Los saltillos del Río Almanchares-'Caminito del Principe'- La Rábita: Cuevas y Fuentes. Canillas de Aceituno. Málaga.
near Canillas de Aceituno, Andalucía (España)
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Trail photos
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Itinerary description
La pasarela de El Saltillo: El otro 'Caminito del Rey'. Esta ruta que parte de Canillas de Aceituno es el inicio de una de las subidas más vertiginosas a la cima de La Maroma.
Pura adrenalina. Canillas de Aceituno se presenta como un municipio para la práctica del senderismo más vertiginoso. Este pueblo axárquico, que es punto de partida de una de las subidas a la cima de La Maroma, ha rehabilitado recientemente la pasarela de El Saltillo, considerada como 'El Caminito de la Axarquía'.
Ubicación
Esta ruta une el casco urbano de Canillas de Aceituno con el paraje de La Rahíge, un enclave situado en torno al cauce del río Almanchares, que baja precipitado desde Sierra Tejeda, la cordillera montañosa que tiene como cima La Maroma. El enclave se encuentra, por tanto, dentro del territorio protegido como Parque Natural de las Sierras de Tejeda, Almijara y Alhama.
Cómo llegar al punto de partida
El punto de partida de esta ruta está en el propio pueblo de Canillas de Aceituno. Concretamente se puede comenzar junto al ayuntamiento de la localidad (coordenadas 873354, -4.081810 ). Para llegar hasta este punto habrá que dejar bien estacionado el vehículo en las calles cercanas. Al pueblo se accede principalmente desde la Autovía del Mediterráneo. En esta carretera, en sentido Motril desde Málaga, hay que tomar el desvío indicado para Vélez, para después seguir en dirección a Alhama de Granada. A unos 12 kilómetros habrá que desviarse por la MA-125 que conduce directamente a Canillas de Aceituno.
Descripción de la ruta
El inicio y los primeros metros de esta ruta coinciden con los del ascenso a La Maroma desde Canillas de Aceituno. Por eso, habrá que comenzar junto al Ayuntamiento el cartel que indica esta cima de Sierra Tejeda. En esos primeros metros habrá que ascender por las calles más empinadas del casco urbano hasta salir de él. De esta forma se llega hasta un carril ancho desde el que hay que buscar una acequia en su margen derecho (si se siguiera ascendiendo se subiría en ascenso a La Maroma).
Una vez que se toma la acequia habrá que seguirla en paralelo o incluso sobre ella misma durante buen parte del recorrido. Habrá que prestar atención fundamentalmente a los tramos que puedan resbalar, como algunos que están inclinados u otros donde el agua ha mojado el borde de la acequia. De esta forma se comienza a caminar prácticamente en llano hacia el paraje de La Rahíge, bordeando siempre Sierra Tejeda en sentido a Sedella. Poco a poco se irá dejando atrás el casco urbano de Canillas de Aceituno, del que se tendrá una bonita perspectiva con el telón de fondo del pantano de La Viñuela.
A través de este camino se podrán ver a ambos lados densos campos de cereales, ya sea de avena, cebada o trigo. Hemos de seguir este canal a la derecha, pasando junto a varios huertos y unos vetustos olivos; en tanto, en la orla de la acequia se afanan algunas adelfas, juncos y helechos. Las lomas que contornean el camino se hallan cubiertas por manchas de pinar y algarrobos dispersos. Enfrente, hacia el sur, oteamos el cerro Rompealbardas, completamente dedicado al cultivo de la vid.En lontananza se irán viendo más estampas singulares, como el propio pueblo de Casabermeja, la sierra de las Cabras o la entrada a la Axarquía por el corredor de Colmenar.
Tras un kilómetro aproximadamente se pasa a una cañada y tras ésta, se alcanza el lugar conocido como El Albercón, que es una antigua alberca, donde aún se recoge gran parte del agua que riega los campos de la zona. En este punto, habrá que tomar la senda de la izquierda que es más abrupta y dura que el camino realizado hasta el momento. Desde allí el sendero vuelve a ser eminentemente llano, y tras pasar por el Pataje El Mohay daremos vistas al barranco de la Mina, donde destaca una corraleta ganadera en desuso.
Avanzamos rodeando el cerro de Juan Zamora y, tras pasar el Paraje Pechos de Campanario, llegamos a un rancho en ruinas con una fuente seca aledaña.
