Lomas de Riquiánez (Circular)

Relajante paseo por las lomas de Riquiánez, cuyo topónimo deriva de la contracción del nombre de su antiguo propietario, Enríquez Yánez, en un entorno de bellos paisajes naturales y elementos de importante valor etnográfico como son sus estanques de barro masapés o sus hornos de de teja y ladrillos.



De la mutitud de caminos de subida y bajada desde la zona del Polideportivo de Arucas hasta la cima de las lomas de Riquiánez elegimos dos de los más directos y rápidos. Estando al realizar este paseo en la fase 1 de la desescalada de la primera oleada de covid-19, tenemos unos ridículamente limitados horarios para ejercer la actividad y es necesario ir al grano y llegar lo antes posible al objetivo.

Gracias a Baler@Wikiloc por su ruta "Balsas de Visvique -Lomo Riquianez.ARUCAS .GRAN CANARIA" (https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/balsas-de-visvique-lomo-riquianez-arucas-gran-canaria-43012914). Me orientó para la bajada desde la loma de Riquiánez hasta los estanques junto a Visvique.

Los tramos relativamente complicados son los del ascenso y descenso. En el ascenso, y una vez llegados al Mirador de Riquiánez, subimos en línea recta por la misma cresta de la loma. Existe un camino y no diría que es necesario trepar, pero casi. En el descenso, el camino es bastante pendiente y en algunos puntos quedamos algo expuestos. Para aquellos que no tengan las limitaciones horarias que tuve yo y/o prefieran una subida y una bajada más suave, les recomiendo que opten por otros senderos más sencillos. La zona está llena de ellos, eso sí, sin señalizar.

Ya en la cima, destacar las vistas hacia Arucas, Visvique, Masapaeses, Cardones y Las Palmas, así como, en días despejados, el Pico del Rayo y las cumbres de la isla.

Aunque con poca agua cuando pasé para la época del año en la que estábamos, los estanques, a modo de pequeños lagos, nos deleitaron por su belleza y por la multitud de aves que pululaban por sus entornos.

Lomas de Riquiánez, normalmente un oasis de tranquiliad a un tiro de piedra de Arucas, salpicado esta vez por el bullicio de ciclistas, caminantes y corredores que el covid-19 llevó a sus cimas esos días.