Llíber a Senija. Camins de pedra seca. GR-330 y Cami dels Morterets.

Día que se prevee caluroso, de esos que no animan para intentar una ruta exigente, y donde siempre se agradece algo de sombra o un buen lugar para bañarse. La solución es empezar la ruta pronto, para lo que un lugar cercano es lo mejor; una playa, en sábado de verano, se da por descartada, pero la Vall de Pop ofrece muchas posibilidades, así que sacamos el mapa y diseñamos a mano una ruta entre Senija y Llíber, que luego modificaremos según conveniencia mientras nos ajustamos hasta cierto punto al trazado previsto, empezando por el inicio, que pasa a ubicarse en Llíber.
Llíber y Senija son dos pequeñas y muy bellas poblaciones separadas por una pequeña sierra donde destacan las elevaciones de El Collado y la Peña del Morteret, por las que pasan precisamente los senderos que seguiremos en esta ruta. Son senderos de excelente trazado, que atraviesan zonas boscosas que ofrecen cierta protección contra el sol, y donde podemos encontrar preciosas vistas pero también varios restos de la vida de antaño, como las numerosas construcciones de pedra seca que aparecenn en el camino. Pero, si les digo la verdad, lo que más me gustó es el maravilloso paisaje en estas fechas de los impresionantes viñedos (algunos algo abandonados pero la mayoría muy bien cuidados), que comienzan a mostrar los primeros esbozos de lo que luego serán racimos de uvas de excepcional calidad. Parte de la ruta discurre por caminos asfaltados u hormigonados, pero la circulación es escasísima (alguna mula mecánica y un carro tirado por un caballo, fuera de los caminantes que paseaban a sus perros), y la mente olvida el suelo para fijarse constantemente en un entorno maravilloso, fresco y verde a principios de verano.
La ruta comienza en las cercanías del ayuntamiento de Llíber, en un aparcamiento donde está uno de los pozos de Llíber, desde el que nos dirigiremos hacia el Camí del Mig, para luego girar a la izquierda y continuar por un estrecho camino hormigonado que atraviesa unos extensos viñedos, muy bien cuidados en su mayoría, con unas plantas de buen tamaño en las que ya comienzan a verse los primordios de racimos que inician su desarrollo. Seguimos hacia el fondo del valle, en dirección a El Tossalet, para luego girar a la izquierda y continuar por una zona boscosa que más adelante, tras un giro a la derecha, pasará a llevarnos por el GR-330 hasta el lugar donde deberemos cruzar la CV-345. Aquí parece que las señales del GR sugieran que se debe seguir por la izquierda, pero es un error; lo mejor es cruzar la carretera y girar a la derecha, para encontrar casí de inmediato las señales que indican la salida por la izquerda de un sendero, algo tapado al principio por la vegetación, que pronto se aclara mientras continúa el camino por el lapiaz que forma el suelo en esta zona. Casi desde el principio el sendero sigue un trayecto ascendente, con ligera pendiente, mientras sube hacia El Collado. Poco más adelante empezaremos a ver los carteles informativos de Camins de pedra seca, al tiempo que vemos distintos tipos de construcciones de ese material. Poco después alcanzaremos el collado y empezaremos a descender hacia Cometa, desde donde nos dirigimos hacia las primeras casas de Senija.
No iremos hacia el centro de la población. A la entrada giraremos a la izquierda, para seguir por el camino del Murtalet, aunque poco después giraremos a la izquierda para iniciar el ascenso hacia las Llomas de l'Agre, continuando después hacia la Peña del Morteret, mientras vemos numerosos restos de construcciones de pedra seca. Esta es la subida más exigente del día, por lo que tendría sentido iniciar la ruta en Senija y hacerla en sentido antihorario para tener una temperatura más baja en esa parte. Una vez superado el collado el sendero comienza a descender lentamente por el valle, con zonas de bosque en las que la marcha es muy agradable, así que tampoco creemos que haya gran diferencia entre uno y otro sentidos de marcha o lugar de comienzo.
Llegaremos al final del descenso a un cómodo camino, asfaltado, que se dirige hacia Llíber por una zona con casas dispersas. Tras cruzar la CV-748 continuaremos por el Camí de la Bassa, en dirección al cementerio, y más adelante giraremos hacia la izquierda, ya con la iglesia parroquial como guía, para dirigirnos hacia el centro de la población, que cruzaremos para llegar al aparcamiento donde hemos dejado el coche y termina la ruta.
En conjunto una ruta muy bonita y poco exigente, aunque en ésta época el nivel de exigencia puede considerarse moderado para las personas menos entrenadas. Hay excelentes vistas y algunas partes de los senderos son realmente bonitas. Calzado de montaña (el lapiaz lo hace obligado), protección solar, sombrero, agua abundante y bastones son recomendaciones apropiadas.