Las Tuerces desde Villaescusa de las Torres

En las estimaciones occidentales del Páramo de la Lora, muy cerca de Villaescusa de las Torres, se encuentra un sorprendente paisaje protegido, cuya parte más notable es un auténtico laberinto rocoso, creado por los procesos de erosión que han tenido lugar en un terreno calizo del cretácico superior. El conjunto tiene una superficie de más de dos mil hectáreas, si bien la zona del laberinto, que constituye el auténtico monumento natural, es mucho más reducida (unas 55 hectáreas), lo que la hace accesible a una visita rápida y sorprendente por la variedad de paisajes por los que iremos pasando. El día se ha levantado nublado y bastante frío, pero el desnivel no parece muy importante y nos ponemos en camino a primera hora. Al alcanzar la parte alta comienza a lloviznar y de inmediato, para nuestra sorpresa, comenzamos a sentir el aguanieves la cara y en pocos minutos, el suelo se cubre de blanco. La precipitación cede poco después, pero la roca está mojada y un resbalón en estos andurriales, al lado de profundos precipicios en el lugar llamado Cornisoto, y sólo, es poco deseable, así sigo un trazado de sendero que pasa por estrecho desfiladero en la piedra, terminando en un pequeño salto de algo más de un metro, con suelo de piedra lisa, que se salta sin dificultad (aunque puede ser más problemático si hay que volver atrás). El sendero, algo perdedor en algunos momentos, por la vegetación y a ausencia de marcas en la piedra, acaba llevando a Peña Mesa, desde donde se accede rápidamente a una amplia pista (al lado hay otra más estrecha y con algo de vegetación)), que viene desde el Huerto del Fraile y Valdorao.
Tras una parte llaneando por el páramo rocoso, la pista llega a una zona de bosque de pinos, a cuyo borde inicia un prolongado descenso que nos va introduciendo en un desfiladero en la zona de Hoya Chica, en una nueva zona de notable interés geológico y gran belleza. La pista, por la empieza a aparecer algún vehículo, discurre ahora entre Hoya Chica y Hoya Grande, para pasar por la zona recreativa de Villaescusa de las Torres, la Casa Torre y el núcleo urbano, antes de alcanzar el lugar donde hemos dejado aparcado el coche, y termina la ruta.
En conjunto es una ruta muy bella, con muy notables formaciones pétreas de caprichosa morfología producida por la erosión. Su posición elevada con respecto al entorno hace que las vistas sean muy notables desde muchos puntos, y sin duda son una razón adicional para visitar el lugar. El acceso en el sentido descrito nos parece el más recomendable, con una rápida subida por estrechos senderos; en el llano superior hay muchos trazos de paso previo, aunque hay que tener cuidado con posibles simas o precipicios (la roca agarra muy bien cuando está seca, pero mucho menos cuando está mojada, lo que hay que tener en cuenta cuando se decide por donde ir). La parte de pista es bastante cómoda para BTT.