La Hoz de Pelegrina - Parque Natural del Barranco del Río Dulce, Guadalajara

Ruta mayormente sencilla si obviamos la progresión que realizamos cresteando la hoz y el acceso a la misma (paso vertical ascendido con ayuda de una cadena) en cuyo caso la dificultad se torna moderada. Hay pues para todos los gustos, quien no quiera acometer dificultad alguna y disfrutar de un agradable paseo, seguirá las sendas paralelas al río que están de hecho muy bien señalizadas. Por el contrario, quien aún haciendo este tramo paralelo al río se ha quedado con ganas de más, puede optar por la opción que aquí se muestra. Ambas son maravillosas y ofrecen cada una matices diversos a la par que puntos de vista distintos.

Comenzamos en la pintoresca pedanía de Pelegrina perteneciente al histórico municipio arriacense de Sigüenza. Imposible no percatarse de su castillo, auténtica ventana a la inmensa panorámica de estas tierras. Descendemos en dirección a la Caseta del Célebre naturalista Félix Rodríguez de la Fuente al resguardo de las imponentes paredes calizas que se imponen en sin fin de formas. En un fácil y agradable recorrido, no tardaremos en dejar atrás la ya mencionada caseta, hasta alcanzar un paso, en el que tendremos que sortear una cadena lateral a la enorme pared. No tiene especial complejidad. En breves nos hallaremos ante una amplia llanura despejada con la presencia de otro muro natural muy peculiar hundido de curiosa manera y en el que desciende la Cascada del Gollorio. No tuvimos la suerte de contemplarla con agua, de hecho según me he informado no es una cascada que se desboque constantemente sino que acomete periodos estacionales secos como fue nuestro caso. En plena primavera es quizás la época en la que mayor caudal de agua vierte.

Será en la Cascada del Gollorio donde podamos elegir si retornar o continuar. En caso de continuar, la orientación no resulta para nada compleja, es bastante intuitiva. Los únicos contras son la ligera dificultad para acometer con la subida por la cadena que comenté al principio, y que hay tramos en los que no hay sendero marcado. En cualquier caso, las vistas son impresionantes. Las formas imposibles, las curvaturas, como los distintos salientes puntiagudos se van venciendo hacia el río, la maravillosa vista de Pelegrina y su castillo no nos dejarán indiferentes. Es una ruta para repetir y disfrutar cuantas veces queramos.

Para finalizar, descender las hoces no resultará nada complicado. Una vez estemos a la vera del río solo quedará cruzar un bonito puente rodeado de alamos y subir hasta el castillo, que es quizás el repecho más pronunciado.

*Opcional: una vez alcanzamos el final de la línea de cortados (aglomeraciones ruinosas de rocas a modo de referencia), se puede ascender a lo que sería la otra línea levemente aislada donde se pueden vislumbrar de cerca las colonias de buitres sobrevolando ante nosotros. La panorámica es estupenda.