Lagunas de Rabasa

(Realizada: 3-II-2021)
“Quien ha escuchado alguna vez la voz de las montañas, nunca la podrá olvidar.” Proverbio Tibetano.
Ruta circular por el entorno de las Lagunas de Rabasa.
Las lagunas aparecen debido a las numerosas canteras del lugar dedicadas a la extracción de arcillas, yesos… Hoy día todas abandonadas desde hace más de cincuenta años, y debido a que las excavaciones realizadas traspasaron el nivel freático de la zona, afloraron las aportaciones de aguas salobres, configurando estos parajes de las Lagunas de Rabasa.
Salimos de la zona de parquing del PAU 1 en San Blas, donde tenemos espacio suficiente para los coches. Enseguida llegamos a los límites urbanizados de la ciudad y cogemos una sendita que nos marcará el camino hacia el hondo de Piqueras. Recorremos esta zona desértica y con matorrales casi secos que en algún tramo invaden sendas y llegamos a caminar campo a través por en medio de ellos.
Después de estos primeros kilómetros cogemos el camino que en suave ascenso nos lleva directos a las lagunas. Distinguimos muchas zonas inundadas, cada pequeña cantera forma una laguna, si bien cabe distinguir tres lagunas notables: La Grande, La Mediana y La Pequeña.
Primero alcanzamos la Mediana, rectangular, recorremos todo su perímetro dando acceso a una laguna Menuda enclavada a sus espaldas y debajo del altiplano de Rabasa. Ahora nos dirigimos hacia abajo en busca de otras pequeñas lagunas, dirección hacia el ‘AVE’. Después pasamos por la Pequeña, más redondeada, y a continuación nos dirigimos hacia la Grande, que vamos recorriendo a tramos.
Ahora nos dirigiremos hacia el altiplano de Rabasa, donde está el Cuartel y la parte alta de la ciudad. Andaremos por los ‘tubos del Taibilla’ e iremos en busca de los dos nudos de ametralladora que quedan a la vista y cerca del Cuartel de Rabasa. Continuaremos por sendita hasta alcanzar la pista que nos lleva a la parte alta de la ciudad.
Cambiamos de sentido y nos dirigimos de vuelta a San Blas por sendas y caminos notorios, debidos a la aridez de la zona. Eso sí, para finalizar, recorremos el cordal y la cresta de la sierra del Gallo.
Ruta fácil, salvo algún pequeño tramo campo a través, que nos da la oportunidad de visitar las escondidas Lagunas de Rabasa y de paso conocer un poquito más el entorno de nuestra ciudad.