Jérez del Marquesado - Arroyo de Jérez - Barranco de Alcázar - Ruta de los Canales - A. R. la Tizná - Vereda de la Mata.

Alfonso, Galo y yo nos acercamos a Jérez del Marquesado para hacer una de las rutas otoñales más atractivas que conozco. El año pasado habíamos estado en los barrancos de la cara norte de Sierra Nevada para hacer varias rutas y siendo todas absolutamente maravillosas (dejo los enlaces por si tenéis interés en consultarlas: la dehesa del Camarate, el castañar de la Rosandrá y los barrancos del Alhorí y el Alcázar), quisimos repetir la última de ellas ya que fue la que más nos impresionó (si sólo quisiera hacer un paseo corto, de 4 ó 5 km, escogería la Rosandrá que es más cómoda).

Salimos de Jérez del Marquesado por la carretera y una vez cruzado bajo el puente nos metemos en el bonito paseo que la bordea, hasta llegar a la fuente Terrones donde tenemos una agradable charla con dos mujeres del pueblo. Seguimos por una acequia desde la que baja una senda hacia el arroyo de Jérez, que cruzamos para meternos en la zona conocida como el Ramblón, donde destaca un enorme castaño centenario. Cruzamos por el ojo del puente y nos introducimos en el arroyo, en cuyos márgenes se desarrolla un precioso bosque que recorremos paladeando cada uno de los recovecos que se forman entre los álamos, sauces, olmos, etc. que le dan color. Salimos del arroyo en un castañar con ejemplares gigantescos y llegamos al nacimiento del arroyo de Jérez, en la junta de los arroyos Alcázar y Alhorí, para hacer una breve incursión en este último y visitar otro asombroso ejemplar de castaño, el más anciano de los muchos que veremos en el día de hoy.

Tras esa visita volvemos a la junta de los ríos, donde empalmamos con el PR-A 324 sendero "Ruta de los Canales". Poco antes de llegar a la tubería de alimentación de la central Casilla de Morales (donde termina el canal de Natalio), bajamos por la ladera hasta las instalaciones abandonadas de la hidroeléctrica. Nos encontramos en el fondo del barranco del Alcázar y decidimos seguir su curso río arriba hasta la siguiente central, la hidroeléctrica de Evaristo. Este tramo es absolutamente mágico, si bien es trabajoso seguir el cauce, ya que hay que hacer varios cambios de orilla cuando se cierra la espesa vegetación que forma este bosque de ribera o nos encontramos con una pared que impide el paso. En cualquier caso, nos lo tomamos con calma y no hizo falta ponerse las chanclas que llevábamos preparadas para la ocasión.

Cuando se cumplían las 3 horas de caminata y con poco más de 4 kilómetros recorridos, salimos de la ribera del río para incorporarnos al canal de Natalio (y por tanto a la ruta de los canales) por el que accedemos a la central de Evaristo. Aquí toca ascender por el sendero que va zigzagueando a la par de su tubería hasta el canal homónimo que la alimentaba. Este canal discurre entre pinos de repoblación con ocasionales vistas a la vegetación caducifolia del fondo del barraco, que sirve de contraste al monótono colorido del pinar y termina en una nueva central hidroeléctrica, la de Vico o Cabrera. En este punto nos toca decidir que ruta tomar, volver al cauce del Alcázar y visitar otro precioso castañar que hay un poco más adelante, o seguir el sendero y ascender hasta la casilla de Pichorra para llegar al área recreativa de la Tizná por el canal de Cabrera. Habíamos dedicado mucho tiempo al primer tramo de la ruta y sabíamos que en la Tizná también nos íbamos a entretener bastante, así que tomamos la segunda opción y en poco más de kilómetro y medio llegamos al área recreativa.

Este enclave es magnífico, se sitúa en la junta de arroyos de Ciruelillos y Sabinar que recogen el agua de otros 5 ó 6 barrancos cercanos para formar el arroyo Alcázar; allí se ha instalado la infraestructura necesaria para pasar una idílica jornada campestre. Recorrimos las construcciones de la antigua central del Sabinar y seguimos durante un rato el curso de ese arroyo, maravillados con los reflejos y el murmullo del agua. Se nos echaba el tiempo encima, ya que queríamos llegar a comer a Jérez, así que tomamos el camino de vuelta más rápido, el carril de Lanteira, conectando pronto con la vereda de la Mata (PR-A 31) que en cinco kilómetros nos dejará en el pueblo, tras cruzar los pequeños barrancos que atraviesan la umbría de la Mata. Este sendero discurre por un pinar jaspeado de pequeños robles y nos ofrece unas vistas maravillosas al Picón de Jérez y su cuerda; pronto se abre en una gran explotación ganadera y después bordea la balsa de Partior, para buscar que camino de la fuente del Chortal y entrar en Jérez de Marquesado. A las 15:30 llegábamos al Hotel Rural el Picón, donde nos prepararon un sabroso almuerzo y nos contaron la lucha en la que está inmerso todo el pueblo, ya que quieren instalar una macro granja de cerdos a la que se opone toda la población.