LA INMENSIDAD DEL MONTE HIJEDO. 19 MAYO 2018

Ruta realizada por el grupo de senderismo SERMAR (Guía BÁRBARA de Pangeaproyectos).
Partimos desde la carretera CA-274, donde nace la carretera local hacia la localidad de RIOPANERO en Valderredible, justo donde tienen la parada del autobús. Estamos a 720 mts de altitud. Un indicador de tráfico señala: “Riopanero 1. Monte Hijedo 6”.
Comenzamos a caminar, en continua y suave ascensión por la carretera local hacia la citada localidad.
Tras 1 km de ascensión llegamos a un cruce donde tenemos un panel explicativo de la ruta, muy cerquita ya de la localidad y de su ermita (791 mts de altitud).
No es nuestro caso, pero para quienes lleguen con tiempo y en grupo reducido, antes de adentrarse por los caminos señalizados del bosque es recomendable que realicen una visita al Centro de Visitantes, ubicado dentro de la localidad en una vieja casa torre de origen medieval. En ella se puede observar el gran valor ecológico de este espacio natural, tanto por su extensión como por ser una zona de transición entre el clima Atlántico y el Mediterráneo. Si bien lo que mejor define al bosque es que se trata de un excelente bosque de roble albar (Quercus petraea) que además de contener otras especies de roble, como rebollos o quejigos, alberga notables manchas de hayas en las umbrías, acebales inmensos y longevos ejemplares de tejo.
Como digo nosotros continuamos el camino en dirección Norte por el GR-99, y en 1’4 kms más llegamos a un aparcamiento donde también hay otro panel informativo. Hay quienes inician la ruta desde aquí ahorrándose 2'4 kms. Hasta este lugar se puede llegar en vehículo, si bien parte del tramo es por camino de tierra, pero a partir de aquí está prohibida la circulación de vehículos no autorizados.
Ahora sí, ya nos adentramos en la gran masa de roble albar (Quercus Petraea) de este bosque que pertenece a las provincias de Cantabria y de Burgos.
Nada más pasar el puente sobre el arroyo Hijedo llegamos al refugio de La Corva, rodeado de enormes coníferas que apenas dejan pasar la luz. Junto a la edificación una mesa e indicaciones: (Aparcamiento 1 km - Monte Hijedo 3'2 km).
Aquí continuamos por la pista que sigue a nuestra izquierda (Oeste) adentrándonos cada vez más en lo más profundo de este bosque protegido dentro de la Red Natura 2000.
Caminamos por la margen izquierda del arroyo Hijedo que baja repleto del agua que mana de las fuentes tras el invierno, mientras vamos disfrutando del continuo y agradable rumor de las pequeñas cascadas y del discurrir de sus aguas. Como estamos a mediados de mayo la primavera incipiente nos está mostrando su verdor más chillón, las hojas de los robles y de las hayas están empezando a salir, mientras el suelo está poblado de muchas y variadas flores. Hay tramos en los que el camino se eleva sobre el cauce y en otros en los que se aproxima hasta su orilla.
Hacia el km 6,1 de este nuestro recorrido abandonamos la pista y descendemos hacia el arroyo por un sendero. Ahora toca vadear por primera vez el arroyo, luego pasaremos muchos más vados, unos ocho o diez aproximadamente. Dependiendo de la época en la que se realice la ruta, si hay mucha agua, el vadeo puede ser dificultoso.
Un poco más adelante, km 7'5 encontramos una cadena que tenemos que pasar para seguir la ruta, y que coincide con el límite provincial, es decir, ahora pasamos a la provincia de Burgos.
Ya en el km 8 (a 850 mts de altitud) abandonamos la orilla del arroyo y comenzamos una moderada/fuerte ascensión. Ahora caminamos por el PR-BU-30. Cuando ganamos cierta altura el camino hace un giro a la derecha de casi 180 grados que culmina en el km 10'4 en el punto más alto de nuestro recorrido (1.045 mts de altitud). Encontrandonos en el idílico pastizal de la Cabaña del Monte Hijedo, que rodeada de monte, muestra una singular arquitectura palaciega de principios de siglo XX. Paramos un buen rato a descansar, reponer fuerzas y disfrutar del lugar.
De nuevo retomamos el camino, regresamos por nuestros pasos para enseguida tomar dirección Este (a nuestra izquierda) siguiendo una pista que nos lleva a diversos miradores. Se trata de unas viseras rocosas, de los pocos lugares que nos proporcionan una vasta panorámica sobre la masa arbórea, perdiéndose en la lejanía verde-azul de los montes.
En el km 11'3 giramos hacia el Norte, siguiendo por una senda que se introduce por el bosque, cada vez más cerrado, donde localizamos algunos Tejos atenazando entre sus raíces rocas gigantescas, tal cual como si en vez de sujetarse a ellas se las fueran a comer.
El acebo se adueña del sotobosque y la senda avanza por vaguadas, asciende ligeramente para volver a bajar entre hayas, robles y dispersos tejos centenarios creciendo en los rincones más insospechados. A la vez que seguimos vadeando torrenteras.
El bosque cada vez es más de cuento, puede que en algún momento aparezca Caperucita y el lobo, los Gnomos, los Pitufos, Gargamel, algún duendecillo… Los robles, las hayas, los acebos, los tejos… Los regatos que se precipitan por las laderas… Parece que nos encontramos en un sueño.
Tras recorrer completamente el bosque y conocerlo en toda su grandeza llegamos a una amplia zona abierta donde unos curiosos cortados y las formaciones areniscas de Los Riconchos con evocadoras figuras nos reciben (km 13'9) .
En la bifurcación seguimos por la izquierda (Norte) de nuevo en ligero ascenso para en unos 600 mts llegar a la carretera asfaltada (km 14'5).
Continuamos a nuestra derecha siguiendo la carretera. Unos 2'6 kms más y finalizamos esta sorprendente ruta en el pueblo de SANTA GADEA DE ALFOZ.

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