Kumano Kodo (2on día) Gyuba-doji-guhi - Hosshinmon-oji

El segundo día iniciamos el camino allí donde lo dejamos, nuestra intención acabarlo, pero todo dependería de que nos encontráramos por el camino y evidentemente, de los horarios de los autobuses que son el gran limitante cuando no dispones de alojamientos en el camino (nos dijeron que están todos reservados.... pero la verdad es que teniendo en cuenta que casi siempre fuimos solos no sé donde estaba la gente).

El inicio esta vez es de buen hacer, no sube excesivamente, pero la lluvia de la noche había dejado alguna parte de piedras bastante resbaladiza y el conseguir un sello acabó en forma de resbalón, pero nada que mis posaderas no pudieran soportar.

El pueblo al que queríamos haber llegado el día anterior estaba bastante cerca, así que lo conseguimos de forma bastante sencilla... y lo mejor de todo es que como algunos establecimientos empiezan a ver el negocio del camino, pues a las 7:00 de la mañana nos pudimos tomar un café (en el único que estaba abierto!).

Las primeras horas transcurren de forma bastante suave, ya que el sube y baja se hace principalmente por carretera, por suerte muy poco transitada y con buenas vistas sobre el valle. La marcha era buena y sinceramente nos lo veíamos pan comido...

Llegamos al desvío del Detour Pass y..... bueno, eso empezó a subir y subir y subir.....vamos que la felicidad de que lo teníamos hecho se nos fue diluyendo con las gotas de lluvia que iban cayendo....Coronamos, estábamos cansados pero satisfechos, había sido duro pero lo habíamos conseguido ya que nuestros músculos se estaban acostumbrando a las subidas endiabladas con escalones.

Continuamos caminando por el bosque, contando los kilómetros que nos faltaban hasta el final y con el convencimiento que con el ritmo que llevábamos íbamos a conseguir acabar la Kumano Kodo (aunque dejáramos para el día siguiente la ceremonia del pelegrnaje).

Pero sorpresa! no contábamos que antes teníamos el Mikoshi-toge pass, una subidita que acabaría con nuestros planes de acabar ese día con el trekking..... y como la habíamos sudado bien, pues el tiempo nos invitó a una refrescante ducha natural durante la bajada....que se acabó convirtiendo en un chaparrón en toda regla.

Llegamos calados al Hossinmon-oji, donde había una parada de autobús, faltaban 5 kilómetros para el final, pero las condiciones no indicaban que se tenía que parar allí si no queríamos encontrarnos en el templo sin van y con un resfriado de tres pares de.....

Cogimos el autobús que nos sirvió a su vez de vestidor improvisado para ponernos ropa limpia y directos hasta la van, teníamos que hacer otro campamento base pensando en la última etapa del día siguiente.