Lozoyuela: circular por el Espaldar de La Cabrera, la mina de wolframio, las piedras-seta y Los Chorros

Sustituyo con esta ruta otra subida este mismo año (que he eliminado), mejorando las indicaciones.

Se trata de una ruta fácil, con poco desnivel que, además, está muy repartido y no hay subidas o bajadas acusadas. Nosotros hemos aparcado junto al cementerio de Lozoyuela, a pie del camino que da inicio a la ruta. Si se quiere, también se puede iniciar la ruta desde el centro del pueblo bien por haber llegado en autobús o por aparcar en las proximidades del Ayuntamiento. Con ello se suma algo más de un kilómetro al total de la ruta, pero tiene la compensación de poder reponer líquidos (con la bebida favorita de cada cual) o tomar un tentempié, más o menos abundante, nada más terminarla.

La ruta es sencilla, discurriendo a veces por caminos y otras por senderos. La abundancia de unos y otros en la zona requiere atención para no perderse, ya que no abundan las indicaciones, ni mucho menos. Estar atentos al track y a los avisos de intersecciones nos evitará algún que otro exceso de metraje.

En el curso de esta ruta podremos disfrutar de abundantes formaciones rocosas más o menos caprichosas, donde predominan las conocidas como piedras-seta. Estas las encontraremos a lo largo de la ruta desde apenas cumplido su primer kilómetro hasta aproximadamente el kilómetro cinco, y luego entre el kilómetro 9 y el 13.

También es destacable la antigua mina de wolframio (hacia el kilómetro 6) y el curso del arroyo de los Chorros que cruzaremos poco antes del kilómetro 8. Para contemplar el punto donde este arroyo atraviesa un notable macizo rocoso, un poco más adelante nos desviaremos unos 400 metros del sendero principal; ahí encontraremos -junto al gorgoteo del arroyo- un lugar adecuado para hacer un alto y aligerar nuestras mochilas de las vituallas que llevemos para reponer fuerzas.

He realizado la ruta en tres épocas del año, enero, mayo y septiembre. En ninguna de ellas he encontrado problema para cruzar los diversos cursos de agua que hay que atravesar. No puedo asegurar, sin embargo, que en primavera alguno de ellos pueda presentar alguna dificultad que, en todo caso, pienso que no llegará a ser excesiva. En uno de los waypoints aviso específicamente de la incomodidad encontrada en primavera en una zona algo encharcada.

Desde mi punto de vista, a pesar de la incomodidad de la presencia de agua en algunos puntos hacia el final del recorrido, la primavera (mediada o avanzada) es la mejor época del año para realizar esta ruta porque el monte está en su momento de mayor esplendor y el arroyo de Los Chorros lleva mayor cantidad de agua.