Mirador Palmeral - Monte San Miguel - Castillo los Moros - Orihuela
near Orihuela, Valencia (España)
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Dice Pepe Marcos: capitaneado por nuestro capo "orcelitano" Paco Martinez y con la andarina Pilar, estupenda salida de verano que, partiendo del Mirador del Palmeral de Orihuela, llega, a través del bonito y técnico sendero que circunda el Monte de San Miguel, a las ruinas del Castillo de los Moros; con excelentes vistas y contemplaciones de la Sierra de Orihuela, con su insigne Cruz de la Muela, Sierra de Callosa de Segura, Hurchillo y, en lontananza, Las preciosas sierras murcianas. Bajada posterior a Orihuela a través del Seminario y reentrada al comienzo de la ruta a través del grafiteado barrio "arrabalense" y la Ermita de S. Isidro. Algo menos de 6 kms. y casi 300 mts. de desnivel positivo en una amena saliidica.
Digo yo: salimos del Mirador de Palmeral punto panorámico principal que conecta con otras variantes del itinerario por la Sierra de Orihuela. Habilitado con distintos espacios de picnic, juegos y aparcamientos. No dirigimos al Cabezo del Oriolet la ruta sigue por este punto por el que pasaba el camino medieval de Alicante a Murcia. En él encontramos diferentes explotaciones mineras (cantera de metabasitas, que se trago) casi entero el cerro de Oriolet) y desde el que se abren dos sendas, una que sigue por la sierra hasta llegar al Barrio de San Antón y desde la que se puede acceder a visitar el Horno y las Minas de Mercurio (a partir de cinabrio) y la segunda senda va bordeando el Cabezo Junto a la cantera de explotación más reciente, donde se ha insta lado protecciones en distintos tramos. Seguíamos por la vereda de los cuadros antigua vía pecuaria que conecta El Mirador con el Palmeral y el Barrio de San Antón. Por el lateral de la sierra sobre San isidro se ha mejorado la accesibilidad con peldaños en roca, vigas de madera y trozos con pasamanos de cable. Llegamos a un trozo de muralla que hay allí de gran proporciones se cree que formaba parte de la Puerta de la Traición de nuestra fortaleza, situada junto a un lienzo de muralla tapial existente, Aquí se ha acondicionado un nuevo Mirador con vistas panorámicas orientado al oeste de la
ciudad. (Sí, la mil veces nombrada en la tradición por donde la Armengola guió sus pasos hacia la liberación de nuestro pueblo).
Siguiendo el camino que marca la dirección del poste nos toparemos de bruces con las ruinas de una fuente de la época musulmana conocida con el nombre de Fuente de la Judía y que sabemos de ella que se trata de una fuente de agua que tiene tres senos semiesféricos tallados en la propia roca del monte que hacían de receptores del agua que antiguamente manaba de la misma.
Subiendo podremos ser testigos de uno de los lugares más mágicos y encantadores de toda la sierra Oriolana, veremos de cerca El Arco de la Amorosa. Esta especie de arco ha sido utilizado desde tiempos pasados como lugar para realizar fotografías preciosas distintivas de nuestra comarca.
Y de ahí en la cima al Castillos de Orihuela o de los moros (siempre se ha llamado así , aunque ahora suena políticamente algo incorrecto) en este en la parte alta del Monte de San Miguel cuyo pico más alto roza los 250 metros de altura, situado en la parte delantera-sur de la Sierra de Orihuela. Se trata de un macizo de piedra caliza el cual, por toda su superficie tiene distribuidas oquedades, cuevas y abrigos. Destaca por su longitud la llamada "Cueva del Calor", actualmente intransitable por desplomes y derrumbamientos de bloques calizos, pero que con sus varios centenares de metros, antiguamente descendía desde la cima del Monte de San Miguel hasta la base de la Sierra en las proximidades del río Segura.
