La Pedriza. Al Yelmo desde El Tranco y vuelta

La Pedriza. Al Yelmo desde El Tranco y vuelta, Manzanares el Real (Madrid)

Desde Madrid se puede acceder por distintas carreteras aunque se acaba tomando la M-608. Al llegar a Manzanares el Real no ir hacia el acceso a La Pedriza sino seguir la Calle Real y la Avenida de La Pedriza hasta el fondo donde hay un pequeño aparcamiento en El Tranco junto al río.

Habiendo dejado los coches temprano a orillas del río Manzanares, los seis nos disponemos con el fresco mañanero (aunque hace bueno no deja de ser enero) a andar otra de las rutas tradicionales del montañismo en el Sistema Central.

La ruta comienza pegada a la derecha de Casa Julián por una calleja de hormigón y roca que al acabar nos envía hacia la izquierda entrando al monte entre jarales, rocas y algo de arbolado. En ocasiones la densidad de las jaras y el complejo roquedo de La Pedriza pueden despistar por lo que conviene estar atentos a los abundantes hitos que según la tradición montañera indican el buen camino.

Tras sendero con densos arbustos pasamos por algunos vivacs bajo rocas de cierto tamaño que en condiciones meteorológicas adversas pueden sacar de un apuro. De vez en cuando conviene volver la vista atrás para contemplar las extensas panorámicas en día despejado.

Llegamos a la Gran Cañada, pequeña pradera que supone un escalón geológico desde la parte más rocosa de La Pedriza hacia el cauce del río Manzanares. Entre las jaras se adivina senda que asciende hacia el norte donde encontraremos la base del Yelmo. En este tramo se pasan o se ven algunas de las caprichosas formaciones rocosas que la erosión ha dejado en el granito como El Monje o El Elefantito. Ya se sabe que distinguir esas formas a veces necesita algo de imaginación aunque también entretienen la mañana.

Al llegar a la Pradera del Yelmo impresiona el tamaño del mismo pues desde abajo no se observaba completamente. El Yelmo es un pelado domo geológico fruto del volcanismo de la era primaria y regenerado en la era terciaria. Escaladores surcan las numerosas vías abiertas en la roca. Bordeamos la base hacia el nordeste para entrar por un pequeño valle buscando el acceso a la Chimenea que permite llegar a la cima. El sol ya calienta.

La Chimenea y su estrecho paso para llegar al vértice geodésico de la cima conlleva un esfuerzo que compensa a quienes suben y vuelven entusiasmados con las vistas y el trepar y destrepar entre rocas. Es la parte más difícil y costosa de la ruta.

En el camino de vuelta paramos a hacer fotos y reponer fuerzas en la Pradera del Yelmo y más tarde en la Gran Pradera. Comentando el día nos desviamos ligeramente del camino de subida en algún punto lo que nos permitió observar otras panorámicas.

Volvemos al punto de partida en El Tranco aunque pensando que nos ha resultado algo más cansada de lo que pensábamos originalmente.

No olvidar calzado montañero, protección solar, agua y algo para reponer fuerzas pues aún siendo invierno el sol "pega" y si la meteorología se complica el gps y el tradicional mapa con brújula son buenos aliados.