Monte Abantos desde el Escorial, subiendo por el Puerto de Malagón

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Reseña de la ruta en Adventoorer: Monte Abantos desde el Escorial.

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El estacionamiento está complicado en El Escorial, pero conseguimos encontrar un hueco cerca del Embalse del Romeral, que es justamente por donde sube la ruta. Da un poco de miedo ver lo cerca de la presa que han construido las casas. No tiene por qué pasar nada, pero buf...

Subimos por la carretera y a la altura del embalse salimos por un sendero que sube hacia el Puerto de Malagón de manera casi directa. Aparte de algún cruce con la pista de la Cañada Real Leonesa, toda la subida cruza el bosque, que en esta época del año está realmente bonito. Los colores del otoño, las hojas caídas. el musgo... La subida es un gusto.

Al otro lado del valle que forma el Arroyo del Romeral se ven las rocas que descienden del Monte Abantos, aunque nunca se alcanza a ver la cima, que permanece oculta un poco más allá.

Al llegar arriba, a mano derecha sale un sendero que sube bruscamente hacia la pista que nos va a acercar a la cima. Meterse por este sendero no es lo más recomendable, porque siguiendo de frente se llega a la pista enseguida, y aunque luego da un poco más de vuelta, el sendero es bastante incómodo de seguir.

En la pista se avanza mucho más deprisa, y con las nubes amenazando tormenta, llegamos en un suspiro a la bifurcación que nos sube a la cima.

El Monte Abantos está muy esquinado, y ofrece unas vistas amplísimas. Hoy las nubes están tan bajas que parece que se pueden alcanzar dando un buen salto, y no se ve tanto como de costumbre. Pero también tiene su encanto un día tan cubierto.

Hace bastante frío, y puede empezar a llover en cualquier momento. Comemos deprisa e iniciamos el descenso hacia El Escorial, que se ve perfectamente ahí enfrente.

Hay que tener un poco de cuidado con los cruces, que hay bastantes. Al final, cualquier camino va a terminar llegando al pueblo, pero entre acabar en una punta o en la otra hay un buen rato de paseo.

La bajada no se da mal, pero al llegar al embalse decidimos cruzarlo para volver por el camino de subida, y habría sido mucho mejor seguir de frente y entrar en el pueblo tranquilamente. Por este camino hay que atravesar alguna valla y subir junto al límite de la presa por una zona bastante incómoda.

Al final todo llega, y entramos de nuevo en la senda que seguimos por la mañana, por donde acabamos de nuevo en el coche.

Un camino muy bonito, tanto la subida como la bajada, pero ese par de errores han hecho la actividad un poco más engorrosa. Yendo por el camino bueno habría mejorado mucho.

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