Mogosa (1781 m.) y Peñas Albas (1761 m.) - Barbadillo del Pez (Trasomo)

Sencilla pero algo larga, esta ruta a las principales cimas orientales de la Sierra de Mencilla resulta mucho más interesante cuando la nieve cubre sus zonas altas y el bosque bajo aún conserva sus colores otoñales. Dos estaciones en un mismo camino.

Comenzamos en el pueblo de Barbadillo del Pez, tomando la pista que se eleva hacia las colinas que lo envuelven por el norte. La pista forestal será una constante durante la jornada, por lo que elementos añadidos como la nieve, pueden hacer que la travesía sea más bella y entretenida. En días estivales, esta ruta puede resultar demasiado aburrida y expuesta al sol.

Con la primera bifurcación, entraremos en un bonito bosque de robles, con ejemplares centenarios realmente bellos. La pista ascenderá por el bosque hasta dejarnos en un alto, al borde de un nuevo bosque, esta vez de pino, donde la nieve ya comenzará a hacer acto de presencia y de forma progresiva irá cubriendo todo el camino.

Desde el bosque, alcanzado el collado, tomaremos la senda directa del cortafuego a la cima del Mogosa, que, con esfuerzo en cada pisada, nos recompensará con vistas de toda la Sierra de la Demanda o la de Neila, pero también de Gayúbar y Carazo o incluso de la Montaña Palentina y los Picos de Europa.

Antes de descender, caminaremos por el alto de la sierra hacia Peñas Albas, cuya cima no está muy definida, pero nos quedará de camino al cortafuego que nos descenderá hasta una pista a pie de Cabeza Trespeñedos. Cuidado al bajar con las caídas o torceduras, que el terreno es muy blando.

La pista en la que acabamos, nos rodea un bonito desfiladero por el que transcurren dos arroyos, en esta época bien abastecidos y por las faldas del Collado Andanero, llegamos hasta un último desvío, donde una pista algo desdibujada al comienzo, nos llevará llaneando por una campiña.

Después entraremos de nuevo al robledal del inicio, esta vez por el oeste, que nos reconducirá hasta el desvío con la cruz de inicio. Previamente habremos pasado por un emblemático roble apodado Roble Borracho y por la cercanía de una sencilla Ermita de San Juliana, en un alto junto al camino. Desde el desvío de la cruz, tan solo nos quedará a un kilómetro hasta Barbadillo del Pez.