Laguna y Cascada de Sotillos (desde Ribadelago)

Actividad del XX Trofeo de Invierno del Club Alpino Madrileño.
Hoy tocaba subir a Peña Trevinca pro la meteo es mala: amanece lloviendo fuerte y el cielo absolutamente encapotado hacia esa zona y ya que mañana mejora sensiblemente, la elección pasa necesariamente por cambiarla de día y llevar a cabo esta otra, en una zona algo más favorable.
Recorremos en unos 15 minutos el trayecto que separa San Martín de Castañeda, nuestra base, hasta Ribadelago Nuevo (o de Franco), reconstrucción del pueblo viejo que una lejana noche de los años 50 arrasó, llevándose la vida de 150 personas, la rotura de la fraudulenta presa de Vega de Tera. Desde allí comenzamos, bajo lluvia intermitente, una continua subida hacia Rocas Negras por senda rodeada de magníficos robles. Al llegar a la pradera de Praovillar iniciamos un giro y tomamos el desvío que lleva hasta la Laguna de Carros, dedicando a su observación unos minutos. subimos hacia la cresta más alta por la Cañada Sanabresa y pasamos cerca del Refugio de Gallegos. A estas alturas la lluvia y el viento arrecian y el tránsito se vuelve duro hasta llegar a la espectacular Laguna de Sotillo, que nos proporciona una preciosa y solitaria observación. Luego comenzamos el larguísimo descenso hacia Sotillo, que nos llevara al paso por su cascada. Pasaremos por praderíos encharcados, sendas y tendremos que cruzar el crecido Arroyo del Pingón por su pasarela de madera, que da verdadero miedo por su estado ruinoso y peligroso, con un primer tramo desplomado, que obliga a recorrerla de uno en uno por seguridad.
Continuamos hasta la maravillosa Cascada de Sotillo, haciendo las fotos de rigor desde su mirador. Se encuentra pletórica de agua y sobrecoge su belleza. Ahora viene la bajada final hacia el pueblo y elegimos la más complicada y empinada, que transcurre cerca del cauce principal, con algunos pasos aéreos y alguna pasarela para facilitar el cruce de los numerosos torrentes.
Aprovechamos el bar de Sotillo para comer, en un agradable ambiente soleado a esas alturas del día. Y repuestas fuerzas iniciamos la fuerte subida hacia el mirador de Sotillo, que proporciona una espectacular vista del valle y del pueblo.
Lo que sigue ahora es otro continuo ascenso hacia el Pico Cerdero y, desde allí, con unas fabulosas vistas del Lago de Sanabria, el descenso final hacia el punto de inicio: Ribadelago Nuevo.