Jarosa-Cerro Álamos Blancos-Bosques Jarosa-Cascada Chorrera de la Jarosa.
near Guadarrama, Madrid (España)
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Jarosa-Cerro Álamos Blancos-Bosques Jarosa-Cascada Chorrera de la Jarosa.
Se trataba hoy de alcanzar el Cerro de los Álamos Blancos, a 1.507 metros de altitud, para lo cual he seguido la ruta de Nacho AA, que ofrece una magnífica descripción de la misma, sus riquezas, riesgos y oportunidades. Se debe felicitar a los montañeros que, además de su pasión por el medio, se documentan y explican con detalle lo que vamos a encontrar.
Salimos del Parking2, junto a la Ermita de Nuestra Señora de la Jarosa, tomando por las hermosas praderas que la rodean, atravesando, por primera vez el arroyo del Picazuelo, uno de los que alimentan el embalse de la Jarosa, junto al de la calle de los Álamos Blancos, el de los Álamos Blancos (distinto anterior) y el de la Jarosa, para conseguir este año que dicho embalse se encuentre al 100%, ofreciendo una espectacular imagen.
Tomamos la Senda SL06, Senda del bosque plateado que, en suave ascensión (marcas verdes y blancas) nos va llevando por una preciosa senda forestal, con carteles informativos, junto al arroyo de la calle de los Álamos Blancos, hasta un mirador natural, hoy con poca visibilidad, que se encuentra un poco antes de la conexión con la pista asfaltada que circunvala prácticamente todo El Valle de La Jarosa.
Conectamos con dicha pista asfaltada para llegar al cartel informativo de una de las joyas de estos bosques: el pino laricio de la Hilera o Pinus Nigra, árbol singular de la Comunidad de Madrid con el número 126, un perímetro de 2 metros y una altitud de 9,90, con 500 años de antigüedad y que sobrevive, entre 30.000 congeneres, muy escasos y pertenecientes a una especie antiquísima, existente ya en el Cretaceo Inferior hace 144 millones de años.
ATENCIÓN: el árbol está a unos 150 metros hacia abajo del cartel, merece la pena descender, no ofrece dificultad, para contemplarlo en su radiante belleza. Si se sigue el track de esta ruta se llega sin dificultad.
Un poco más arriba,siguiendo la pista, encontramos a la derecha una pradera e información sobre el Bosque Plateado, un pino que nace en la roca (el de la fuerza de la vida) y el hermoso mirador del Bosque Plateado, desde donde se aprecia El Valle y embalse de la Jarosa y una panorámica de la Bola del Mundo y la Maliciosa.
Continuamos por la pista asfaltada, pasamos junto al Pilón de la Fuentezuela (como a 4 metros a la derecha de la pista, útil para cuando se necesite agua), atravesamos el arroyo del Bercial y de nuevo el de Picazuelo y en seguida tomamos la desviación al Cerro de los Álamos Blancos, campo a través, sin senda, marcado en la bandera por eso mismo con el símbolo de riesgo. Más no hay riesgo alguno. Se sube muy bien, por suelo mullido aunque con importante desnivel, es un tramo corto y llevando GPS no hay dificultad, hasta, un poco antes de las fortificaciones, encontrar un sendero más marcado.
Enseguida alcanzamos el Cerro. Lleva razón Nacho AA de que ofrece el semblante de una ciudad perdida, que con la niebla que había ofrecía un melancólico aspecto espectral, a la espera de que apareciera el celeberrimo miliciano herido en la Guerra Civil por el foto periodista Robert Capa, quien marcara el pulso de aquella terrible contienda.
Aquí pueden aún contemplarse los restos fortificados, nidos de ametralladoras, casamatas, etc, de las posiciones Republicanas en el frente de Guadarrama cuando el Ejército golpista de Franco no pudo tomar Madrid en 1936. Era esta la posición más adelantada de todo el sector de la línea marcada desde el Cerro de la Salamanca, los Álamos Blancos y el descenso hacia los Regajos. Unidades republicanas también ocuparon el Cerro de Matalafuente, el arroyo de la Jarosa y la Portilla del Cura.
El nombre del Cerro hace referencia al Álamo blanco o temblón, muy escaso, con solo 150 ejemplares, aunque realmente, como indica un cartel informativo, aquí la especie de Álamo es el Populus Alba. En todo caso, joyas botánicas que acompañan a un enclave histórico por lo ya mencionado.
Si se accede por primera vez, el Cerro queda un poco a la derecha según venimos subiendo y la bajada por el Sendero SL2, de los Álamos Blancos, está justo detrás del risco sobre el que se sustenta el Cerro. Dimos alguna vuelta para encontrar el Sendero, pero no tiene pérdida y es de una belleza poco descriptible, por su soledad y el silencio que lo acompaña. Aunque la senda es pequeña se sigue muy bien, rodeados de Álamos y Acebos, llegamos a la Pradera de la Pinosilla, donde otra joya botánica nos espera: el Pino de la Pinosilla, 26,6 metros de altura y un perímetro de 4,15 metros, de nuevo catalogado como árbol singular de la Comunidad de Madrid con el número 143.