Se encuentra unido con la Sierra de Orihuela por un pequeño montículo o cerro llamado Cerro del Oriolet, que antes hemos nombrado.
En su cima se encuentra el castillo de Orihuela, la fortaleza ya debió existir en la época del visigodo Teodomiro, pues hay referencias concretas que ya estaba construido en el año 713. Sin duda se trató de una gran fortaleza, de gran importancia a lo largo de toda su historia por su valor estratégico. fue reformado en numerosas ocasiones, especialmente tras la Reconquista. Está documentado que distintos monarcas asignaron partidas para su mantenimiento. Durante la Guerra de Sucesión, una gran provocación por la caída de un rayo sobre el polvorín destruyó la mayor parte del castillo, ordenándose su demolición por considerarse irrecuperable. Del mismo modo varias tormentas a lo largo del S. XVIII y finalmente el terremoto de 1829 causaron daños irrecuperables a los restos del edificio. Fue construido en siete círculos, estando reservado el superior para los altos cargos militares. Actualmente se pueden ver todavía grandes tramos de sus murallas, así como restos de algunas torres. También pueden distinguirse los distintos elementos incorporados en sucesivas épocas. Se encuentra en estado de ruina. A pesar de haber sido declarado como Ruinas Históricas, su degradación es continua. La necesidad de consolidación de los restos del Castillo y del recinto amurallado es imperiosa, dado que las inclemencias meteorológicas, el paso del tiempo y la acción del hombre han contribuido a que estas ruinas se encuentren en un estado muy alarmante de conservación. De él se dijo que era llave y defensa de todo el reino de Valencia. Asimismo, se dijo que era uno de los castillos más fuertes y hermosos. Su fama de inexpugnabilidad vino consolidada en la Guerra de los Dos Pedros al hacer falta 12 años de asedio para poder tomarlo, existiendo crónicas, que cuentan que la rendición vino dada no por toma sino por falta de alimentos de los moradores (contando que incluso hubieron de acudir al caniblismo)
Y en una llanura inferior el Seminario Diocesano de San Miguel fue construido en el siglo XVIII, en respuesta de las previsiones del Concilio de Trento del siglo XVI para una adecuada formación de los sacerdotes y ministros de culto católico.
El edificio del seminario fue construido durante la primera mitad del siglo XVIII a instancias del obispo de Orihuela Juan Elías Gómez de Terán en la explanada del monte de San Miguel como seminario de la diócesis de Orihuela. En ese mismo lugar se alzó desde el siglo XVI un lugar de oración. El seminario se funda con el nombre de Seminario Conciliar de la Inmaculada Concepción y el Príncipe San Miguel, conmutándose en la actualidad por el de Seminario Diocesano de San Miguel de Orihuela. Posee una gran fachada principal, orientada al sur. Dicha fachada está exenta de decoración en toda ella, salvo con la apertura de vanos que crean un ritmo cadencioso en toda ella. La decoración se reduce a la portada del edificio obra de cantería, labrada y tallada, que consta de tres cuerpos, está decorada con motivos heráldicos y escenas de la Purísima, San Miguel y el Sagrado Corazón de Jesús. Posee dos portadas gemelas y sobre ella se abren dos ventanales cubiertos con dos frontones curvos. El edificio es una construcción de tres alturas y de planta rectangular, siendo muy alargada debido a las circunstancias del lugar donde se construyó. En el interior se acogen diversas estancias como el salón de entrada, decorada con una bella escalera que se abre en dos tramos prosiguiendo esos dos tramos alrededor de la sala, dejando en la zona central una abertura pudiendo contemplarse la bóveda del piso superior desde el primero. El templo fue construido en el siglo XVIII en estilo neoclásico de dimensiones medias. Está presidido por la Inmaculada Concepción, patrona del Seminario, obra realizada por el catalán Ponsoda y Bravo y que junto a la Patrona de la Diócesis (Ntra. Sra. de Monserrat), es la única que se encuentra coronada canónicamente en Orihuela.
