Los Guájares- SL-A 52 Sendero del Castillejo y SL-A 53 Senderos del río de la Toba

INFORMACIÓN CULTURAL:

El municipio de los Guájares está compuesto por tres núcleos de población: , Guájar Fondón, Guájar Faragüit, en el que se encuentra el Ayuntamiento, y Guájar Alto. En conjunto, el valle de Los Guájares constituye todavía un enclave natural y paisajístico privilegiado.

El topónimo Guájar se deriva del vocablo árabe Wa-run, que significa abrupto, escarpado, de difícil acceso. Por tanto, su denominación hace referencia a la casi inaccesibilidad de los tres pueblos. Tanto es así que su estructura y topografía implicaron en su momento una modificación del espacio físico. Se realizaron acequias de derivación y otras obras hidráulicas, así como el aterrazamiento del terreno para cultivos agrícolas. Estos sistemas de regadío aún perduran en la actualidad.

Sus primeros pobladores fueron probablemente almohades que vivían en alquerías. Con la reconquista, el territorio de este municipio fue repartido por los Reyes Católicos entre algunos de sus principales lugartenientes, correspondiendo Guájar Faragüit a Luis de Portocarrero y Guájar Fondón a don Juan de Ulloa. Durante la llamada Guerra de las Alpujarras se vivió aquí uno de sus episodios más sangrientos, al remontar las tropas del marqués de Mondéjar el curso del río Toba con la orden de pasar a cuchillo a cuantos moriscos encontraran a su paso.

Tras la expulsión de los moriscos y la posterior repoblación del lugar con colonos de otras regiones, las alquerías que hasta entonces ocupaban el valle quedaron reducidas a los tres Guájares actuales. Quedando abandonado el antiguo poblado fortificado existente en el pago conocido actualmente con el nombre de ‘El Castillejo’.

El Castillejo es un poblado fortificado almohade del siglo XIII, construido en tapial y mampostería. Su entrada principal es en doble recodo, con una habitación en forma de u que cumplía una función defensiva. Una calle principal divide al poblado en dos partes. En el lado izquierdo se han documentado varias viviendas con un patio central y habitaciones dispuestas alrededor de éste. En la parte derecha alguna de las viviendas presentan escaleras interiores.

El estudio de los restos cerámicos ha aportado bastante información sobre estas poblaciones dedicadas a la agricultura, ganadería y producción de seda. En el siglo XVI fue ocupado por moriscos que convirtieron el poblado en una mezquita.

Embutidos caseros, ollas, pucheros, ensaladas de tomates secados al sol, orejones y migas son algunas de las delicias que ofrece la cocina guajareña. El choto en salsa es uno de los platos más afamado de la zona.


DESCRIPCIÓN DEL RECORRIDO:


Iniciamos esta ruta, que une dos de los senderos propuestos de esta zona: el SL-A 52 y 53, en Guájar Fodón. Callejeando por su típica arquitectura urbanística salimos del pueblo e iniciamos el Sendero SLA-52 al Castillejo. El ascenso por una vereda entre cultivos de aguacates, chirimoyas, caquis, olivos, almendros…nos conducirá al Paraje de La Hoya donde encontramos varios ejemplares de olivos centenarios; siguiendo el sendero llegaremos al Paraje de Los Jacintos donde hay varias albercas para el regadío.

Llegamos al Barranco de Rendate, este barranco debe su nombre a un monfíl (un bandolero árabe) llamado “Rendati” que se escondía por esos parajes. El ascenso se hace algo más duro en el Paraje del mencionado Rendate y pronto llegaremos al Castillejo, anteriormente descrito. Aquí hacemos una parada obligatoria para observar la fortificación y sus panorámicas.

Descendemos en dirección Guájar Faragüit y antes de llegar a la población nos desviamos por un sendero a la izquierda para empezar otro largo ascenso que discurre por un inmejorable ejemplo de bosque mediterráneo con encinas, pinos, jaras, algarrobos, acebuches, cornicabras, romero, brezo, boj…y que nos conducirá hasta el Paraje de la Viñuela donde encontramos una pequeño cortijo y comienza una pista. Esta nos conducirá en primer lugar al Collado de La Viñuela y posteriormente a los dos miradores de La Viñuela; el primero con vistas a Guájar Alto y el segundo con una amplia panorámica del Valle del Río de La Toba y de la Cascada de La Toba por la que pasaremos en el regreso. Aquí se encuentra la cota de máxima altura de esta ruta.