Sin dejar la acequia como guía, se llega a una caseta construida recientemente para la descalcificación del agua. Justo ahí se puede tener una perspectiva del área recreativa de La Rahíge, que está atravesado por el río Almanchares. Sin embargo, los pasos del senderista no descenderán hasta allí sino que continuarán el camino principal.
Escasos metros después accedemos a la Colada Chica, el primer andén o pasarela sobre con un precipicio de 50 m de caída. El panorama lo podemos calificar de sorprendente. Abajo corren las aguas del Almanchares encajado entre paredes cubiertas de romero y sabinas. Si elevamos la vista, contemplaremos un majestuoso cuadro de la cabecera del Almanchares amparada por las altivas cumbres de Sierra Tejeda.
La segunda pasarela, llamada Colada Grande, es un poco más larga e igualmente se asoma al abismo del río, de ahí que no extrañe que al paraje le llamen El Saltillo.
Seguidamente, la vereda se va acercando al cauce, lo que se traduce en una mayor presencia de plantas como la hiedra, candilejos, nueza negra y madre selva cubriendo numerosos roquedos.
Acaba el trayecto en el propio río, justo donde se halla la toma de abastecimiento. El sitio es realmente pintoresco, con el Almanchares desprendiéndose entre cascadas y marmitas de aguas cristalinas.
El regreso se hace por el mismo camino de ida; pero nosotros decidimos alargar la ruta enlazándola con en ascenso al Paraje de la Rábita. Para ello habrá que ascender por un roquedal calizo, junto al que llama la atención las arenas de playa que han sido fruto de la erosión de las piedras.
Este enlace hasta La Rábita con el Sendero de la Casa de la Nieve, que asciende hasta la cota máxima de la provincia de Málaga “La Maroma”, se realiza casi campo a través,; con un ascenso exigente y por un sendero muy difuso, marcado levemente con escasos hitos de piedra. ¡¡¡ATENCIÓN!!! Para realizar este duro ascenso de 1,5 Km aproximadamente se recomienda el uso del GPS.
En este ascenso por el Cerro de Juan Zamora y tras bordear unos escarpes rocosos, tuvimos la suerte de ver la planta conocida como Miel de Pastor o Teticas de Doncella (Cytinus hypocistis); que es una especie parasitaria de Jaras y romeros y que es polinizada por las hormigas; de sabor dulce y vivos colores rojos y amarillos.
Tras este gran esfuerzo para subir, llegamos al paraje conocido como La Rábita, donde podemos encontrar la Cueva y Fuentes homónimas.
La cueva de la Rábita no se trata de una cavidad natural, ya que es una mina. De la que se abandono su extracción. La cavidad se encuentra a una altitud de 1200 metros, y tiene un desarrollo de 70 metros, con una profundidad de 7 metros. Carece de espeleotemas, ya que son todas galerías excavadas.
Justo al lado de esta se sitúa su hermana la Rabita II, que es más pequeña de desarrollo y su galería se encuentra inundada.
La cueva de la Rábita (entrada de una mina) fue también rábita o morabito y subsistió como tal hasta 1571. Se trata de la Cueva de los Santones o Rabita de Canillas de Aceituno, hoy todavía visitada y honrada por algunos sufíes andaluces que quieren honrar a los maestros espirituales esotéricos sufíes del Islam.
El cronista Luis del Mármol y Carvajal, en su “Historia de la rebelión y castigo de los moriscos del reino de Granada”, por el año 1568-1569, relata lo siguiente: “…“Allí nombraron capitanes particulares de cada lugar y pareciéndoles que estarían mejor todos juntos en el Peñón de Frigiliana, que era muy fuerte y cerca de la mar, enviaron a decir a los del fuerte de Sedella que se viniesen a juntar con ellos. Los cuales, confiados en la vana devoción que tenían con los sepulcros de cuatro morabitos que decían estar enterrados en la Rabita de Canillas de Aceituno, que está junto al fuerte, no querían desamparar el sitio hasta que, enviándoles gente y bagajes, los obligaron a no hacer otra cosa contra la voluntad de un moro viejo, llamado el Jorrón de Leimon, que les decía que por ninguna cosa lo dejasen, porque era lugar dichoso, donde habían tenido siempre felices sucesos los moros con la protección de aquellos santos, y que esto se hallaba en sus escrituras ”.