Desde aquí todo es bajada, el sendero que desciende hasta el pilón de los reajos y su pradera es estrecho, con desnivel y piedra suelta, quizá el peor tramo de la ruta, pero llevadero.
Llegados a una fuente en la pista principal, nos desviamos por SL 5, Por las trincheras, que nos permite acceder a la Cascada de la Chorrera, en el arroyo de la Jarosa, de unos 4 metros de altura. Aquí, un fallo del GPS, con señal débil, tira una línea recta, pero no hay pérdida. Nada más tomar el sendero se pasa una vivienda en ruinas y a su derecha se puede acceder a la Cascada. Dado que está muy cerrada se puede contemplar desde el cauce derecho hacia abajo ( más complicada pero con mejor vista) o el izquierdo (más sencilla aunque con peor vista).
Ya solo queda seguir esta senda hasta el Pantano, aunque el sendero que va paralelo a la carretera asfaltada (muy recomendable) estaba cortado pues operarios estaban haciendo entresaca de árboles y lo tomamos un poco antes de llegar a las ruinas de la torre de la antigua Iglesia que inundó el pantano y de aquí un pequeño paseo hasta la Ermita de Nuestra Señora de la Jarosa, fin de ruta.
Se trataba hoy de alcanzar el Cerro de los Álamos Blancos, a 1.507 metros de altitud, para lo cual he seguido la ruta de Nacho AA, que ofrece una magnífica descripción de la misma, sus riquezas, riesgos y oportunidades. Se debe felicitar a los montañeros que, además de su pasión por el medio, se documentan y explican con detalle lo que vamos a encontrar.
Salimos del Parking2, junto a la Ermita de Nuestra Señora de la Jarosa, tomando por las hermosas praderas que la rodean, atravesando, por primera vez el arroyo del Picazuelo, uno de los que alimentan el embalse de la Jarosa, junto al de la calle de los Álamos Blancos, el de los Álamos Blancos (distinto anterior) y el de la Jarosa, para conseguir este año que dicho embalse se encuentre al 100%, ofreciendo una espectacular imagen.
Tomamos la Senda SL06, Senda del bosque plateado que, en suave ascensión (marcas verdes y blancas) nos va llevando por una preciosa senda forestal, con carteles informativos, junto al arroyo de la calle de los Álamos Blancos, hasta un mirador natural, hoy con poca visibilidad, que se encuentra un poco antes de la conexión con la pista asfaltada que circunvala prácticamente todo El Valle de La Jarosa.
Conectamos con dicha pista asfaltada para llegar al cartel informativo de una de las joyas de estos bosques: el pino laricio de la Hilera o Pinus Nigra, árbol singular de la Comunidad de Madrid con el número 126, un perímetro de 2 metros y una altitud de 9,90, con 500 años de antigüedad y que sobrevive, entre 30.000 congeneres, muy escasos y pertenecientes a una especie antiquísima, existente ya en el Cretaceo Inferior hace 144 millones de años.
ATENCIÓN: el árbol está a unos 150 metros hacia abajo del cartel, merece la pena descender, no ofrece dificultad, para contemplarlo en su radiante belleza. Si se sigue el track de esta ruta se llega sin dificultad.
Un poco más arriba,siguiendo la pista, encontramos a la derecha una pradera e información sobre el Bosque Plateado, un pino que nace en la roca (el de la fuerza de la vida) y el hermoso mirador del Bosque Plateado, desde donde se aprecia El Valle y embalse de la Jarosa y una panorámica de la Bola del Mundo y la Maliciosa.
Continuamos por la pista asfaltada, pasamos junto al Pilón de la Fuentezuela (como a 4 metros a la derecha de la pista, útil para cuando se necesite agua), atravesamos el arroyo del Bercial y de nuevo el de Picazuelo y en seguida tomamos la desviación al Cerro de los Álamos Blancos, campo a través, sin senda, marcado en la bandera por eso mismo con el símbolo de riesgo. Más no hay riesgo alguno. Se sube muy bien, por suelo mullido aunque con importante desnivel, es un tramo corto y llevando GPS no hay dificultad, hasta, un poco antes de las fortificaciones, encontrar un sendero más marcado.
Enseguida alcanzamos el Cerro. Lleva razón Nacho AA de que ofrece el semblante de una ciudad perdida, que con la niebla que había ofrecía un melancólico aspecto espectral, a la espera de que apareciera el celeberrimo miliciano herido en la Guerra Civil por el foto periodista Robert Capa, quien marcara el pulso de aquella terrible contienda.
Aquí pueden aún contemplarse los restos fortificados, nidos de ametralladoras, casamatas, etc, de las posiciones Republicanas en el frente de Guadarrama cuando el Ejército golpista de Franco no pudo tomar Madrid en 1936. Era esta la posición más adelantada de todo el sector de la línea marcada desde el Cerro de la Salamanca, los Álamos Blancos y el descenso hacia los Regajos. Unidades republicanas también ocuparon el Cerro de Matalafuente, el arroyo de la Jarosa y la Portilla del Cura.
