Monte Velha desde Chã das Caldeiras, (Isla do Fogo, Cabo Verde)

Travesia que iniciamos en nuestro alojamiento en Chã das Caldeiras, al pie del Pico do Fogo y finalizamos en Pai Antonio. Alli nos recogió el vehículo que nos trasladó hacia Mosteiros. Es posible realizar este último tramo andando pero parece que transcurre por camino asfaltado, lo que reduce su interés. Para atravesar la zona de Monte Velha es necesario pagar una pequeña cantidad. Ignoramos el importe exacto puesto que formaba parte del coste global que habíamos pagado a la agencia Oi Cabo Verde por nuestro viaje a estas islas.




Por lo que he podido leer en Wikipedia, Monte Velha es el área que recibe más lluvia de la isla do Fogo. La verdad es que se trata de una zona con muchos cultivos y vegetación que contrasta con el paisaje de Chã das Caldeiras, absolutamente influído por las erupciones volcánicas.

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La ruta transcurre durante algo más de 2 km. por la carretera que circunvala Cha das Caldeiras y el núcleo de Bangaeira que fue parcialmente destruída al igual que el núcleo citado, en la erupción de 2014. La carretera está adoquinada. A lo largo de los primeros km. de la caminata tendremos ocasión de encontrarnos con grupos de jóvenes que se dedican a romper las rocas basálticas a base de martillazos para obtener los adoquines que después se utilizan para reconstruir la carretera. Se trata de una dura actividad que realizan a altas temperaturas. Según nos dijo el guía, este trabajo es algo menos duro de lo que parece debido a que estas personas reconocen la parte más débil de las roca basáltica y saben como golpear en ella con su martillo, limitando el esfuerzo físico.




El trayecto por Chã das Caldeiras nos ofreció además de lo explicado en el párrafo anterior otras imágenes interesantes; en los últimos 60-70 años esta zona ha sufrido diversas erupciones volcánicas. Pueden apreciarse las superposiciones de lava que se produjeron con cada erupción. Es impresionante ver la altura que alcanzan estas sucesivas capas se lava. Pero las erupciones no se limitaron a ir elevando metros al suelo de la zona; la última, la de 2014, arrasó las viviendas de los núcleos de Portela y Bangaeira. Impresiona ver el desastre que causó el Pico do Figo en las viviendas, cubriéndolas casi por completo pero aún impresiona más observar como los residentes de la zona insisten en continuar viviendo en ella a pesar de la alta probabilidad de que el volcán vuelva a destruir sus precarias propiedades en un futuro..




Abandonada la zona volcánica, entramos en un sector donde predomina el eucaliptus. Se camina por una pista muy ancha en perfecto estado que está siendo acondicionada para ser la futura carretera que facilite el abandono de la caldera en el supuesto de nuevas erupciones volcánicas.




Paulativamente va aumentando la vegetación. A partir de una determinada altitud empiezan a aparecer plantaciones se cafetales que, a medida que descendemos, se van alternando con plataneras. La mayoria de esta caminata ofrece un fuerte contraste con los paisajes y vegetación de la caldera del Pico do Fogo. Las pistas y senderos no son complicados pero debe tenerse en cuenta que la pendiente de descenso es bastante elevada en algunas zonas y que a causa de la falta de lluvia que padecen estas islas, el suelo tiene muchísimo polvo y pequeñas piedras sueltas, hecho que favorece los resbalones y caídas. Debe andarse con precaución.