Los Roblones de Ahedo de Linares. Árboles singulares de Las Merindades. Sierra de Retuerta. Merindad de Sotoscueva.
near Haedo de Linares, Castilla y León (España)
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Itinerary description
Ruta sencilla y maravillosa alrededor de Ahedo de Linares, una de las cinco villas de Sotoscueva.
Descubrimos aquí los Roblones de Ahedo de Linares.
Se trata de tres grandiosos robles supervivientes en la sierra de Rituerta, como dicen los lugareños, o Retuerta.
Partimos desde el centro de este modesto pueblo.
Concretamente, junto a la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción.
Bajamos por la carretera, sentido Puentedey.
Doscientos metros por el borde de la carretera para girar a la derecha por un desbrozado desnivel de la ladera del monte y que se encuentra perfectamente señalizado hacia arriba.
No hemos llegado a los troncos de estos tres señores cuando se vislumbran con orgullo al reconocer sus magníficas copas arbóreas.
Enseguida llegamos a ellos.
Abrazos infinitos y una sensación maravillosa y muy reconfortante recorre el espíritu de cualquiera que tenga un mínimo de sensibilidad.
Su belleza, su localización, su historia y su gran porte hacen que el mundo sea más bello que antes de descubrirlos.
Mil rodeos entre sus redondos troncos.
Además, la nieve de estos días provoca una estampa idílica invernal.
Subimos hasta el depósito de agua que se encuentra sobre los Roblones buscando sendas entre el bosque, pero al no ver nada claro regresamos de nuevo a la vera de los colosos.
Nos despedimos con pena y por la senda del depósito hacia el pueblo bajamos a su altura.
Un parque infantil, un gran roble aislado y la bolera conforman un bello rincón recreativo.
Encaramos por detrás de las casas un camino descendente hacia rodillos de tierra perimetrados con tapias de piedra.
Entre ellas encontramos en la parte más baja de la vaguada una poza y orgullosos ejemplares de robles marcando la senda para acceder al corazón de la sierra de la Rituerta o Retuerta.
Comenzamos a subir de manera intuitiva, pues la nieve no deja vislumbrar las huellas de la senda.
Tan solo la experiencia de tantos paseos nos facilita el ascenso entre la espesura de los robles y encinas que dejan hueco de manera educada al camino.
Pisar nieve y solo nieve hace más cómodo el avance, pues evitamos el matorral boscoso y podemos quitarnos de las temidas aliagas y argomas.
Seguimos para arriba zigzagueando hasta llegar al corte de la sierra.
Un sendero de este a oeste la atraviesa y nos anima a continuar de forma más desenfadada nuestra aventura de hoy.
Nos asomamos desde un balcón natural hacia el norte de Sotoscueva y podemos disfrutar de unas inmensas y espectaculares panorámicas hacia el Somo al fondo y del castro de la Mesa de Cornejo en primer plano.
Además, el paisaje nevado lo hace más especial.
Existe un camino de este a oeste por todo el cordal de la Sierra de Retuerta, pero nosotros decidimos gracias a la nieve caída descender en perpendicular recorriendo todo el bosque de robles y sobrepasando la cueva de las Barreras, que no pudimos localizarla, hasta llegar a la ladera donde los habitantes de Ahedo sembraban cereal.
En paralelo a un gran muro de piedra y dirección hacia el poblado llegamos al cruce de caminos que nos va a permitir acceder fácilmente al núcleo urbano de esta humilde localidad de Sotoscueva.
Descubrimos aquí los Roblones de Ahedo de Linares.
Se trata de tres grandiosos robles supervivientes en la sierra de Rituerta, como dicen los lugareños, o Retuerta.
Partimos desde el centro de este modesto pueblo.
Concretamente, junto a la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción.
Bajamos por la carretera, sentido Puentedey.
Doscientos metros por el borde de la carretera para girar a la derecha por un desbrozado desnivel de la ladera del monte y que se encuentra perfectamente señalizado hacia arriba.
No hemos llegado a los troncos de estos tres señores cuando se vislumbran con orgullo al reconocer sus magníficas copas arbóreas.
Enseguida llegamos a ellos.
Abrazos infinitos y una sensación maravillosa y muy reconfortante recorre el espíritu de cualquiera que tenga un mínimo de sensibilidad.
Su belleza, su localización, su historia y su gran porte hacen que el mundo sea más bello que antes de descubrirlos.
Mil rodeos entre sus redondos troncos.
Además, la nieve de estos días provoca una estampa idílica invernal.
Subimos hasta el depósito de agua que se encuentra sobre los Roblones buscando sendas entre el bosque, pero al no ver nada claro regresamos de nuevo a la vera de los colosos.
Nos despedimos con pena y por la senda del depósito hacia el pueblo bajamos a su altura.
Un parque infantil, un gran roble aislado y la bolera conforman un bello rincón recreativo.
Encaramos por detrás de las casas un camino descendente hacia rodillos de tierra perimetrados con tapias de piedra.
Entre ellas encontramos en la parte más baja de la vaguada una poza y orgullosos ejemplares de robles marcando la senda para acceder al corazón de la sierra de la Rituerta o Retuerta.
Comenzamos a subir de manera intuitiva, pues la nieve no deja vislumbrar las huellas de la senda.
Tan solo la experiencia de tantos paseos nos facilita el ascenso entre la espesura de los robles y encinas que dejan hueco de manera educada al camino.
Pisar nieve y solo nieve hace más cómodo el avance, pues evitamos el matorral boscoso y podemos quitarnos de las temidas aliagas y argomas.
Seguimos para arriba zigzagueando hasta llegar al corte de la sierra.
Un sendero de este a oeste la atraviesa y nos anima a continuar de forma más desenfadada nuestra aventura de hoy.
Nos asomamos desde un balcón natural hacia el norte de Sotoscueva y podemos disfrutar de unas inmensas y espectaculares panorámicas hacia el Somo al fondo y del castro de la Mesa de Cornejo en primer plano.
Además, el paisaje nevado lo hace más especial.
Existe un camino de este a oeste por todo el cordal de la Sierra de Retuerta, pero nosotros decidimos gracias a la nieve caída descender en perpendicular recorriendo todo el bosque de robles y sobrepasando la cueva de las Barreras, que no pudimos localizarla, hasta llegar a la ladera donde los habitantes de Ahedo sembraban cereal.
En paralelo a un gran muro de piedra y dirección hacia el poblado llegamos al cruce de caminos que nos va a permitir acceder fácilmente al núcleo urbano de esta humilde localidad de Sotoscueva.
Waypoints
Comments (2)
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Que cerca lo tenemos y que poco lo conocemos. Da gusto leer la explicación del itinerario.
Gracias. Muchos tesoros nos esperan.