Bajamos por los nuevos pasos que mejoran la escalera del gato (por donde subían y bajaban los seminaristas) hasta la rejullaera , aquel lugar mágico al que acudías de pequeño para deslizarte como si se tratase de un tobogán gigante esculpido en la sierra.
Este tobogán ha sido desde tiempos remotos lugar de encuentro para niños con el deseo de divertirse.
Se relata que los niños traviesos acudían a las antiguas mercerías de Orihuela para comprar jaboncillo, te ponían un cartucho lleno del polvo que aplicado con un paño sobre la rejullaera le daba mucha más velocidad a la caída de sus cuerpos. Se conoce de un caso que iba tan rápido que no puedo frenar a tiempo y salió despedido golpeándose contra los riscos y tuvo que ser asistido de urgencia en el Hospital Municipal. Luego por la carreta hasta el Molino que baja el agua hasta la fuente al lado de Santiago y por el Ravaloche
y pasamos por el monumento a la Armengola, una de las historias dice el alcaide moro que vive en el castillo; y para librarse del dominio del infante Alfonso, decide pasar a cuchillo a los cristianos del arrabal. Se lo comunica a la cristiana que daba el pecho a su hijo, que según dicen se llamaba Armengola. La mujer pide subir a sus tres hijas doncellas. Entonces avisa a los cristianos y estos resuelven que la acompañen tres mancebos de los más valientes en hábito mujeril y con armas bajo el vestido. A los tres esforzados mancebos y a la valiente amazona les siguen veintisiete hombres más que, entrando por la puerta de la traición, matan a todos los guardas y toman el puesto. Los tres godos, llegan frente al castillo y disfrazados de mujeres burlan a la guardia. Entran, se quitan los vestidos mujeriles y sacan las armas, matando en un santiamén al alcaide, a su mujer, a sus hijos, a soldados y criados; alzando una bandera en señal de victoria.
Ya llegamos hacia el barrio de San Isidro para contemplar ese increíble y fascinante museo al aire libre formado por infinidad de pinturas callejeras dedicado a la figura de Miguel Hernández.
Al final del Barrio al lado de la Ermita subimos de vuelta al coche por el paso de la Chismosa y la Cantera y al coche que estaba en el parking del Mirador
Digo yo: salimos del Mirador de Palmeral punto panorámico principal que conecta con otras variantes del itinerario por la Sierra de Orihuela. Habilitado con distintos espacios de picnic, juegos y aparcamientos. No dirigimos al Cabezo del Oriolet la ruta sigue por este punto por el que pasaba el camino medieval de Alicante a Murcia. En él encontramos diferentes explotaciones mineras (cantera de metabasitas, que se trago) casi entero el cerro de Oriolet) y desde el que se abren dos sendas, una que sigue por la sierra hasta llegar al Barrio de San Antón y desde la que se puede acceder a visitar el Horno y las Minas de Mercurio (a partir de cinabrio) y la segunda senda va bordeando el Cabezo Junto a la cantera de explotación más reciente, donde se ha insta lado protecciones en distintos tramos. Seguíamos por la vereda de los cuadros antigua vía pecuaria que conecta El Mirador con el Palmeral y el Barrio de San Antón. Por el lateral de la sierra sobre San isidro se ha mejorado la accesibilidad con peldaños en roca, vigas de madera y trozos con pasamanos de cable. Llegamos a un trozo de muralla que hay allí de gran proporciones se cree que formaba parte de la Puerta de la Traición de nuestra fortaleza, situada junto a un lienzo de muralla tapial existente, Aquí se ha acondicionado un nuevo Mirador con vistas panorámicas orientado al oeste de la
ciudad. (Sí, la mil veces nombrada en la tradición por donde la Armengola guió sus pasos hacia la liberación de nuestro pueblo).
