Madeira. Levada do Rei

La isla de Madeira se levanta como una montaña de lava y basalto sobre las aguas del Atlántico, a medio camino entre Azores y Canarias, entre Europa y África. Su interior es extremadamente accidentado, un laberinto de barrancos verdes sobre los que discurren las levadas, antiguas acequias que distribuían el agua por toda la isla.

La isla cuenta con una ingeniosa red de canales para la irrigación llamados levadas. El esfuerzo de sus pobladores por recoger y aprovechar el agua de las cumbres, ha dejado un inesperado patrimonio que atrae a visitantes de todo el mundo.

Las levadas son auténticos senderos de agua, caminos de servicio paralelos a las acequias que bajan el agua desde las alturas hasta la costa. Transitando sobre esta red hídrica, es posible atravesar a pie y sin grandes esfuerzos toda la isla. Hoy estos canales se han reconvertido en senderos y son la vía perfecta para recorrer a pie la isla.

Trazado lineal que nos llevará junto a la Levada do Rei hasta su toma de carga, en pleno corazón del barranco de Ribeiro Bonito. Caminata cómoda, inmersa en húmedos y frondosos bosques de laurisilva, de enormes helechos y , que nos conduce al corazón de la isla.

Siguiendo las indicaciones, una vez pasado Sâo Jorge, nos acercamos con el coche hasta el inicio de la ruta, junto a las últimas casas del pueblo y cercano a la planta de abastecimiento de agua local.

Remontando la toma de agua junto a la balsa, emprendemos la marcha, como en tantos trazados por levadas, por la plataforma junto a la acequia.

Tras enlazar con una vereda, algo más ancha que el sendero que traemos, la recorremos otros tantos metros, hasta que nos adentramos en la cabecera del barranco de Ribeiro Bonito.

Ahora la senda se dibuja en las paredes del barranco por momentos, pero en nada vuelve a tornar suave y cómoda, acercándonos al lecho del río, justo donde toma s caudal la levada.

Aquí, pegados al cauce de Ribeiro Bonito, nos moveremos unos metros por la zona disfrutando del frondoso bosque que nos rodea.

Para la vuelta, sólo tendremos que desandar el camino recorrido para concluir el paseo en el punto de partida.

La constante presencia de agua limpia en este lugar intensifica la vida que por aquí abunda y permite una gran diversidad de especies. Podrá deleitarse con la belleza de los majestuosos tiles centenarios (Ocotea foetens), de los laureles (Laurus novocanariensis), de los viñáticos (Persea indica), de los pequeños pájaros como el reyezuelo listado de Madeira (Rugulus ignicapillus maderensis), el pinzón de Madeira (Fringilla coelebs maderensis), especies que hacen latir este ecosistema y le invitan al descanso y al placer de los sueños.



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