Jávea. Cala Blanca. Cala del Francés. Mirador de Portichol. Portichol. Mirador de la Illa.

Una ruta, inicialmente trazada sobre mapa, por una de las zonas más bonitas de Jávea (los acantilados de Cala Blanca a La Falzía), que luego ha sido considerablemente modificada para incorporar pasos poco frecuentes (por zonas accesibles, al menos en ese momento, pero de propiedad privada por lo que no siempre será posible utilizarlos), que hasta ahora no habíamos introducido nunca en nuestras rutas publicadas en wikiloc.
El inicio de la ruta está en el aparcamiento de La Caleta, en la glorieta Quillermo Pons, desde donde continuamos por el Passeig de l'Escala hasta la Caleta. Aquí salimos por el sendero que progresa al lado de los acantilados, atravesando dos cortos túneles, por un maravilloso escenario de mar y montaña que nos llevará hasta la bellísima Cala Blanca. Es una zona excelente para el baño, pero es frecuente la presencia de medusas urticariantes, por lo que conviene fijarse mucho en el agua antes de darse un chapuzón por el riesgo de llevarse un mal recuerdo de la visita.
Emprendemos el regreso por el sendero de la Caleta y al llegar al primer túnel (en este sentido) vemos un sendero que sube por la ladera, por encima de dicho túnel. Este es el camino escogido para acceder a un sendero superior (que estuvo cerrado hace años por un litigio de propiedad), que nos permite acceder al Mirador de Cala Blanca, donde continuamos por un camino asfaltado en dirección a la carretera del Portitxol.
Subiendo por este camino encontramos unos terrenos vallados y llegaremos a un marco de piedra (no hay puerta, ni cierre alguno), situado a nuestra izquierda, que atravesamos para girar de inmediato hacia nuestra izquierda y descender por un bien marcado sendero, con buen número de escalones de hormigón, hacia la Cala del Francés, antigua playa nudista y uno de los rincones más salvajes de la costa en este sector, que nos ofrece impresionantes vistas. Al acabar la visita deberemos subir por el mismo sendero que hemos utilizado para bajar, saliendo de nuevo al camino de Calablanca, para continuar hacia la carretera del Portitxol.
El tramo siguiente se realiza por el arcén de la carretera, que ahora está protegido por una barrera, aunque una obra al final obliga a salir por unos metros a la carretera (que tiene bastante tráfico). Giraremos casi de inmediato hacia la izquierda por un estrecho camino asfaltado, que recibe el nombre de Camino de l' Illa. Esta es una zona, antaño salvaje, donde se han construído (y siguen) cierto número de impresionantes mansiones. Algún local comenta con sorna lo que produce la "gine", pero hay interpretaciones alternativas y, sin duda, indisimulada admiración por la ubicaciòn y tamaño de las construcciones, al tiempo que lamento por la invasión urbanística de un lugar excepcional.
El camino acaba en otro mirador de excepción, la Creu del Portitxol, desde donde se accede al sendero SL-CV-97, por el que tenemos previsto seguir hacia Cala Barraca, aunque algo más adelante saldremos temporalmente del sendero para asomarnos al borde del acantilado, frente a la isla de Portitxol (donde hay un yacimiento arqueológico, no visitable, y cuyas aguas son visitadas por delfines y un gran número de embarcaciones, que suponen un riesgo claro para los bañistas atrevidos). Completamos el descenso hacia la Cala Barraca, donde a esta hora ya hay bastante gente, y subimos por el Carrer de la Barraca, donde está el aparcamiento de la Cala, que ya está lleno, para luego salir por nuestra izquierda al llegar al Carrer del Fartet, que nos permite acceder al bien señalizado, y precioso, Mirador de l' Illa.
Ese Mirador no tiene salida en el mapa, por lo que la vuelta deberia hacerse por el mismo trayecto de llegada, pero en el mirador se puede apreciar una larga empalizada, a cuyo lado discurre un sendero de tierra que nunca hemos explorado. No hay mejor razón para hacerlo ahora y no vemos ningún cierre o prohibición de hacerlo. Algo más adelante nos adelantan dos jóvenes que salen a un camino hormigonado por el que se desciende hacia la playa. Tras ellos vamos, siguiendo lo que parece una entrada superior a Cala Clemence, el lugar de moda, en la zona. Y, ya que estamos aquí, qué mejor oportunidad para sentarnos en una de las mesas con excelentes vistas a Cap Negre y la Illa, y disfrutar de una bien ganada cerveza y un entretenido coloquio sobre la belleza de un lugar casi único y lo que dejará un urbanismo desaforado.
Cuando nos marchamos vemos que el camino de acceso que hemos utilizado antes está ahora cerrado por una valla, aunque a la izquierda hay una puerta que no está cerrada con llave, por lo que suponemos que se trata de un derecho de paso (no hemos podido confirmarlo). Si este acceso está cerrado, como hemos dicho antes, la salida es por las calles Fartet y de la Barraca.
Inicialmente teníamos pensado prolongar la ruta mediante los senderos secundarios que permiten llegar a Els Pallers, el Cap Prim y la Cala Sardinera, donde teníamos pensado bañarnos. Pero el tiempo parados en Cala Clemence ha cambiado opiniones, además de que ya no queda mucho tiempo antes de la hora de comer, por lo que decidimos seguir directamente hacia la Cruz de Portichol, salir a la carretera CV-742, y descender por el lateral izquierdo hasta el Mirador de Calablanca, para luego pasar al sendero que desciende hacia la Caleta, donde giramos a la izquierda para ir a recoger los coches y acercarnos al Puerto, lugar en el que comeremos.
Epílogo: Antes de comer varios miembros del grupo decidieron bañarse en la playa de la Grava, con mucha gente y agua algo revuelta. Nada que ver con lo que dejamos atrás (algunas de las mejores calas del litoral). Así que, en conclusión, no olvide que cualquiera de esas calas es mejor, habitualmente, que la costa de la zona urbana.