Mallos de Riglos: Camino del Cielo-Mirador de Bentuso-Camino del Solano-Marcuello-Mirador de los Buitres

Comenzamos la ruta desde el pueblo de Riglos, donde nos da la bienvenida un cartel que dice: Bienvenidos a Riglos, escala con seguridad. Nos dirigimos en dirección norte siguiendo las indicaciones de la senda circular a los Mallos de Riglos: 5,2 Km, después nos desviamos y cogemos la PR-HU 98: La Peña (por Escaleta). A escasos metros pasamos por los pies del Mallo Pisón y del Puro que dejamos a nuestra izquierda. Los Mallos son rocas sedimentarias detríticas del grupo de los conglomerados de tipo pudinga que alcanzan tamaños descomunales. Nos detenemos a contemplar el más imponente de todos, el Mallo Pisón que tiene una altitud de 300 m y si nos acercamos y lo tocamos podemos observar con claridad los cantos redondeados de diversos tamaños. Vamos ascendiendo por la senda y bordeando toda la parte trasera de los Mallos Pisón y Macizo, dejando siempre el Puro a nuestra izquierda, a cuyos pies se observa algún que otro canchal. Seguimos por una senda con fuerte pendiente hasta llegar a un pequeño altiplano con cruce de caminos. Seguiremos el camino del cielo contemplando bonitas panorámicas de los Mallos y el Valle del Gállego por donde transcurre el río del mismo nombre describiendo meandros. Durante todo la ruta vemos romero en flor a ambos lados de la senda, Rosmarinus officinalis hasta el año 2017, actualmente Salvia rosmarinus. A medida que ascendemos ganamos altura y las vistas son cada vez más espectaculares. Llegamos a un altiplano donde encontramos el Refugio Roseta y un indicador del Mirador de Bentuso: 1039m, también conocido como Espinabla. La panorámica resulta espectacular, al ofrecernos un conjunto geológico de los Mallos sobre las llanuras que rodean el cañón del Río Gállego en su tramo medio. Estos relieves albergan poblaciones de aves rupícolas como el buitre o el treparriscos, a las que podemos contemplar en vuelo, planeando en lo alto del cielo, en busca de alimento, grandes bandadas de grullas (Grus grus), describiendo singulares formas con su vuelo. Desde este mirador a los lejos podemos observar incluso la Sierra del Moncayo. Descendemos por la senda, contemplando el Mallo de Bentuso, el Mallo del Agua y el Mallo Colorado, hasta llegar a un pequeño collado, donde seguiremos ascendiendo por el Camino del Solano, marcado por varios hitos, hasta llegar a un cruce de caminos del GR: Camino Natural de la Hoya de Huesca. En este momento podemos seguir dos vías, una que nos devuelve a Riglos en 4,1Km, que descartamos, y otra que nos conduce por una pista a la Ermita y Torre de Marcuello: 2,1Km. Seguimos la pista y llegamos de nuevo a un cruce, a 600 m se encuentra la Torre-Castillo semiderruida y la Ermita de San Miguel primero y después la de la Virgen de Marcuello, desde donde hay un mirador con unas vistas espectaculares del macizo rocoso conocido como Os Fils. Consiste en una especie de meseta elevada, relativamente plana en su parte superior y con un desnivel considerable. Destaca por formaciones rocosas en "tornillo" impresionantes, debido a la erosión diferencial de sus materiales blandos y duros. Damos marcha atrás y nos dirigimos por la pista al Mirador de los Buitres, situado en el extremo oeste del macizo, donde tenemos una inmejorables vistas de los Mallos de Riglos, y todo el Valle del Gállego o "La Galliguera". En los últimos años se ha equipado una Vía Ferrata, de las más populares de la Península Ibérica (itinerario tanto vertical como horizontal equipado con diverso material: clavos, grapas, presas, pasamanos, cadenas, puentes colgantes y tirolinas, que permiten llegar con seguridad a zonas de difícil acceso para senderistas o no habituados a la escalada), circular que recorre la cara oeste del macizo finalizando en el Mirador de los Buitres. Por fin llegamos al Mirador de los Buitres: 1025m, un paraje inigualable que sobrecoge al contemplar las gigantescas paredes de roca de los Mallos de Riglos, algunas de más de 300 m, que sirven de refugio para las aves rupícolas (Buitre leonado, Quebrantahuesos, Alimoche, Cernícalo común y Chova piquirroja). Las innumerables manchas blancas que se ven en las rocas de los Mallos son excrementos de buitre e indican la presencia de nidos. Continuamente vemos planear buitres a un lado y otro del mirador, lo cual llamo la atención del naturalista Felix Rodríguez de la Fuente, que recomendó construir un observatorio de piedra circular para poder realizar censos de las poblaciones de buitres, especie que en los años 70 se encontraba en peligro de extinción y que ahora, gracias a una rigurosa protección se ha restablecido por completo. Retrocedemos hasta llegar de nuevo al cruce de caminos del GR y ahora tomamos la senda de vuelta a Riglos, contemplando toda la sucesión de Mallos, incluida la hermosa aguja roja, llegando al punto de partida de esta espectacular ruta circular.