Luque a Cabra

Partimos desde el CV-131 en la localidad de Luque, muy cerca del campo de futbol de la localidad, por un carril ascendente, dirección suroeste, hacia la Dehesa de los Tallones por un bonito encinar que nos llevó hasta la cumbre del cerro de Los Cangilones (950mts.), lugar posiblemente dedicado a la siembra del cereal, años atrás, por los montones de “majanos” allí encontrados que daban lugar a espacios abiertos para tal fin. Descendimos pasando por el Tajo de Don Juan, hacia el puerto de Malosvientos, ya en el término de Zuheros, que nos permitía divisar el antiguo puesto de vigilancia forestal, en la cumbre del Cerro de los Murciélagos a nuestra derecha, donde se encuentra la popular cueva del Neolítico Hispano Mauritano del mismo nombre.
Alcanzamos el CV-247 (vereda de Marchaniega), a la altura del Llano del Moro y seguimos dirección Fuenfría hasta que alcanzamos la Fuente de la Zarza, donde nos desviamos para continuar por la ribera del arroyo Moreno, disfrutando a nuestra derecha del cerro de la Montosa (1065 mts.), seguido el cerro de la Zarzadilla (996 mts.) y de una bonita cascada del arroyo hasta llegar a las ruinas de la casa de la Zarzadilla muy cerca de lo que podría ser un bonito alamedal, afecto de la omnipresente “grafiosis”, que lo hacía poco vistoso.
Una vez llegamos a la confluencia con el arroyo Fuenfría, a la altura de la fuente del Madroño, comenzamos a ascender de nuevo, no sin antes hacer la pertinente parada para disfrutar de nuestro bocata, al calor del paupérrimo sol que acababa de despuntar.
Atravesamos un encinar muy umbrío por el cauce del arroyo, hasta llegar a un pozo que aparentemente parecía profundo muy cercano a la Fuenfria. Seguimos nuestro camino por la mencionada vereda de Marchaniega, dejando a nuestra derecha, las ruinas del cortijo Arrebola y de Las Porcaizas, hasta alcanzar las inmediaciones de las Chorreras y de ahí al puente (Badén) de la Majá, a través del Poljé de la Nava.
Ya algo cansados y con algunos kilómetros en las piernas, llegamos al cortijo la Majá, donde pudimos disfrutar de una bonita piara de cerdos ibéricos, ovejas, caballos y una breve charla con los lugareños.
Nuestra larga ruta continuó por la Sima de la Majá y Pilón del Hoyo en descenso, hasta los Pechos de Vergara, siempre por cara norte de Camarena, hasta el cortijo del mismo nombre, lugar ideal para “jartarnos de agua con unas almendritas”, posiblemente en uno de los mejores veneros de la Subbética.
Ya con muchas ganas de pisar Cabra, continuamos por la Via Verde, pasando por el cortijo Juan de Escama, Cerro de la Cornicabra y el famoso Puente de la Sima, hasta nuestro destino.
Un envidiable objetivo senderista donde pudimos disfrutar de gran variedad de flora, lugares y toponimia Subbética, de aprox 30 km.