Se dice que dichos santones están enterrados en la cavidad; hecho que todavía no se ha podido demostrar. Son muchos los excursionistas que han escuchado susurros dentro de la cavidad. También cuentan que al realizar fotografías han salido reflejados orbes (especie de puntos blancos), sin explicación alguna.
A día de hoy se sigue rezando en la zona. Se pueden ver grupos de musulmanes de la axarquía en la zona de la cueva, que siguen el culto Sufi.
Como comentábamos, junto a la cueva se encuentran dos fuentes: una de mampostería seca y otra acotada y con agua que sirve de refugio a reptiles y anfibios.
Desde aquí ya solo nos resta un largo descenso por un sendero bien marcado, que como decíamos sube hasta la Maroma, pero que nosotros lo haremos en descenso. Obteniendo unas inmejorables panorámicas del Embalse de la Viñuela y de Canillas de Aceituno y la costa de Vélez Málaga. Pasaremos por los parajes de la Lomilla del Albercón y Lomilla del Huertezuelo y entra ambas vimos una canalización de agua con tuberías de arcilla que suponemos serían de época árabe.
Unos cuantos zigzag en descenso y llegamos hasta el punto de partida y final de la ruta. Pero no sin antes realizar una visita turística a la localidad de Canillas de Aceituno; pudiendo ver: El Ayuntamiento, La casa de Diezmos o de la Reina Mora, La Iglesia,, el Mirador Oasis de las Mariposas, los restos del Castillo, el Lavadero y la Fuente Fuera.
Casa Consistorial
El ayuntamiento es una pintoresca muestra de arquitectura popular. Su aspecto es fruto de los cambios en los aspectos y funciones que ha sufrido a lo largo del tiempo.
Casa de los diezmos
La casa de los diezmos es un edificio que al igual que el ayuntamiento se encuentra ubicado en la Plaza de la Constitución, data del siglo XVI. Es un edificio que también es conocido como Casa de la Reina Mora, que conserva una torre abierta con arcos germinados ciegos, de estilo mudéjar. En este edificio era donde se controlaba la producción y venta de la seda.
Iglesia de Nuestra Señora del Rosario
La iglesia de Nuestra Señora del Rosario se encuentra ubicada en lo que hoy día es el centro del pueblo, aunque cuando ésta fue construida estaba situada en la parte más alta de éste. Por otro lado, desde su terraza, se observa un lindo paisaje. Fue construida sobre el solar de la antigua mezquita en el siglo XVI y reformada en el siglo XIX. Su estilo es gótico-mudéjar. Tiene una torre situada en la cabecera, que se inicia en base cuadrada y termina en base octogonal. En cuanto a su interior está dividido en tres naves de 40 metros de largo que se delimitan con pilares cruciformes que apean arcos apuntados. El techo está cubierto por una armadura de parhilera con tirantes la central y de colgadizo las laterales. También hay dos capillas barrocas del siglo XVIII, una imagen de la Virgen de la Cabeza, actual patrona del pueblo, un lienzo pintado a mano con el tema de la piedad y tres esculturas de tamaño mediano: San Antonio (obra del círculo de Mena), San Francisco Javier (obra del círculo de Zayas) y San Antón. La iglesia también poseía una antigua talla de madera de la Virgen de la Cabeza, posiblemente dicha talla fue traída por repobladores provenientes de Andújar, dónde existía una gran devoción por dicha virgen. Durante el periodo que va de 1931 a 1937, periodo que corresponde a la Segunda República Española y la Guerra Civil, se perdió o se destruyó esta talla, junto con otros bienes eclesiásticos.
Restos del castillo
También existen restos del antiguo castillo, situado en la plaza que tiene su mismo nombre, ya que era el camino por dónde se accedía al antiguo castillo.
Fauna y flora
La variedad botánica es muy variada, ya que se combinan enclaves típicos de sierra con los de ribera en el último tramo. Así, en el trayecto se podrán ver pinos -pinaster y negro-, olivos, acebuches, varios tipos de matorrales (esparto, tomillo, matagallos y aulagas, altabacas) y palmito.
En lo que se refiere a fauna, la reina de esta zona es la cabra montesa, que se puede ver con cierta facilidad a primera hora de la mañana o ya por la tarde. Más complicado será avistar a los jabalíes que merodean la zona. Son más escurridizos, pero suelen dejar huella de su presencia en el camino. También se pueden ver numerosas aves. Algunas rapaces, como distintos tipos de águila; carroñeras, como el buitre leonado; y aves propias de estos hábitats, como la collalba negra, el escribano montesino y el acentor alpino.
