LAS MACHOTAS: desde el puerto de la Cruz Verde

Subida a Las Machotas, dos cumbres gemelas del flanco occidental de la sierra de Guadarrama (1.464 m la alta y 1.404 m la baja). Salida desde el puerto de la Cruz Verde, situado entre los municipios de San Lorenzo de El Escorial, Zarzalejo y Robledo de Chavela.

A pesar de su modesta altura, son cimas que bien merecen una visita: la segunda, 60 metros más menuda, es la que tiene vértice geodésico, se da un aire más montañero y regala mejores vistas.

La ruta, con paradas breves para contemplar y/o fotografiar, la completamos en 4.10 horas. Se salvan 560 metros de desnivel, distribuidos en tres subidas con sus respectivas bajadas: las dos Machotas y un repecho ya al final del recorrido.

PASO DE VALLA
Una vez en el puerto de la Cruz Verde, se puede estacionar en el aparcamiento del restaurante asador Guillermo, punto de encuentro desde 1970 para moteros que curvean el sinuoso asfalto serrano. Para dar con el sendero de subida a La Machota Alta y su pico del Fraile, se cruza la carretera M-505 y se accede a la ladera del monte por un paso de valla que exige agacharse (bandera 1 del mapa, al otro lado del restaurante).

Tras un repecho inicial, se ganan buenas vistas del vallejo que configura el arroyo del Batán hasta El Escorial. El camino, a loma abierta, llanea luego y alcanza una especie de collado (bandera 2), cruce de caminos donde toca superar una oxidada puerta somier (ejemplo de ingenio artesanal metálico campestre) que veremos en frente (bandera 3), obviando antes el camino que surge a nuestra derecha, y baja a Zarzalejo, y el de la izquierda, que desciende a San Lorenzo de El Escorial (camino del Ortigal).

PICO DEL FRAILE Y MACHOTA ALTA
Tras la puerta somier, el sendero, siempre evidente, pica para arriba con ganas por la ladera oeste de La Machota Alta, que llaman El Ortigal, y nos hace atravesar un roto de murete (bandera 4 y 42 minutos de marcha). Tras desfilar por un entorno muy celta (pequeñas praderas salpicadas de sugerentes peñascos), alcanzamos el pico del Fraile (52 minutos, 1.461 m y bandera 6), un berrueco llamado así por su peculiar fisonomía: un monje encapuchado que unos dicen parece orar y otros redactar reclinado sobre su escritorio.

El entorno pedricero es hermoso: se puede merodear por los roquedos de la zona al gusto de cada cual y disfrutar de las panorámicas desde la cimera de la Machota Alta (bandera 7 y 1.464 m).

Luego se inicia el descenso al collado de Entrecabezas (1.24 horas y bandera 9), que separa ambas montañas, y desde donde se emprende el ascenso a La Machota Baja, que se ameniza superando otro par de colladitos (banderas 10 y 11) entre dos promontorios precimeros (1.369 y 1.399 m), a los que no hay que subir, sino rodear.

LA MACHOTA BAJA
Ya al pie del vértice geodésico, que corona un orondo roquedo de caparazón de tortuga, se requiere una trepadita mínima para alzarse hasta el pilar de hormigón (1.54 h y bandera 12).

En cualquier caso, no hace falta alcanzar el punto álgido para asomarse al ventanal que se despliega desde toda la plataforma de La Machota Baja: al noreste, la sierra de Guadarrama; al oeste, cerros como el de San Benito o La Almenara y la lejana sierra de Gredos; al sureste, las extensas dehesas escurialenses y de municipios aledaños, el embalse de Valmayor o la ciudad de Madrid.

Si no sopla el viento o no pega fuerte la solana, todo el entorno cimero de La Machota -una balconada fabulosa- se presta para el almuerzo: tan solo hay que elegir en qué dirección se pimpla uno el bocata, aunque aún estaremos a mitad de ruta.

CASTAÑAR SINGULAR
Luego toca regresar al collado de Entrecabezas. Ya en el tramo de bajada del collado a Zarzalejo, siempre por el GR-10 (marcas rojiblancas), destaca un hermoso castañar, con un ejemplar catalogado por la Comunidad de Madrid como singular: 350 años, 18 metros de altura y llamado castaño De la Fuente del Rey (bandera 18 del mapa). Un cartel informativo explica la particularidad del árbol.

Enseguida damos con el casco urbano de Zarzalejo, que atravesamos por su flanco noroeste, dejando el GR-10 y hasta dar, al otro lado del pueblo (suroeste), con la carretera M-533, que cruzamos a la altura del km 8, para coger la pista que nace a su izquierda (bandera 20), que nos adentra en la pinada de la Umbría de Matarrubia.

ABREVADERO
Tras dibujar la pista una curva a izquierda de 90 grados y otra similar a derecha, llegamos a un abrevadero (bandera 21 y a unos 600 metros de distancia de la carretera que atravesamos). En este punto dejamos la pista y enfilamos por un sendero muy difuso que surge justo a espaldas del pilón. Siempre en ascenso, y casi por campo a través, la referencia visual será de nuevo la carretera M-533, que intuimos más arriba, a escasos 200 metros, y que debemos cruzar otra vez, tras superar por debajo un paso de valla (bandera 23), como a la altura del km 9,6 de la carretera.

Localizado al otro lado del asfalto un nuevo paso de valla (bandera 24: también toca agachar los riñones), progresamos otros 150 metros por sendero difuso (también campo a través) hasta cruzarnos con una pista (bandera 25), que seguimos a derecha y nos deja, en ligero repecho, frente a una torreta de vigilancia forestal.

(A)SALTAR LA VALLA
Para nuestra sorpresa, la zona está vallada sin pasos francos. Al otro lado del cercado, a escasos 30 metros, discurre el camino que cogimos al principio de la ruta y nos devolvería en un santiamén al inicio de la misma. Camino que deberíamos tomar a nuestra izquierda. Pero la verja nos impide el tránsito y los pasos de valla, incomprensiblemente, han sido cegados con alambres.

Así que seguimos la empalizada (que va a nuestra izquierda) en sentido contrario al que deberíamos coger para retornar al puerto de la Cruz Verde. Hartos de no hallar ninguna abertura, decidimos saltarla por uno de los pasos bloqueados con alambre que se suceden cada poco y compuestos por dos postes de madera muy resistentes. Utilizando los postes como agarre de manos y el alambre como escalón para apoyar los pies, franqueamos la verja (bandera 26): para quien no tenga problemas de movilidad, nivel fácil.

Avanzamos 20 metros, ya en perpendicular y no en paralelo a la valla, y damos, por fin, con el camino del inicio, que tomamos a izquierda para descender en un periquete al puerto de la Cruz Verde.

Si se tiene tiempo y se está en hora de comida, se pueden reponer fuerzas en el restaurante sidrería La Casona, en La Paradilla (km 40,8 de la carretera M-505), a cinco minutos en coche: buena fabada, pote, carabineros, carne a la piedra y, según ilustra un diploma, un primer premio en concurso de cachopos. Un rinconcito de Asturias en la sierra madrileña.