con el barranco del Chillar.
Antes de llegar a los restos de lienzo de murallas nos topamos con algún resto de muro antiguo, una cuevecilla y la sima de 52 m. Esta sima es muy peligrosa, es un tubo vertical estrecho que cae a plomo.
Ya en las murallas observamos una puerta de entrada y los restos de lo que fue una fortaleza defensiva musulmana aprovechando la geología del terreno. Un perfecto otero que dominaba los caminos de la zona. Sigo unos 200 m en dirección oeste hasta visitar los Arcos, agujeros en la roca que dan mucho juego visual. Vuelvo sobre mis pasos y retomo con mis compañeros la vuelta por la misma senda. Tenía previsto visita el Rajón de la Cuna pero como olvidé la linterna en el coche decidimos dejarlo para la próxima ocasión.
Una vez abajo, en el carril de las olivas, nos acercamos a visitar el cortijo del Peñón. Allí nos reciben sus dueños, Julio y Gloria, y mantenemos una entretenida conversación. La bajada hasta el coche es cómoda y cansina por el carril. Como dicho carril está en buen estado para un turismo, por la mañana decidimos subir 2,4 km hasta el cortijo de Gonque, según el ING, para acortar este tramo e invertirlo en la Lancha del Pueblo y alguna variante estando arriba. Y fue un acierto.
Resumiendo, desde el Guadalquivir se accede a las Murallas cómodamente por carril exceptuando el tramo de monte hasta la subida a la Lancha. Está la vegetación muy cerrada y hay pendiente. Arriba las vistas son espectaculares y hay muchas cosas que ver. Y posibilidad de ampliar la ruta. Con el club de senderismo Los Escuderos de Rus (Jaén).