Moclín el gollizno
near Moclín, Andalucía (España)
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Itinerary description
RUTA DEL GOLLIZNO (PR-A 84) 29-4- 2017
Fin de semana largo. A caballo entre la salida de Abril y la entrada de Mayo. Buen momento para conocer nuevas tierras. Buen momento para explorar nuevas montañas y senderos allende nuestra Región. Por ello, Pilar, Pepa, Paco y yo mismo decidimos “excursionar” a Granada, a su Comarca de los Montes y Poniente granadino, a zonas limítrofes con Jaén y, más concretamente, a Moclín, pequeño pueblo de poco más de quinientos habitantes, con su imponente fortaleza., y sede del municipio de su mismo nombre. La idea era realizar dos excursiones senderistas (si el tiempo lo permitía), comenzando el sábado por el PR A-84, llamado Ruta del Gollizno (derivado de “gollizo”: estrechura de un paraje). Con un tiempo que amenazaba lluvia, partimos desde la plaza principal para, tras bajar por la calle Real y Esperanza, comenzar el descenso progresivo, zigzagueante pero no complejo hacia Olivares. Con un piso en buen estado, fuimos descendiendo un desnivel cercano a los cuatrocientos metros, observando las preciosas paredes que abrazan el Río Velillos ó Fraile, descansando de forma reiterada para observar con detenimiento el precioso paisaje desde varios miradores, así como para contemplar la Ermita de las Angustias. La llegada a Olivares se realiza por su parte noroeste y, tras pasar un Área Recreativa, viramos en dirección norte caminando al lado de un antiguo Molino y actual Hostal Rural, para introducirnos en el margen derecho del río. Por un camino agrícola y rodeado de vegetación de ribera así como de granados, higueras y frutales, llegamos a una antigua Central Hidroeléctrica. Poco antes, cruzamos a la margen izquierda a través de un puente de hierro nuevo construido en 2010 tras las inundaciones ocurridas ese año que arrasaron el antiguo. Desde aquí, y por senda ascendente continua, encontramos en varios hectómetros la Fuente de Buenaventura. El camino, en progresivo desnivel positivo, nos permitió ver las preciosas paredes que iban, poco a poco, conformando los Tajos de la Hoz, hasta llegar al Puente Colgante y a la preciosa Cueva de las Palomas ubicada en la zona oeste. Tras atravesarlo, observamos con detenimiento la mencionada oquedad así como las bonitas formas que el Velillos allí conformaba. Una estructura metálica y de madera “adosada” a la vertical pared, dio paso a unos preciosos hectómetros de preciosa y “densa” umbría cercana, de nuevo, al río. Y claro, a subir otra vez; y ahora, por un protegido y serpenteante camino absolutamente descubierto que nos llevó a otro precioso punto: el Mirador de la Cerrada del Velillos desde donde pudimos observar, en la cercana lejanía el pueblo de Tózar. Giramos en dirección oeste para llegar a la acondicionada zona de la Fuente de Corcuela y, tras detenernos y echar las foticos de rigor, comenzar la última parte del recorrido. En ella, apareció el agua que, aunque de forma no demasiado intensa, nos acompañó hasta el final de la excursioncia. Girando en dirección sur, ascendimos por una preciosa senda descubierta en principio para, a los pocos hectómetros, estar “cubierta” de alto arbolado que minimizó el impacto de la lluvia que, aquí arreció algo. De forma progresiva, fuimos llegando a la Ermita de San Antón (cubierta de niebla) y, desde allí, bajamos a la plaza para completar la circular. En total, una ruta de unos nueve kilómetros realizada de forma tranquila, disfrutada y reposada. Si tenéis oportunidad, de corazón, os la recomiendo.
Fin de semana largo. A caballo entre la salida de Abril y la entrada de Mayo. Buen momento para conocer nuevas tierras. Buen momento para explorar nuevas montañas y senderos allende nuestra Región. Por ello, Pilar, Pepa, Paco y yo mismo decidimos “excursionar” a Granada, a su Comarca de los Montes y Poniente granadino, a zonas limítrofes con Jaén y, más concretamente, a Moclín, pequeño pueblo de poco más de quinientos habitantes, con su imponente fortaleza., y sede del municipio de su mismo nombre. La idea era realizar dos excursiones senderistas (si el tiempo lo permitía), comenzando el sábado por el PR A-84, llamado Ruta del Gollizno (derivado de “gollizo”: estrechura de un paraje). Con un tiempo que amenazaba lluvia, partimos desde la plaza principal para, tras bajar por la calle Real y Esperanza, comenzar el descenso progresivo, zigzagueante pero no complejo hacia Olivares. Con un piso en buen estado, fuimos descendiendo un desnivel cercano a los cuatrocientos metros, observando las preciosas paredes que abrazan el Río Velillos ó Fraile, descansando de forma reiterada para observar con detenimiento el precioso paisaje desde varios miradores, así como para contemplar la Ermita de las Angustias. La llegada a Olivares se realiza por su parte noroeste y, tras pasar un Área Recreativa, viramos en dirección norte caminando al lado de un antiguo Molino y actual Hostal Rural, para introducirnos en el margen derecho del río. Por un camino agrícola y rodeado de vegetación de ribera así como de granados, higueras y frutales, llegamos a una antigua Central Hidroeléctrica. Poco antes, cruzamos a la margen izquierda a través de un puente de hierro nuevo construido en 2010 tras las inundaciones ocurridas ese año que arrasaron el antiguo. Desde aquí, y por senda ascendente continua, encontramos en varios hectómetros la Fuente de Buenaventura. El camino, en progresivo desnivel positivo, nos permitió ver las preciosas paredes que iban, poco a poco, conformando los Tajos de la Hoz, hasta llegar al Puente Colgante y a la preciosa Cueva de las Palomas ubicada en la zona oeste. Tras atravesarlo, observamos con detenimiento la mencionada oquedad así como las bonitas formas que el Velillos allí conformaba. Una estructura metálica y de madera “adosada” a la vertical pared, dio paso a unos preciosos hectómetros de preciosa y “densa” umbría cercana, de nuevo, al río. Y claro, a subir otra vez; y ahora, por un protegido y serpenteante camino absolutamente descubierto que nos llevó a otro precioso punto: el Mirador de la Cerrada del Velillos desde donde pudimos observar, en la cercana lejanía el pueblo de Tózar. Giramos en dirección oeste para llegar a la acondicionada zona de la Fuente de Corcuela y, tras detenernos y echar las foticos de rigor, comenzar la última parte del recorrido. En ella, apareció el agua que, aunque de forma no demasiado intensa, nos acompañó hasta el final de la excursioncia. Girando en dirección sur, ascendimos por una preciosa senda descubierta en principio para, a los pocos hectómetros, estar “cubierta” de alto arbolado que minimizó el impacto de la lluvia que, aquí arreció algo. De forma progresiva, fuimos llegando a la Ermita de San Antón (cubierta de niebla) y, desde allí, bajamos a la plaza para completar la circular. En total, una ruta de unos nueve kilómetros realizada de forma tranquila, disfrutada y reposada. Si tenéis oportunidad, de corazón, os la recomiendo.
Waypoints
Waypoint
1,056 ft
Salto hidráulico del diablillo
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