Parte de esta descripción ha sido extraida de diariosur de Málaga.
Pura adrenalina. Canillas de Aceituno se presenta como un municipio para la práctica del senderismo más vertiginoso. Este pueblo axárquico, que es punto de partida de una de las subidas a la cima de La Maroma, ha rehabilitado recientemente la pasarela de El Saltillo, considerada como 'El Caminito de la Axarquía'.
Ubicación
Esta ruta une el casco urbano de Canillas de Aceituno con el paraje de La Rahíge, un enclave situado en torno al cauce del río Almanchares, que baja precipitado desde Sierra Tejeda, la cordillera montañosa que tiene como cima La Maroma. El enclave se encuentra, por tanto, dentro del territorio protegido como Parque Natural de las Sierras de Tejeda, Almijara y Alhama.
Cómo llegar al punto de partida
El punto de partida de esta ruta está en el propio pueblo de Canillas de Aceituno. Concretamente se puede comenzar junto al ayuntamiento de la localidad (coordenadas 873354, -4.081810 ). Para llegar hasta este punto habrá que dejar bien estacionado el vehículo en las calles cercanas. Al pueblo se accede principalmente desde la Autovía del Mediterráneo. En esta carretera, en sentido Motril desde Málaga, hay que tomar el desvío indicado para Vélez, para después seguir en dirección a Alhama de Granada. A unos 12 kilómetros habrá que desviarse por la MA-125 que conduce directamente a Canillas de Aceituno.
Descripción de la ruta
El inicio y los primeros metros de esta ruta coinciden con los del ascenso a La Maroma desde Canillas de Aceituno. Por eso, habrá que comenzar junto al Ayuntamiento el cartel que indica esta cima de Sierra Tejeda. En esos primeros metros habrá que ascender por las calles más empinadas del casco urbano hasta salir de él. De esta forma se llega hasta un carril ancho desde el que hay que buscar una acequia en su margen derecho (si se siguiera ascendiendo se subiría en ascenso a La Maroma).
Una vez que se toma la acequia habrá que seguirla en paralelo o incluso sobre ella misma durante buen parte del recorrido. Habrá que prestar atención fundamentalmente a los tramos que puedan resbalar, como algunos que están inclinados u otros donde el agua ha mojado el borde de la acequia. De esta forma se comienza a caminar prácticamente en llano hacia el paraje de La Rahíge, bordeando siempre Sierra Tejeda en sentido a Sedella. Poco a poco se irá dejando atrás el casco urbano de Canillas de Aceituno, del que se tendrá una bonita perspectiva con el telón de fondo del pantano de La Viñuela.
A través de este camino se podrán ver a ambos lados densos campos de cereales, ya sea de avena, cebada o trigo. Hemos de seguir este canal a la derecha, pasando junto a varios huertos y unos vetustos olivos; en tanto, en la orla de la acequia se afanan algunas adelfas, juncos y helechos. Las lomas que contornean el camino se hallan cubiertas por manchas de pinar y algarrobos dispersos. Enfrente, hacia el sur, oteamos el cerro Rompealbardas, completamente dedicado al cultivo de la vid.En lontananza se irán viendo más estampas singulares, como el propio pueblo de Casabermeja, la sierra de las Cabras o la entrada a la Axarquía por el corredor de Colmenar.
Tras un kilómetro aproximadamente se pasa a una cañada y tras ésta, se alcanza el lugar conocido como El Albercón, que es una antigua alberca, donde aún se recoge gran parte del agua que riega los campos de la zona. En este punto, habrá que tomar la senda de la izquierda que es más abrupta y dura que el camino realizado hasta el momento. Desde allí el sendero vuelve a ser eminentemente llano, y tras pasar por el Pataje El Mohay daremos vistas al barranco de la Mina, donde destaca una corraleta ganadera en desuso.
Avanzamos rodeando el cerro de Juan Zamora y, tras pasar el Paraje Pechos de Campanario, llegamos a un rancho en ruinas con una fuente seca aledaña.
Sin dejar la acequia como guía, se llega a una caseta construida recientemente para la descalcificación del agua. Justo ahí se puede tener una perspectiva del área recreativa de La Rahíge, que está atravesado por el río Almanchares. Sin embargo, los pasos del senderista no descenderán hasta allí sino que continuarán el camino principal.