Siguiendo el camino que marca la dirección del poste nos toparemos de bruces con las ruinas de una fuente de la época musulmana conocida con el nombre de Fuente de la Judía y que sabemos de ella que se trata de una fuente de agua que tiene tres senos semiesféricos tallados en la propia roca del monte que hacían de receptores del agua que antiguamente manaba de la misma.
Subiendo podremos ser testigos de uno de los lugares más mágicos y encantadores de toda la sierra Oriolana, veremos de cerca El Arco de la Amorosa. Esta especie de arco ha sido utilizado desde tiempos pasados como lugar para realizar fotografías preciosas distintivas de nuestra comarca.
Y de ahí en la cima al Castillos de Orihuela o de los moros (siempre se ha llamado así , aunque ahora suena políticamente algo incorrecto) en este en la parte alta del Monte de San Miguel cuyo pico más alto roza los 250 metros de altura, situado en la parte delantera-sur de la Sierra de Orihuela. Se trata de un macizo de piedra caliza el cual, por toda su superficie tiene distribuidas oquedades, cuevas y abrigos. Destaca por su longitud la llamada "Cueva del Calor", actualmente intransitable por desplomes y derrumbamientos de bloques calizos, pero que con sus varios centenares de metros, antiguamente descendía desde la cima del Monte de San Miguel hasta la base de la Sierra en las proximidades del río Segura.
Se encuentra unido con la Sierra de Orihuela por un pequeño montículo o cerro llamado Cerro del Oriolet, que antes hemos nombrado.
En su cima se encuentra el castillo de Orihuela, la fortaleza ya debió existir en la época del visigodo Teodomiro, pues hay referencias concretas que ya estaba construido en el año 713. Sin duda se trató de una gran fortaleza, de gran importancia a lo largo de toda su historia por su valor estratégico. fue reformado en numerosas ocasiones, especialmente tras la Reconquista. Está documentado que distintos monarcas asignaron partidas para su mantenimiento. Durante la Guerra de Sucesión, una gran provocación por la caída de un rayo sobre el polvorín destruyó la mayor parte del castillo, ordenándose su demolición por considerarse irrecuperable. Del mismo modo varias tormentas a lo largo del S. XVIII y finalmente el terremoto de 1829 causaron daños irrecuperables a los restos del edificio. Fue construido en siete círculos, estando reservado el superior para los altos cargos militares. Actualmente se pueden ver todavía grandes tramos de sus murallas, así como restos de algunas torres. También pueden distinguirse los distintos elementos incorporados en sucesivas épocas. Se encuentra en estado de ruina. A pesar de haber sido declarado como Ruinas Históricas, su degradación es continua. La necesidad de consolidación de los restos del Castillo y del recinto amurallado es imperiosa, dado que las inclemencias meteorológicas, el paso del tiempo y la acción del hombre han contribuido a que estas ruinas se encuentren en un estado muy alarmante de conservación. De él se dijo que era llave y defensa de todo el reino de Valencia. Asimismo, se dijo que era uno de los castillos más fuertes y hermosos. Su fama de inexpugnabilidad vino consolidada en la Guerra de los Dos Pedros al hacer falta 12 años de asedio para poder tomarlo, existiendo crónicas, que cuentan que la rendición vino dada no por toma sino por falta de alimentos de los moradores (contando que incluso hubieron de acudir al caniblismo)
Y en una llanura inferior el Seminario Diocesano de San Miguel fue construido en el siglo XVIII, en respuesta de las previsiones del Concilio de Trento del siglo XVI para una adecuada formación de los sacerdotes y ministros de culto católico.
