MOLVÍZAR - LA GUINDALERA

Tiempo en movimiento: 5 h 09'.

El sentido de mi marcha fue el mismo que llevan las agujas del reloj.

Yo comencé a caminar a la entrada del pueblo de Molvízar. Los primeros pasos discurren por sus callejas y los últimos por un paseo por su rambla contigua. Ambos confluyen junto al cementerio local. También podríais comenzar aquí el periplo, aunque no lo recomiendo si no conocéis las calles, que son estrechas y algo laberínticas. Estimo que no merece la pena empezar en el camposanto.

Ya junto al cementerio tomamos una senda señalizada que nos acerca a las faldas de la Sierra de Ítrabo, nuestro objetivo.

Nos encontramos con un bien asentado sendero faldero que aboca, más allá, a una pista. Ésta y otros carriles nos llevan a la cima de La Guindalera, hermana pequeña del atractivo picacho que hemos estado observando a nuestra izquierda.

Al arribar a la cima nos encontramos con un sorpresón, y es que el vértice geodésico lo ha absorbido un pequeño chalé. Hay muchos remiendos en la alambrada, y es que el capricho del energúmeno tapa la visibilidad del otro lado del vértice. En fin...

Pasamos junto a otros chalés de alto copete hasta que el carril se convierte en senderín pasando pegado a la puerta de la última construcción.

El senderín se hace recia senda discurriendo cerca de la cuerda serrana hasta que la abandona conformando unas muy agradables zetas que pierden altura con relajada progresividad.

El zigzag acaba junto a una pista. Podemos continuar por ella o por la senda. Yo lo hice por esta última.

Ambas se unen más adelante. Nosotros cogemos ahora la pista para culminar la jornada, pero si continuásemos por la senda enlazaríamos con el track más allá.

Yo atajé la pista un tanto gracias a una vereda algo castigada por las rodadas de las motos de trial.

Llegamos al ya conocido cementerio y por el paseo acabamos este variopinto trayecto que espero disfrutéis.