Escasos metros después accedemos a la Colada Chica, el primer andén o pasarela sobre con un precipicio de 50 m de caída. El panorama lo podemos calificar de sorprendente. Abajo corren las aguas del Almanchares encajado entre paredes cubiertas de romero y sabinas. Si elevamos la vista, contemplaremos un majestuoso cuadro de la cabecera del Almanchares amparada por las altivas cumbres de Sierra Tejeda.
La segunda pasarela, llamada Colada Grande, es un poco más larga e igualmente se asoma al abismo del río, de ahí que no extrañe que al paraje le llamen El Saltillo.
Seguidamente, la vereda se va acercando al cauce, lo que se traduce en una mayor presencia de plantas como la hiedra, candilejos, nueza negra y madre selva cubriendo numerosos roquedos.
Acaba el trayecto en el propio río, justo donde se halla la toma de abastecimiento. El sitio es realmente pintoresco, con el Almanchares desprendiéndose entre cascadas y marmitas de aguas cristalinas.
El regreso se hace por el mismo camino de ida; pero nosotros decidimos alargar la ruta enlazándola con en ascenso al Paraje de la Rábita. Para ello habrá que ascender por un roquedal calizo, junto al que llama la atención las arenas de playa que han sido fruto de la erosión de las piedras.
Este enlace hasta La Rábita con el Sendero de la Casa de la Nieve, que asciende hasta la cota máxima de la provincia de Málaga “La Maroma”, se realiza casi campo a través,; con un ascenso exigente y por un sendero muy difuso, marcado levemente con escasos hitos de piedra. ¡¡¡ATENCIÓN!!! Para realizar este duro ascenso de 1,5 Km aproximadamente se recomienda el uso del GPS.
En este ascenso por el Cerro de Juan Zamora y tras bordear unos escarpes rocosos, tuvimos la suerte de ver la planta conocida como Miel de Pastor o Teticas de Doncella (Cytinus hypocistis); que es una especie parasitaria de Jaras y romeros y que es polinizada por las hormigas; de sabor dulce y vivos colores rojos y amarillos.
Tras este gran esfuerzo para subir, llegamos al paraje conocido como La Rábita, donde podemos encontrar la Cueva y Fuentes homónimas.
La cueva de la Rábita no se trata de una cavidad natural, ya que es una mina. De la que se abandono su extracción. La cavidad se encuentra a una altitud de 1200 metros, y tiene un desarrollo de 70 metros, con una profundidad de 7 metros. Carece de espeleotemas, ya que son todas galerías excavadas.
Justo al lado de esta se sitúa su hermana la Rabita II, que es más pequeña de desarrollo y su galería se encuentra inundada.
La cueva de la Rábita (entrada de una mina) fue también rábita o morabito y subsistió como tal hasta 1571. Se trata de la Cueva de los Santones o Rabita de Canillas de Aceituno, hoy todavía visitada y honrada por algunos sufíes andaluces que quieren honrar a los maestros espirituales esotéricos sufíes del Islam.
El cronista Luis del Mármol y Carvajal, en su “Historia de la rebelión y castigo de los moriscos del reino de Granada”, por el año 1568-1569, relata lo siguiente: “…“Allí nombraron capitanes particulares de cada lugar y pareciéndoles que estarían mejor todos juntos en el Peñón de Frigiliana, que era muy fuerte y cerca de la mar, enviaron a decir a los del fuerte de Sedella que se viniesen a juntar con ellos. Los cuales, confiados en la vana devoción que tenían con los sepulcros de cuatro morabitos que decían estar enterrados en la Rabita de Canillas de Aceituno, que está junto al fuerte, no querían desamparar el sitio hasta que, enviándoles gente y bagajes, los obligaron a no hacer otra cosa contra la voluntad de un moro viejo, llamado el Jorrón de Leimon, que les decía que por ninguna cosa lo dejasen, porque era lugar dichoso, donde habían tenido siempre felices sucesos los moros con la protección de aquellos santos, y que esto se hallaba en sus escrituras ”.
Se dice que dichos santones están enterrados en la cavidad; hecho que todavía no se ha podido demostrar. Son muchos los excursionistas que han escuchado susurros dentro de la cavidad. También cuentan que al realizar fotografías han salido reflejados orbes (especie de puntos blancos), sin explicación alguna.
A día de hoy se sigue rezando en la zona. Se pueden ver grupos de musulmanes de la axarquía en la zona de la cueva, que siguen el culto Sufi.
