Monte Picayo-Peñas de Guaita-Barranco del Diablo con ascenso a la Cova del Pardalot (pinturas rupestres)

El siguiente recorrido atractivo es una ruta muy variada, en su mayor parte por senderos poco transitados, con vistas panorámicas desde los picos del Monte Picayo y les Penyes de Guaita, pasando a la vuelta por el hermoso Barranc del Diable y con el aliciente de poder visitar desde el barranco una cueva con pinturas rupestres, la Cova del Pardalot.

He calificado la ruta de nivel de dificultad moderada, pero considero que el corto tramo de acceso a la Cova del Pardalot desde el Barranc del Diable al final de la ruta es de nivel difícil o incluso muy difícil. Aunque la senda que conduce al abrigo no tiene mayor dificultad que el ascenso al Monte Picayo, con la diferencia que la senda a la cueva está peor definida, en los últimos metros para llegar a la cueva hay que realizar una destrepada por las rocas por una zona muy aérea con riesgo de caída que solo recomendaría a senderistas con algo de experiencia en escalada.
Sino se puede omitir perfectamente esta parte del recorrido.
La subida inicial al Monte Picayo también es intensa. No porque técnicamente sea complicada, sino por el desnivel que se supera en poca distancia.

Es conveniente hacer la ruta el en sentido indicado. Así hacemos los tramos con más desnivel y los que transcurren por terreno pedregoso de subida en lugar de bajada, que sería más difícil.

Tener también en cuenta que salvo en el tramo por el Barranc del Diable, durante el resto de la ruta tendremos poca sombra, con lo cual conviene evitar hacer la ruta en días de mucha calor.

El punto de inicio del recorrido se encuentra al lado de unos campos de cultivo de cítricos. Accedemos allí en coche por una pista de cemento desde el desvío de una vía de servicio que va en paralelo a la autovía. Después de tomar el desvío y meternos por la zona de cultivos, hay que obviar las indicaciones de Google Maps y no tomar el primer camino a la izquierda, un camino de tierra, ni el segundo, un camino de hormigón, que sería el camino más corto pero que está vallado unos 300 m antes de llegar a nuestro destino, sino el tercero, que nos lleva hasta el punto de inicio de la ruta por una pista hormigonada.

DESCRIPCIÓN DE LA RUTA:
Aparcamos en el punto donde termina la pista hormigonada. Tomamos una senda a la izquierda del camino, cuya salida está marcada con hitos, para iniciar el ascenso al Monte Picayo.
La subida al pico es intensa, tendremos que superar un desnivel positivo de 280 metros a lo largo de 1 km, es la parte más exigente de nuestro recorrido, aparte de la subida a la cueva de Pardalot al final de la ruta. En varios puntos nos tendremos que ayudar con las manos y superar pequeños desniveles escalando. Pasamos por un par de zonas con trincheras y durante la subida disfrutamos de espectaculares vistas panorámicas desde miradores naturales hacia toda la llanura del Golfo de Valencia.
Llegados al pico, es un buen momento para descansar y disfrutas de las vista allí.

A continuación nos dirigimos hacia la formación de les Penyes de Guaita, ya por senderos cómodos, en la parte final por el sendero GR 10. Para llegar a la parte alta de las Peñas, tendremos que superar un pequeño desnivel de unos 10 m por una canaleta, el Paso de los Borregos, con la ayuda de unas cadenas y después abandonar el GR para continuar por senderos secundarios, que nos llevan por la cresta de las Peñas de Guaita.

Tras 1,3 km por la cresta iniciamos el descenso, para a continuación tomar una senda poco transitada que discurre a los pies de las Peñas de Guaita, en paralelo al tramo que habíamos hecho por la cresta, pero a un nivel inferior.
Tras pasar varias zonas de escalada, volvemos al punto desde el que habíamos subido por la canaleta. A partir de aquí durante un rato nuestro recorrido se solapa con el camino de ida.
Continuamos finalmente ascendiendo desde el Collado del Claro de la Luna por pista, para tomar enseguida el desvío al Barranco del Diablo. Este tramo por el barranco por un precioso sendero es especialmente atractivo y es la parte del recorrido que más sombra tiene.

Tras 1 km por el barranco, a mano izquierda, se encuentra una senda mal definida poco transitada cuyo recorrido está marcado con hitos y que sube a La Cova del Pardalot, también denominada Covacha del Barranco del Diablo, un abrigo con pinturas rupestres. La pequeña cueva, cuya entrada está vallada con rejas para proteger las pinturas, ya se aprecia desde abajo. Como he explicado antes, este corto tramo de subida de 150 m hasta el abrigo sólo lo recomendaría a personas con alguna experiencia en escalada, por la trepada que hay que realizar durante los últimos metros para llegar a la cueva. La senda termina por encima de la cueva y hay que destrepar unos metros escalando por las rocas por una zona muy aérea con riesgo de caída y sin ayuda de cuerdas o cadenas.

Si llegamos a la plataforma rocosa de la entrada de la pequeña cueva, podemos ver las pinturas rupestres a través de las rejas.
Lo que más sorprende de esta cueva es la gran cantidad de pinturas que presenta para lo pequeña que es, y su buen estado de conservación, a lo que debe contribuir su situación y
morfología que la resguardan de agentes externos. Los motivos se reparten prácticamente por la
totalidad de su extensión, tanto en las paredes como en el techo, se han identificado un total de 30 grabados. Para más detalle se puede leer el trabajo de Eva Ripollés Adelantado "Nuevos hallazgos de arte rupestre en las estribaciones meridionales de la Sierra Calderona" donde se describen detalladamente los hallazgos de la covacha del Barranco del Diablo.

Nosotros sólo logramos ver bien varios grabados cerca de la entrada, las del fondo de la cueva no se aprecian a través de las rejas. Identificamos un grupo de pinturas en forma de espiral y una flecha, especialmente bien conservadas, y otras incompletas con dos figuras humanas con brazos en jarra, una con los brazos alzados y otra con los brazos caídos.

Tener en cuenta que la bajada desde la cueva por la misma senda y por terreno con mucha piedra suelta es más complicado que la subida, en muchos puntos hemos bajado literalmente de culo y es fácil de perder la senda de vista, aunque al final se llega abajo.
Luego ya continuamos por el precioso barranco para enseguida llegar de vuelta al punto de inicio de nuestro recorrido.