El nombre del Cerro hace referencia al Álamo blanco o temblón, muy escaso, con solo 150 ejemplares, aunque realmente, como indica un cartel informativo, aquí la especie de Álamo es el Populus Alba. En todo caso, joyas botánicas que acompañan a un enclave histórico por lo ya mencionado.
Si se accede por primera vez, el Cerro queda un poco a la derecha según venimos subiendo y la bajada por el Sendero SL2, de los Álamos Blancos, está justo detrás del risco sobre el que se sustenta el Cerro. Dimos alguna vuelta para encontrar el Sendero, pero no tiene pérdida y es de una belleza poco descriptible, por su soledad y el silencio que lo acompaña. Aunque la senda es pequeña se sigue muy bien, rodeados de Álamos y Acebos, llegamos a la Pradera de la Pinosilla, donde otra joya botánica nos espera: el Pino de la Pinosilla, 26,6 metros de altura y un perímetro de 4,15 metros, de nuevo catalogado como árbol singular de la Comunidad de Madrid con el número 143.
Desde aquí todo es bajada, el sendero que desciende hasta el pilón de los reajos y su pradera es estrecho, con desnivel y piedra suelta, quizá el peor tramo de la ruta, pero llevadero.
Llegados a una fuente en la pista principal, nos desviamos por SL 5, Por las trincheras, que nos permite acceder a la Cascada de la Chorrera, en el arroyo de la Jarosa, de unos 4 metros de altura. Aquí, un fallo del GPS, con señal débil, tira una línea recta, pero no hay pérdida. Nada más tomar el sendero se pasa una vivienda en ruinas y a su derecha se puede acceder a la Cascada. Dado que está muy cerrada se puede contemplar desde el cauce derecho hacia abajo ( más complicada pero con mejor vista) o el izquierdo (más sencilla aunque con peor vista).
Ya solo queda seguir esta senda hasta el Pantano, aunque el sendero que va paralelo a la carretera asfaltada (muy recomendable) estaba cortado pues operarios estaban haciendo entresaca de árboles y lo tomamos un poco antes de llegar a las ruinas de la torre de la antigua Iglesia que inundó el pantano y de aquí un pequeño paseo hasta la Ermita de Nuestra Señora de la Jarosa, fin de ruta.
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Easy to follow
Scenery
Moderate
Ruta muy variada, con numerosos puntos de interés: históricos, botánicos, paisajísticos... Y muy bien descrita por jcaldera.
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Easy to follow
Scenery
Easy
Ruta muy bonita, especialmente en esta época de Primavera.
Bosque y vistas espectaculares de la sierra.
Nosotros atajamos un poco en el tramo final de la subida al bosque plateado (y nos costó sudar !¡)
Muy bien explicada y señalada.
Gracias jfkgps por el comentario. Realmente es una zona preciosa, más este año con tanta agua. Era la primera vez que la hacía en este formato y, probablemente, resulta un poco larga, pero merece claramente la pena.
Me alegro os haya servido.
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Scenery
Moderate
Muchas gracias por la preciosa ruta, en un día nublado y lluvioso como el de ayer domingo, la disfruté mucho. Buen trabajo. Únicamente resaltaría que la subida al Cerro Álamos Blancos, hay que hacerla con cuidado si se va solo, ya que se hace sin sendero, campo a través, y en el caso de sufrir algún percance no hay cobertura. Gran trabajo!
Gracias Duru. Es cierto lo que comentas, aunque lo indique en la descripción, quizá deba resaltarse más. En todo caso es un tramo breve y la zona, en general, está bastante concurrida.
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Scenery
Easy
Ruta muy asequible. La primera parte, aunque hay pista, es muy agradable por estar siempre entre pinos y más hoy con tanto calor. A partir de la desviación al Cerro y hasta el final, el tramo es muy bonito con mucho sendero lleno de helechos.
A ver si llueve porque con el terreno húmedo será mucho más bonita.
Gracias pilar.lo por valoración. Ciertamente, el Cerro de los Álamos Blancos es un lugar mágico, único, en la Sierra de Guadarrama. Pero, sin duda, es en primavera cuando está en todo su esplendor.
Hola Diana: Hay que tener presente los efectos de la borrasca Juan del pasado viernes. Esta zona tiene unos caminos magníficos, aunque a veces pro las lluvias hay balsas de agua. En mi ruta no hay muro alguno, y solo tiene la dificultad del tramo de acceso al Cerro de los Álamos Blancos, campo a través por un pinar, como informo en la descripción de la misma. Igualmente, la bajada a la Cascada de la Chorrera de la Jarosa tiene alguna dificultad (poca).
En cuanto al comentario de la Guardia Civil me parece insólito. he ido muchas veces a La jarosa y jamás nadie me ha pedido entrada para visitar la iglesia de Nuestra Señora de la Jarosa, el acceso es libre, aunque la Ermita está casi siempre cerrada.
Todo ello salvo que hay algún error con el comentario de la ruta y no se trate de la que yo he subido a wikiloc.