La Almoloya, ciudad argárica con la primera cámara de gobierno popular conocida en Europa (Pliego - Región de Murcia).

IMPORTANTE: La Almoloya es un resto prehistórico de inmenso valor que debe ser respetado con el máximo grado de protección, por ello, para visitarlo es imprescindible ponerse en contacto con el Ayuntamiento de Pliego que organiza visitas para un máximo de 30 personas. También es posible, para aquellos que ya han realizado la visita guiada a La Bastida, y deseen conocer La Almoloya de forma individual, como ha sido mi caso, deben ponerse en contacto con el 690935144 para su identificación y dejar constancia del día y hora de la visita.

Ruta realizada el 30 de marzo de 2024

Hace un par de semanas realizamos visita a la sorprendente ciudad argárica perdida de La Bastida (Totana) y gracias a las magníficas explicaciones del arqueólogo de la UAB, Adrián Rossell, conocimos que los detalles que caracterizaron a esta cultura, fueron:

-Desarrollo de núcleos urbanos defensivos situados en lo alto con clara tendencia al control estratégico del territorio.
-Casas rectangulares con zócalos de piedra y el resto realizados con argamasa de cal y cubiertas ligeras.
-Enterramientos en cistas y tinajas dentro de las viviendas
-Desarrollo y explotación de la metalurgia (cobre y bronce)
-Buenos ceramistas de piezas de vajilla sin decoración.
-Estratificación social

Con estas características, que según parece surgieron de forma autóctona, la sociedad argárica empezó a construir con criterios urbanísticos y a especializarse con nuevas formas de organización y estratificación social, que posteriormente se fueron asentando durante toda la Edad del Cobre.

Sabemos que La Bastida surge hace unos 4.200 años, en un territorio que nunca antes había sido ocupado y se abandona 650 años más tarde (sobre 1550 ane), sin que ninguna otra cultura o grupo social volviera a asentarse, lo que sin duda es un hecho sin precedente.

Para mantener La Bastida, sus pobladores captaban recursos en un territorio bastante extenso, poblado por otros asentamientos como La Tira del Lienzo (Totana) o La Almoloya (Pliego), con los que competía. Hacia el 1600 ane, la sobreexplotación y el deterioro de las condiciones de vida desembocaron en revueltas sociales. Algunos asentamientos fueron destruidos, pero La Bastida fue simplemente abandonada.

Con este preámbulo, era evidente que tenía que visitar cuanto antes el otro asentamiento argárico relevante de la Región de Murcia: LA ALMOLOYA. Descubierto en 1944 por el arqueólogo, Emeterio Cuadrado Díaz y un apasionado de las antigüedades, Juan de la Cierva López.

Durante cuatro días, exploraron el terreno. Los resultados confirmaron lo encontrado en 1869 por el ingeniero granadino Rogelio Inchaurrandieta en La Bastida. Estaban ante los restos de una civilización prehistórica, específicamente de la Edad del Bronce. En esta primera aproximación descubren tumbas y lo que serían las paredes de distintas viviendas en un mismo lugar, así como piezas de artesanía.

Para definir la magnitud de estos asentamientos, situados a unos 30 kms de distancia, diremos que en su momento de esplendor, hace 3.800 años, en La Bastida vivían unas 1.000 personas, mientras que en La Almoloya sólo llegaron a ser 300. En ambos casos, un número muy elevado para la Europa de la época.

Conforme a la Guía Arqueológica publicada el 13 de febrero de 2019 por la UAB, bajo coordinación de Vicente Lull, Rafael Micó, Cristina Riuhete y Roberto Rich (cuya lectura recomiendo encarecidamente en el enlace https://issuu.com/integral.es/docs/la_almoloya), se ha podido documentar una trama urbana singular. El lugar estuvo ocupado por varios complejos residenciales de unos 300 metros cuadrados, formados por entre ocho y doce habitaciones cada uno, distribuidos entre angostas calles y drenajes.

Entre los distintos ámbitos se ha podido constatar la existencia de una amplia sala de reuniones o audiencias que debía dedicarse al ejercicio de gobierno, desde la que sin duda, se regiría la vida de otras comunidades próximas. Se trata de un edificio cubierto de 127 m2, que está dividido en dos estancias, la más grande ha conservado hasta 2,20 metros de su alzado original, con muros de 1 metro de espesor. Adosado al muro, discurre un banco perimetral con un podio de carácter simbólico, con capacidad para unas 50 - 60 personas.

Destaca igualmente el hallazgo de un ajuar en una tumba en la sala de gobierno, que apunta que las mujeres ejercieron un papel político significativo en estas comunidades. Se trata de una tumba doble descubierta en 2014, con los restos de un hombre de entre 35 y 40 años y una mujer de entre 25 y 30, fueron encontrados en una cista del subsuelo del edificio de gobierno, próximo al podio presidencial, con uno de los ajuares más ricos de inicios de la Edad de Bronce en Europa. Tras un análisis exhaustivo de los restos publicado en la revista Antiquity, los investigadores de la UAB, Cristina Rihuete y Rafael Micó, constatan el importante papel de la mujer en el gobierno de la cultura argárica.

Por último se documenta la presencia de un depósito con capacidad para 12.000 litros de agua, impermeabilizado con arcilla incrustada en la base calcarea y también en las paredes de piedra cuidadosamente encajada.

Sorprendentemente, sobre el año 1550 ane la cultura argárica, entendida desde un punto de vista político, SE DILUYÓ. Las personas dejaron de estar sujetas por la organización y se disgregraron. Unas ciudades como La Bastida fueron abandonadas y otras como La Almoloya, fueron destruidas, como demuestran las pruebas de incendios devastadores que arruinaron completamente los edificios, con vasijas y depósitos de cereales incluidos, lo que ha permitido conocer muchos datos de su modo de vida, tal como ocurrió en la antigua Pompeya, donde el material carbonizado ha permitido conservar detalles que de otro modo se hubieran perdido.

Acabo dando las gracias al compañero Isidoro y a la Asociación de Senderismo de Pliego, que han sabido diseñar una bonita ruta por los campos de Pliego, que sirve de realce a la espectacular reliquia prehistórica de La Almoloya.