Como comentábamos, junto a la cueva se encuentran dos fuentes: una de mampostería seca y otra acotada y con agua que sirve de refugio a reptiles y anfibios.
Desde aquí ya solo nos resta un largo descenso por un sendero bien marcado, que como decíamos sube hasta la Maroma, pero que nosotros lo haremos en descenso. Obteniendo unas inmejorables panorámicas del Embalse de la Viñuela y de Canillas de Aceituno y la costa de Vélez Málaga. Pasaremos por los parajes de la Lomilla del Albercón y Lomilla del Huertezuelo y entra ambas vimos una canalización de agua con tuberías de arcilla que suponemos serían de época árabe.
Unos cuantos zigzag en descenso y llegamos hasta el punto de partida y final de la ruta. Pero no sin antes realizar una visita turística a la localidad de Canillas de Aceituno; pudiendo ver: El Ayuntamiento, La casa de Diezmos o de la Reina Mora, La Iglesia,, el Mirador Oasis de las Mariposas, los restos del Castillo, el Lavadero y la Fuente Fuera.
Casa Consistorial
El ayuntamiento es una pintoresca muestra de arquitectura popular. Su aspecto es fruto de los cambios en los aspectos y funciones que ha sufrido a lo largo del tiempo.
Casa de los diezmos
La casa de los diezmos es un edificio que al igual que el ayuntamiento se encuentra ubicado en la Plaza de la Constitución, data del siglo XVI. Es un edificio que también es conocido como Casa de la Reina Mora, que conserva una torre abierta con arcos germinados ciegos, de estilo mudéjar. En este edificio era donde se controlaba la producción y venta de la seda.
Iglesia de Nuestra Señora del Rosario
La iglesia de Nuestra Señora del Rosario se encuentra ubicada en lo que hoy día es el centro del pueblo, aunque cuando ésta fue construida estaba situada en la parte más alta de éste. Por otro lado, desde su terraza, se observa un lindo paisaje. Fue construida sobre el solar de la antigua mezquita en el siglo XVI y reformada en el siglo XIX. Su estilo es gótico-mudéjar. Tiene una torre situada en la cabecera, que se inicia en base cuadrada y termina en base octogonal. En cuanto a su interior está dividido en tres naves de 40 metros de largo que se delimitan con pilares cruciformes que apean arcos apuntados. El techo está cubierto por una armadura de parhilera con tirantes la central y de colgadizo las laterales. También hay dos capillas barrocas del siglo XVIII, una imagen de la Virgen de la Cabeza, actual patrona del pueblo, un lienzo pintado a mano con el tema de la piedad y tres esculturas de tamaño mediano: San Antonio (obra del círculo de Mena), San Francisco Javier (obra del círculo de Zayas) y San Antón. La iglesia también poseía una antigua talla de madera de la Virgen de la Cabeza, posiblemente dicha talla fue traída por repobladores provenientes de Andújar, dónde existía una gran devoción por dicha virgen. Durante el periodo que va de 1931 a 1937, periodo que corresponde a la Segunda República Española y la Guerra Civil, se perdió o se destruyó esta talla, junto con otros bienes eclesiásticos.
Restos del castillo
También existen restos del antiguo castillo, situado en la plaza que tiene su mismo nombre, ya que era el camino por dónde se accedía al antiguo castillo.
Fauna y flora
La variedad botánica es muy variada, ya que se combinan enclaves típicos de sierra con los de ribera en el último tramo. Así, en el trayecto se podrán ver pinos -pinaster y negro-, olivos, acebuches, varios tipos de matorrales (esparto, tomillo, matagallos y aulagas, altabacas) y palmito.
En lo que se refiere a fauna, la reina de esta zona es la cabra montesa, que se puede ver con cierta facilidad a primera hora de la mañana o ya por la tarde. Más complicado será avistar a los jabalíes que merodean la zona. Son más escurridizos, pero suelen dejar huella de su presencia en el camino. También se pueden ver numerosas aves. Algunas rapaces, como distintos tipos de águila; carroñeras, como el buitre leonado; y aves propias de estos hábitats, como la collalba negra, el escribano montesino y el acentor alpino.
Parte de esta descripción ha sido extraida de diariosur de Málaga.
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Easy to follow
Scenery
Moderate
Espectacular.
juantienda, gracias por tu valoración y comentario.
UN SALUDO