Lagunas de Segorbe: Gabacho, Rodana, Portillo y Rosa. Ruta circular

La ruta de hoy, a pesar de estar en la Sierra Calderona, tiene mucho que ver con la cerámica, entendida como el arte de fabricar objetos de barro, terracota, loza o porcelana mediante la acción del calor sobre la arcilla. En su origen la cerámica era el nombre que designaba a un barrio de la antigua Atenas donde habitaban los alfareros. La arcilla es un material muy plástico y moldeable en estado pastoso, que se hace muy duro tras ser tratado con calor, teniendo entonces muchas aplicaciones posibles. Parece que la arcilla que se encontraba en algunas zonas de llano en la vega del río Palancia, a la altura de Segorbe/Geldo, era de muy alta calidad y por ello se extrajo en grandes cantidades durante la segunda mitad del siglo pasado. Cuando las reservas fueron agotándose se buscaron alternativas en otros lugares, y se investigaron nuevos materiales (como los silicatos, mucho más abundantes que la arcilla), con los que seguir atendiendo la demanda de las numerosas empresas del sector de la cerámica existentes en la Comunidad Valenciana; la extracción de la arcilla, empero, dejó un resto (yo no lo llamaría secuela, estéticamente me parece bellísimo el aspecto actual de los antiguos lugares de extracción) en forma de grandes depresiones donde se almacena el agua de lluvia y ha crecido una vegetación específica, originando un conjunto de lagunas de cuya existencia no tenía noticias hasta hace poco. Estas lagunas endorreicas están incluidas en el catálogo de Zonas Húmedas Protegidas de la Comunidad, formando el único ecosistema de este tipo alejado de la costa y radicado en zonas boscosas existente en el ámbito de la Comunidad. Las cuatro lagunas citadas en el encabezamiento son las incluidas en el catálogo de zonas húmedas protegidas dentro del grupo de Lagunas de Segorbe; existe otro grupo de lagunas, cercanas pero no incluidas en el grupo anterior y sí en otro grupo que recibe el nombre de Dehesa de Soneja, que no se visitan en esta ruta. De las lagunas de Segorbe sólo la Laguna del Portillo es de titularidad pública, estando las demás en fincas privadas, pero el acceso a excelentes miradores es fácil desde la red de caminos existente, pasando una gran parte por pistas no asfaltadas en buen estado, un trozo relativamente pequeño por senderos y una parte intermedia por pista asfaltada (sin tráfico cuando pasamos nosotros: no vimos un solo coche durante el recorrido grabado).
La historia de la zona es también muy interesante. Durante la Guerra Civil se establecieron en el entorno de la Masía del Gabacho (también conocida como Masía de la Virgen) dos brigadas del ejército republicano, y se dice que el Cuartel General republicano y Negrín se alojaron en esa Masía por algún tiempo, por lo que dispone de un refugio y de túneles de evacuación de la época. Aunque no hemos accedido a su interior, hemos visto publicadas en la web fotografías de lo que es una excelente casa palaciega, de notables dimensiones y rodeada por una muralla del siglo XVIII, en una finca con una superficie cercana al millón de metros cuadrados.
Además, la Masía fue ocupada por el ejército francés durante la guerra de la Independencia, y parece haber sido el lugar donde se estableció el Cuartel General en la zona. En los últimos años se han subastado armas de esa época (como bayonetas), encontradas en la zona.
Con esa información previa empecé a buscar información sobre posibles rutas en la zona, seleccionando como base para elaborar nuestra propuesta las presentadas por Emilio Vera (1661377) y emiliosenderista (32529716). Con una longitud intermedia y una recorrido circular, la ruta que presentamos visita todas las lagunas de que tenemos noticia.
Para llegar al punto de inicio, desde Valencia, salimos por la A-23 hasta llegar a Geldo, donde abandonamos la autovía para ir a buscar el Camino de Cabrera, por el que continuamos unos 4 km. hasta llegar a un cruce donde veremos un cartel que anuncia la entrada en terrenos de la Masía del Gabacho, lugar donde comenzamos la ruta a pie. Al otro lado de la pista hay aquí una pequeña pinada, donde podemos dejar el coche.
Comenzamos a andar en la pinada, atravesando el Camino de Cabrera, y siguiendo por la pista no asfaltada en dirección oeste durante unos 700 metros, llegando a la puerta de entrada de la Masía de la Virgen o del Gabacho. Aunque el portón está abierto hay carteles que avisan de que es una propiedad privada y está prohibido entrar, por lo que hacemos las fotos del lugar con zoom y seguimos adelante por la pista por la que veníamos (hay varios miradores más adelante con buenas vistas hacia el exterior de la Masía, aunque seguro que la visita a la casa sería muy interesante).
Seguimos por la pista principal en dirección a la Masía de la Hoya, pasando por un pequeño puente sobre el lecho del barranco del Águila, aquí muy poco notable, ya casi a la entrada de la Masía. Giramos a la derecha y seguimos por una pista entre el barranco y los viñedos de la Masía de la Hoya durante unos 400 metros, girando después a la izquierda para cruzar el Corral de la Hoya al norte de los viñedos, hasta llegar a un cruce de pistas, donde seguiremos de frente. Hasta aquí hemos visto multitud de olivos, algunos muy viejos, almendros tal vez algo abandonados y viñedo, con un buen número de algarrobos; a partir de aquí el bosque donde entramos es una pinada muy bonita.