El edificio del seminario fue construido durante la primera mitad del siglo XVIII a instancias del obispo de Orihuela Juan Elías Gómez de Terán en la explanada del monte de San Miguel como seminario de la diócesis de Orihuela. En ese mismo lugar se alzó desde el siglo XVI un lugar de oración. El seminario se funda con el nombre de Seminario Conciliar de la Inmaculada Concepción y el Príncipe San Miguel, conmutándose en la actualidad por el de Seminario Diocesano de San Miguel de Orihuela. Posee una gran fachada principal, orientada al sur. Dicha fachada está exenta de decoración en toda ella, salvo con la apertura de vanos que crean un ritmo cadencioso en toda ella. La decoración se reduce a la portada del edificio obra de cantería, labrada y tallada, que consta de tres cuerpos, está decorada con motivos heráldicos y escenas de la Purísima, San Miguel y el Sagrado Corazón de Jesús. Posee dos portadas gemelas y sobre ella se abren dos ventanales cubiertos con dos frontones curvos. El edificio es una construcción de tres alturas y de planta rectangular, siendo muy alargada debido a las circunstancias del lugar donde se construyó. En el interior se acogen diversas estancias como el salón de entrada, decorada con una bella escalera que se abre en dos tramos prosiguiendo esos dos tramos alrededor de la sala, dejando en la zona central una abertura pudiendo contemplarse la bóveda del piso superior desde el primero. El templo fue construido en el siglo XVIII en estilo neoclásico de dimensiones medias. Está presidido por la Inmaculada Concepción, patrona del Seminario, obra realizada por el catalán Ponsoda y Bravo y que junto a la Patrona de la Diócesis (Ntra. Sra. de Monserrat), es la única que se encuentra coronada canónicamente en Orihuela.
Bajamos por los nuevos pasos que mejoran la escalera del gato (por donde subían y bajaban los seminaristas) hasta la rejullaera , aquel lugar mágico al que acudías de pequeño para deslizarte como si se tratase de un tobogán gigante esculpido en la sierra.
Este tobogán ha sido desde tiempos remotos lugar de encuentro para niños con el deseo de divertirse.
Se relata que los niños traviesos acudían a las antiguas mercerías de Orihuela para comprar jaboncillo, te ponían un cartucho lleno del polvo que aplicado con un paño sobre la rejullaera le daba mucha más velocidad a la caída de sus cuerpos. Se conoce de un caso que iba tan rápido que no puedo frenar a tiempo y salió despedido golpeándose contra los riscos y tuvo que ser asistido de urgencia en el Hospital Municipal. Luego por la carreta hasta el Molino que baja el agua hasta la fuente al lado de Santiago y por el Ravaloche
y pasamos por el monumento a la Armengola, una de las historias dice el alcaide moro que vive en el castillo; y para librarse del dominio del infante Alfonso, decide pasar a cuchillo a los cristianos del arrabal. Se lo comunica a la cristiana que daba el pecho a su hijo, que según dicen se llamaba Armengola. La mujer pide subir a sus tres hijas doncellas. Entonces avisa a los cristianos y estos resuelven que la acompañen tres mancebos de los más valientes en hábito mujeril y con armas bajo el vestido. A los tres esforzados mancebos y a la valiente amazona les siguen veintisiete hombres más que, entrando por la puerta de la traición, matan a todos los guardas y toman el puesto. Los tres godos, llegan frente al castillo y disfrazados de mujeres burlan a la guardia. Entran, se quitan los vestidos mujeriles y sacan las armas, matando en un santiamén al alcaide, a su mujer, a sus hijos, a soldados y criados; alzando una bandera en señal de victoria.
Ya llegamos hacia el barrio de San Isidro para contemplar ese increíble y fascinante museo al aire libre formado por infinidad de pinturas callejeras dedicado a la figura de Miguel Hernández.
Al final del Barrio al lado de la Ermita subimos de vuelta al coche por el paso de la Chismosa y la Cantera y al coche que estaba en el parking del Mirador
Waypoints
Intersection
223 ft
Derecha
Derecha
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Easy to follow
Scenery
Easy
Corta, bonita y, en algunos momentos, técnica y empinadica salida. Las vistas desde las ruinas del Castillo de los Moros, preciosas.
Orihuela Monumental
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Moderate
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