Seguimos por la pista ahora en un relajado descenso por La Cañada de la Guita, con el aroma de innumerables plantas aromáticas. Nos desviaremos de la pista por un sendero con un frondoso bosque que nos acompaña hasta el Paraje Las Roturas y después al Barranco de Morrón y al Paraje de La Capellanía. Algunos barrancos presentan un elevado interés ecológico, albergando una característica vegetación adaptada al ambiente húmedo que desarrolla, como por ejemplo: durillo, culantrillo y otros helechos, higuera, candilico, etc…

Desde el Paraje de la Capellanía tenemos unas buenas vistas al que ya parece cercano Guájar Alto. Pero no está tan cerca ya que ahora daremos un rodeo; comenzaremos un nuevo y exigente ascenso por un precioso sendero paralelo al Barranco de la Sima y con unas magníficas panorámicas de la Sierra del Chaparral.

Y llegamos al mirador de La Rebalosa; desde él, de oeste a este podemos observar los siguientes enclaves de nuestra sierra: Cerro de la Cruz, Sierra del Chaparral, Cerro de Juan Díaz, Cerro del Cacharro, Cerro de la Florosa, Puntal de las Cañas, Alto del Picacho y Alto del Rayo. Al fondo se ve la Sierra de Los Guájares, con la Giralda (el pico más alto), Guájar Alto abajo y tras él, El Espejo. A continuación de la Giralda están Los Jarales y el Barranco del Río de la Toba.

Descenderemos paralelos al Barranco de La Fuente Santa, un verdadero vergel donde resaltan los cultivos tropicales, las albercas, los aterrazamientos, las fuentes y el verdor. Tras pasar por le Paraje de Las Cabezuelas llegaremos a la localidad de Guájar Alto; subiremos al Mirador de La Era de Las Casas Altas. Unas preciosas vistas de todo el valle, junto al consultorio y el colegio. Pensamos que la espera para el cole o el turno en el consultorio es un privilegio en este lugar.

Toca descanso; toca beber en la Fuente de los Tres Caños y comer en el restaurante Casa Carmen cuyas especialidades son las comidas caseras y sobre todo el puchero de hinojos, el choto y las migas…riquísimos. Hoy muy tranquilo, nos permite charlar un rato con los aldeanos y Dori, la cocinera, que nos cuenta muy amablemente algunos secretos de sus guisos y de la vida en la zona.

Iniciamos el regreso por la Carretera GR-A 4300 y a la izquierda, en el cauce del río, vemos las ruinas de lo que claramente era un molino. Si uno se fija, se ve la acometida en forma de acequia construida para alimentar de energía al molino y la salida de agua por dos arcos de medio punto.

Tras pasar una curva en la carretera nos desviamos para ver, junto al Río Toba, el Área Recreativa Los Guájares, donde hay bancos, mesas y barbacoas para hacer un pequeño receso. También hay lo que parece un molino en ruinas y una cascada muy bonita ya que forma una verde pradera en sus faldas.

Muy cerca nos desviaremos de la carretera a la izquierda por un sendero que nos sirve de enlace con la acequia de La Toba. Una vez en ella disfrutaremos de unas panorámicas espectaculares de lo ya andado hasta ahora y de la Cascada de La Toba, que surge de la Acequia y vierte sus aguas en una caída vertiginosa hasta el río del mismo nombre creando una magnífica imagen de postal.

Nos desviaremos de la acequia y descenderemos por el Paraje de La Cañada donde se encuentra el Mirador de la Era del Tejar. Era antiguamente utilizada para la trilla. Al lado de ella hay un horno utilizado en su día para la elaboración de tejas. Otro aspecto peculiar de este paraje son los fósiles marinos que abundan en los taludes arcillosos de los alrededores.

Cruzaremos la carretera y por otro sendero que circula junto a otra acequia llegamos al Barranco de Los Jarales donde comienza el pueblo de Guájar Faragüit. Muy cerca está el Mirador de la Vega, otra magnífica imagen de postal y donde bebemos esa agua tan fresquita que sale de su grifo en forma de rana.

Atravesaremos el pueblo disfrutando de su arquitectura urbana; los tinaos, la iglesia de la Encarnación y el ya encendido alumbrado de navidad. La noche se nos viene encima; menos mal que el camino que une Faragüit y Fondón está iluminado con farolas. Salimos por la calle Lavadero, continuando por el bonito camino antiguo que une los núcleos de Guájar Faragüit y Guájar Fondón, pasando por el Mirador de la Cruz.

Al llegar al campo de fútbol volvemos a cruzar el Río de la Toba, pasaremos por el Paraje de Las Cabezuelas, subiremos la calle Molino, donde se encuentra el Molino La Molinera, hasta llegar a la Plaza de la Iglesia de San Antonio de Guájar Fondón, donde se da por finalizada nuestra ruta.