Monumento Natural Nacimiento de Riofrío y Nacimiento del Atajea o Río Salado
near Riofrío, Andalucía (España)
Viewed 602 times, downloaded 32 times
Trail photos
Itinerary description
Hoy nos acercamos a Riofrio para realizar una bonita ruta en la que visitamos el nacimiento de los dos ríos que pasan por este pueblo, el del Río Atajea o Salado y el del propio Riofrio (el entorno de este último pertenece a la red de espacios naturales protegidos de Andalucía con categoría de Monumento Natural desde 2019). Para ello comenzamos a caminar entre la piscifactoría y el río Salado, en cuyo margen intentamos mantenernos en todo momento. De hecho, llegamos a un lugar indicado como intersección, en el que nos desviamos del sendero con el único fin de permanecer cerca del cauce, pero no aconsejo seguir ese ejemplo ya que la orilla está cubierta de vegetación y hay que caminar por los márgenes de tierras de cultivo, sin que ello aporte nada de interés. Pronto volvemos al sendero oficial y cruzamos el río por un destartalado puente que todavía cumple su función. Desde aquí caminamos un kilómetro en un carril que nos conduce por una zona de cortijos, algunos en ruinas y otros habitados, hasta el desvío que nos indica la senda del nacimiento del río Atajea.
Accedemos a una zona muy bonita en la que hay un pequeño salto de agua y una acequia que discurre por un acueducto totalmente tapizado de enredaderas. Se trata de un lugar adecuado para tomar un descanso y hacer un buen montón de fotografías. Cruzamos por la parte superior del acueducto hacia la acequia y seguimos su curso durante unos cientos de metros; en la otra orilla vemos los restos de un camino que hubo en otros tiempos y que debe haber sido arrastrado por alguna riada. Llegamos a una abundante surgencia que resulta ser el nacimiento del río, tras la que ya podemos incorporamos al cauce. Seguimos un rato por el cauce seco, aunque en muchos sitios está embarrado y los pies se hunden hasta los tobillos, hasta llegar a un pequeño cañón. En este punto podríamos haber seguido por el meandro que traza el río y acceder a la barriada de Atajea, pero nosotros preferimos ponernos las sandalias de agua y volver sobre nuestros pasos para disfrutar de un tramo de ruta acuática. Caminamos por el mismo río, que en pocas ocasiones sobrepasaba la altura de los gemelos en lo que resultó ser un tramo maravilloso, que fue el momento más divertido de la ruta.
Volvemos al sendero en un puente que hay justo al lado del desvío al Nacimiento y tras poner nuevamente el pantalón y los zapatos, nos dirigimos a la barriada de Atajea. Nuestra idea era hacer una ruta circular por Venta del Rayo, pero las obras del AVE han cortado varios caminos, así que primero tuvimos que dar la vuelta a unos cientos de metros de Atajea; después vimos otro camino alternativo que nos llevaba por la carretera hasta coger el carril que habíamos planificado, pero volvimos a dar en hueso y nuevamente nos encontramos con el sendero cortado. En estos dos intentos recorrimos unos 3 kilómetros que nos hicieron perder más de una hora y entrar en plena canícula. Tomamos la decisión de volver por donde habíamos venido y buscar un desvío al nacimiento de Riofrío.
El nacimiento del río (o mejor dicho los nacimientos, ya que en esa zona confluyen varias surgencias que forman el Riofrio) no tiene mayor interés, pero pronto accedemos a una enorme acequia en desuso, a través de la cual entramos en otro mundo totalmente diferente a todo lo que habíamos recorrido. Se trata del canal de alimentación de una serie de molinos situados en el margen del río, de los que quedan numerosos vestigios; pero lo más impresionante es ver como el agua surge de todos los rincones, aumentando el caudal del Riofrio de forma progresiva y sobre todo como la vegetación se ha ido adueñando del entorno, creando rincones de un atractivo arrebatador. Nos detenemos un sin fin de ocasiones intentado absorber toda esa belleza, que se termina de una forma abrupta, cono si del despertar de un sueño se tratara. Cruzamos una carretera para continuar por un bonito sendero que bordea el río, pero que en comparación nos parece trivial y la ruta termina al entrar nuevamente en el pueblo a través de un viejo puente romano.
Accedemos a una zona muy bonita en la que hay un pequeño salto de agua y una acequia que discurre por un acueducto totalmente tapizado de enredaderas. Se trata de un lugar adecuado para tomar un descanso y hacer un buen montón de fotografías. Cruzamos por la parte superior del acueducto hacia la acequia y seguimos su curso durante unos cientos de metros; en la otra orilla vemos los restos de un camino que hubo en otros tiempos y que debe haber sido arrastrado por alguna riada. Llegamos a una abundante surgencia que resulta ser el nacimiento del río, tras la que ya podemos incorporamos al cauce. Seguimos un rato por el cauce seco, aunque en muchos sitios está embarrado y los pies se hunden hasta los tobillos, hasta llegar a un pequeño cañón. En este punto podríamos haber seguido por el meandro que traza el río y acceder a la barriada de Atajea, pero nosotros preferimos ponernos las sandalias de agua y volver sobre nuestros pasos para disfrutar de un tramo de ruta acuática. Caminamos por el mismo río, que en pocas ocasiones sobrepasaba la altura de los gemelos en lo que resultó ser un tramo maravilloso, que fue el momento más divertido de la ruta.
Volvemos al sendero en un puente que hay justo al lado del desvío al Nacimiento y tras poner nuevamente el pantalón y los zapatos, nos dirigimos a la barriada de Atajea. Nuestra idea era hacer una ruta circular por Venta del Rayo, pero las obras del AVE han cortado varios caminos, así que primero tuvimos que dar la vuelta a unos cientos de metros de Atajea; después vimos otro camino alternativo que nos llevaba por la carretera hasta coger el carril que habíamos planificado, pero volvimos a dar en hueso y nuevamente nos encontramos con el sendero cortado. En estos dos intentos recorrimos unos 3 kilómetros que nos hicieron perder más de una hora y entrar en plena canícula. Tomamos la decisión de volver por donde habíamos venido y buscar un desvío al nacimiento de Riofrío.
El nacimiento del río (o mejor dicho los nacimientos, ya que en esa zona confluyen varias surgencias que forman el Riofrio) no tiene mayor interés, pero pronto accedemos a una enorme acequia en desuso, a través de la cual entramos en otro mundo totalmente diferente a todo lo que habíamos recorrido. Se trata del canal de alimentación de una serie de molinos situados en el margen del río, de los que quedan numerosos vestigios; pero lo más impresionante es ver como el agua surge de todos los rincones, aumentando el caudal del Riofrio de forma progresiva y sobre todo como la vegetación se ha ido adueñando del entorno, creando rincones de un atractivo arrebatador. Nos detenemos un sin fin de ocasiones intentado absorber toda esa belleza, que se termina de una forma abrupta, cono si del despertar de un sueño se tratara. Cruzamos una carretera para continuar por un bonito sendero que bordea el río, pero que en comparación nos parece trivial y la ruta termina al entrar nuevamente en el pueblo a través de un viejo puente romano.
Waypoints
You can add a comment or review this trail
Comments