Continuamos por la pista hasta llegar a un puente donde encontramos indicadores que anuncian que por la izquierda se va hacia la Masía y Fuente de la Mocha, y un contenedor de plástico para cartuchos gastados y botellas de plástico, bastante lleno por lo que suponemos que la caza es muy abundante en la zona. Nosotros giramos a la derecha, y a 300 metros salimos por un sendero un tanto escondido por nuestra izquierda, para subir a un mirador sobre la Laguna Rodana (también llamada Butrera), donde obtenemos varias fotos desde una excelente posición. Volvemos atrás y seguimos avanzando por la pista, para encontrar unos 100 metros más adelante otra salida por la izquierda que lleva también a la Laguna Rodana, aunque las vistas desde aquí son menos buenas.
Continuamos por la pista que sigue la ladera del barranco de la Mocha, en dirección norte, hasta llegar a un cruce, al lado de un puente que cruza el lecho del barranco de las Cerveras, donde nosotros giramos a la derecha para seguir por un bonito sendero entre la pinada que nos lleva de nuevo hacia el Corral de la Hoya, donde encontraremos la pista por la que hemos venido antes; cruzamos la pista, y seguimos por el camino no asfaltado que se dirige hacia la Masía de la Hoya (hay un portón metálico, que está abierto de par en par, y no hay señales de prohibición de paso visibles). Poco antes de llegar a la Masía veremos a la izquierda una gran balsa a la que hemos llamado Laguna de la Hoya, aunque su origen parece ser distinto del de las otras lagunas y corresponder a una instalación hidráulica para aprovechamiento de la finca (de hecho esta balsa no está incluida en el listado de zonas húmedas aprobado por la Generalitat Valenciana). Pasamos por delante de los edificios de la Masía, que parecen abandonados, y nos encontramos una verja cerrada, pero que se pasa fácilmente por el lateral derecho, con lo que volvemos a la pista por la que llegamos antes.
Continuamos 150 metros por esa pista (única zona donde la ruta se duplica, pasando por el mismo sitio a la ida y a la vuelta), y giramos a la derecha por un sendero en ascenso por la pinada, que nos lleva hacia la laguna del Gabacho tras unirse a una pista que viene de la Casa del Sucrero. Ya sobre la laguna continuamos unos metros ganando altura para poder ver mejor la Laguna y el edificio de la Masía del Gabacho, aunque la vegetación limita las vistas. Volvemos atrás y seguimos por la pista en dirección este para llegar a un promontorio con espléndidas vistas sobre la laguna y la Masía, donde hacemos la mayoría de las fotos que se presentan de esta laguna.
Retomamos la pista en dirección sur, hacia la Casa del Sucrero y la Masía de Ferrer (a la que no llegaremos y donde está un famoso olivo milenario, la Morruda, cuya foto se presenta en la ruta a Tristán y Montemayor), en continuo ascenso bastante llevadero (unos 150 metros de desnivel), hasta llegar a un cruce en la zona de El Gordo, en el que giraremos a la izquierda para ir a buscar la Laguna del Portillo, situada cerca del cruce de la pista actual con el Camino del Coronel. Sin ser, ni mucho menos, fea esta zona es menos llamativa que las anteriores, aunque siendo en continuado descenso se hace muy rápido y con facilidad.
Al llegar al asfaltado Camino del Coronel, lo cruzamos y a su lado tenemos un buen mirador sobre la Laguna del Portillo. Siguiendo por la derecha estaremos en el Sendero Ecológico de la Laguna, que lo rodea por el este y el norte, llegando a un área recreativa de reciente construcción y en muy buen estado, donde aprovechamos para comer y beber algo. En la bajada, antes de alcanzar de nuevo el camino del Coronel, volvemos a tener buenas vistas.
Al llegar al camino giramos a la derecha y seguimos por el asfalto durante unos 900 metros (no hay alternativa clara para evitar este trozo de asfalto, aunque no vimos coches en el tiempo que tardamos en recorrerlo). Llegamos así a un alto sobre la Laguna de la Rosa, donde hay varios puntos con excelentes vistas sobre la laguna, posiblemente la más bella de todas, segunda en tamaño y la de mayor profundidad, y cuyo nombre se debe a estar situada en la Partida de la Rosa. En la ruta se marcan varias entradas a miradores que permiten tener una mejor visión de la belleza de la laguna; el punto más destacado está a unos 400 metros del primero, donde veremos la salida de una pista no asfaltada por la izquierda, que nos lleva a los últimos miradores. A la vuelta del mirador seguimos adelante por la pista, en lugar de volver hacia la carretera, para saltar un buen trozo de asfalto; al final de la pista volvemos a entrar al camino del Coronel, en el que giramos a la izquierda y continuamos hasta el lugar de inicio de la ruta, en la pinada donde está aparcado el coche y finalizamos la grabación.
En conjunto, una ruta muy bonita, fácil y sin ninguna complicación. No siendo larga para las personas acostumbradas a caminar, puede ser dura para niños o personas mayores sin entrenamiento, que deberían evitarla. Hay partes señalizadas, pero otras que no lo están, por lo que llevar la ruta grabada en GPS, y consultarlo en ocasiones para comprobar que se sigue el itinerario previsto, nos parece muy importante. No hay fuentes fiables de agua y buena parte del camino no tiene protección contra el sol, lo que limita su utilización en verano. Bebida suficiente, algo de comida, protección solar, calzado cómodo y no deslizante, y bastones nos parecen recomendaciones lógicas para quien desee hacer la ruta. Buena parte de la ruta puede ser hecha en coche, y el trazado permite partir la ruta en recorridos más cortos, haciéndola más accesible para personas con limitaciones y niños.