La Almenara (desde Robledo de Chavela)

No habiendo visto la posibilidad de enlazar el cerro del Puerto de la Almenara con La Almenara, debido a los inmensos vallados de fincas que allí se encuentran, abordo de modo distinto el recorrido y lo separo en dos rutas distintas. Acabo de coronar el Puerto y me desplazo al cercano Robledo de Chavela y aparco en la urbanización Las Cruces, donde arranca el GR-10N Camino de las Casas de Navas del Rey. Lo hago al principio de la larga calle pero es posible hacerlo donde acaban los chalets, sin problema. A partir de allí sólo pueden entrar los vehículos autorizados.
Las vistas hacia el Almojón, el primer pico grande del cordal, son impresionantes aunque se irán ocultando según progresemos por la larguísima pista. Pasaremos por un par de fuentes, secas en este día y algunas fincas, antes de que aparezca en el horizonte el Collado de Navahonda. Hasta este momento el desnivel ascendente era leve pero a partir de la entrada por la cancela que se halla en este collado, las cosas cambian radicalmente: por un lado la pista se transforma en una muy estrecha senda entre escoba, zarza y matorral y por otro, comienza una fuerte subida.
En un momento determinado abandono la senda en busca de mejores vistas hacia el valle que se encuentra al oeste y, aunque no es extremadamente malo, recomiendo no hacerlo porque te obligará a pelear con las escobas e ir buscando paso todo el rato. Es mejor continuar por la senda, por el track de bajada.
Poco a poco llegas al último collado, antecima de La Almenara, que desde allí ya se intuye y, para darle algo más de emoción, elijo salir otra vez de la senda y coronar trepando por los grandes bloques graníticos que la conforman. Esto me proporciona unas vistas espectaculares y un rato de diversión. Si no quieres hacerlo, subes por el track de bajada, que lo efectúo por el camino oficial.
En la cumbre, el geodésico, una caja / buzón de chapa y la torreta artificial de piedra, a la que me alzo. Allí activo la SOTA EA4/MD-046 y aprovecho para comer y disfrutar de las vistas en completa soledad.
Para entonces el día ha mejorado, la niebla ha desaparecido y los sucesivos valles que se abren debajo lucen esplendorosos. Las antenas del centro de seguimiento espacial confieren al paisaje un curioso aspecto.
Luego queda bajar, en todo momento por el camino oficial, para tomar un refresco en Robledo de Chavela y regresar a casa tras un precioso día de campo y montaña.