Lagar de Torrijos - Lagar de Chinchilla
near Olías, Andalucía (España)
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Trail photos
Itinerary description
Iniciamos la ruta atravesando el puente que cruza el arroyo del Mirlo y tomando el carril que bordea el área recreativa de Torrijos por la derecha para ir, poco a poco, ganando altura hasta llegar a un segundo cortafuegos donde abandonamos el carril para bajar hacia el arroyo Chinchilla que por una camino bastante más accidentado nos conduce hasta el Lagar de Chinchilla desde donde, cruzando el arroyo Chaperas iniciamos la vuelta, aunque sin perder la ocasión de subir al mirador Martínez-Falero.
Waypoints
Aparcamiento
Desde el aparcamiento, volvemos unos metros hacia atrás para coger el camino que baja a la derecha (en el sentido en que veníamos por la carretera) hacia el arroyo Chaperas que cruzamos por un puente.
Cruce 1
Se deja el camino principal al cruzar el segundo cortafuegos tomando uno se dirige hacia abajo buscando el arroyo Chinchilla.
Arroyo Chinchilla
El camino discurre paralelo al arroyo, incluso unos pocos metros sobre el arroyo. En todo esta zona hay árboles que interrumpen el carril.
Cruce 2
Nos desviamos a la izquierda en el cortafuegos para abandonar la explanada, de nuevo, por la izquierda desde donde ya se ve el cortijo Chinchilla.
Lagar de Chinchilla
Este punto marca el inicio de nuestra camino de regreso. Su acceso principal estaba a la derecha a través de una palmera que en 2012 (en el track que seguimos) estaba lustrosa, pero parece hacer sido víctima del picudo. (Del Instituto Andaluz de Patrimonio) Dos aspectos nos explican la organización arquitectónica actual del edificio. En primer lugar, el afianzamiento de la economía vinícola, con una dependencia para "lagar de pisar y sus aperos" y un "gran almacén de vinos", que organizan el actual patio exterior y amplían el edificio hacia el noreste. En segundo lugar, la aparición en la finca del cultivo del olivar. En la tercera fase constructiva, a partir de 1880 y tras la crisis filoxérica, el edificio se debe adecuar a la desaparición del cultivo de la vid, y adaptarse al cereal de secano y, fundamentalmente, a las labores de transformación de la aceituna. En un documento de 1885, se describen para el edificio "un ruedo exterior" y "una era empedrada", que indican cierta dedicación cerealista, sin más repercusión que la puramente autoconsumista y para alimentos de los animales. Las cuadras ocuparían el primitivo lagar. Además, el peso específico agrícola del olivar crece y se consolida. En nuestro siglo, la finca se dedica a pastos para animales, algunas viñas y leguminosas, olivar y, sobre todo, el cultivo de rosas. La explotación olivarera, consolidada a partir de principios de siglo, suscitó la necesidad de una serie de elementos de transformación de la aceituna, por lo que creemos que de esta época debe datar el molino de aceite. En la medida en que las ruinas nos permiten realizar una lectura certera, posee una disposición organizada en torno a dos patios, uno interior correspondiente a la vivienda del propietario, pero con accesos directos tanto a la zona de cuadras como a la de molino, y otro abierto al exterior, en torno al que se distribuyen las dependencias de lagar: prensa de viga, molino de tracción animal y bodega de fermentación. La estructura es mixta de mampostería y ladrillo, y la viguería de madera, aunque apenas si quedan restos.
Arroyo de Chaperas
La salida del cortijo hacia la pista que vuelve a Torrijos la hicimos hacia la izquierda aunque en el track se hacía hacía la derecha cruzando el arroyo Chaperas en un lugar por donde brotaba agua.
Cruce 3
Al llegar a la pista, tras salvar una corta pero pronunciada pendiente, subimos a la izquierda
Cruce 4
Tomamos hacia arriba a la derecha por la pista siguiendo la indicación de mirador Martínez Falero.
Mirador Martínez Falero
(De la Ventana del Visitante) Las talas y roturaciones masivas derivadas de irresponsables prácticas agrícolas y ganaderas de antaño llevaron prácticamente a la desaparición del primitivo bosque mediterráneo, convirtiendo los montes de Málaga en una zona casi despoblada, sin apenas vegetación natural y destinada en su mayor parte a cultivos, especialmente de almendro, olivo y vid, viéndose acrecentado el problema tras la desastrosa plaga de filoxera de los viñedos que dejó a los montes de Málaga casi como un erial. Aún se encuentran, escondidas en el pinar de repoblación, las ruinas de antiguos lagares junto a numerosos pies arbóreos de viejos olivos y almendros, ya bravíos, que paradójicamente han acabado siendo "devorados" por el nuevo bosque que hoy día observamos desde lugares como los que se contemplan desde este mirador. Como consecuencia de esa peligrosa desprotección del terreno originada por la mano del hombre el Guadalmedina, con funesta periodicidad, experimentó desde 1544 fuertes avenidas que ocasionaron numerosos daños y problemas en la ciudad de Málaga, viéndose fatalmente inundada con demasiada frecuencia. De hecho, y sólo durante el siglo XIX, se tiene constancia de diecisiete grandes crecidas del río. Afortunadamente, a partir de 1930, la ejecución de un proyecto de corrección hidrológico-forestal redactado once años antes por el ingeniero de montes D. Miguel Bermejo Durán y que fue dirigido por el también ingeniero de montes y concejal del Ayuntamiento de Málaga D. José Martínez-Falero y Arregui, frenó esta situación gracias a la repoblación con 26 millones de plantones de pinos carrascos junto con 300.000 plantones de otras especies arbóreas tales como chopos, álamos, eucaliptos o castaños. Como reconocimiento a esta valiosa actuación, que tantos beneficios ha traído para la ciudad de Málaga, este mirador recibe el nombre de Martínez-Falero. Los frutos de las tareas de repoblación forestal han llevado aparejada no sólo la estabilización de los terrenos y una disminución en la escorrentía y la erosión del suelo, sino que en paralelo se ha producido una progresiva mejora y regeneración de la vegetación natural termomediterránea (encinas, alcornoques, quejigos o madroños, por ejemplo) de modo que poco a poco va ocupando el lugar que le corresponde. Dada por tanto la importancia de estas repoblaciones forestales, un comportamiento respetuoso es la mínima aportación con la que podemos contribuir a su mantenimiento y conservación.
Lagar de Torrijos. Ecomuseo
(De la Ventana del Visitante) Envuelto por el denso pinar que caracteriza a los Montes de Málaga y dando comienzo a uno de los senderos más atractivos del parque natural se encuentra el ecomuseo Lagar de Torrijos. Esta comarca de los Montes de Málaga fue muy afamada en el pasado por la elaboración de sus magníficos vinos dulces, semidulces y secos. Todavía hoy se conservan, aunque dispersas, algunas construcciones tradicionales de esos tiempos denominados lagares. Los lagares son edificios cuya parte principal se halla destinada a la elaboración de vinos. Entre ellas destaca El Lagar de Torrijos, que data de 1843 y que representa el prototipo de casa lagar de los montes de Málaga. Este edificio que se conserva sustancialmente tal y como se construyó, alberga actualmente el mencionado ecomuseo que es referencia obligada para el visitante del Parque Natural Montes de Málaga. El visitante podrá conocer con todo detalle en su interior el proceso de elaboración artesanal de los exquisitos caldos que dieron fama a la comarca. Además, pueden visitarse las dependencias donde se encuentran hornos para la cocción de pan, un molino de aceite e incluso la vivienda.
Comments (4)
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Ruta bonita y entretenida.
No es difícil de seguir.
Gracias por la valoración. Este mes pensamos volver, pero quizá al mirador de Pocopán.
Muy buenas quería saber si es poca distancia y fácil de llegar desde Torrijos a lagar de chinchilla ? Bendiciones
Según los datos yo diría que son 4,5 km en el sentido de la ruta y 3,5 en sentido contrario.