ISLALLANA-PEÑA BAJENZA-VIGUERA-ISLALLANA 26-MAR-17

Viviendo de Logroño cruzamos Islallana y justo al final de la recta antes de la primera curva sale a la izquierda una cuesta hacia abajo. Seguimos el camino, cruzamos el Iregua y dejamos el coche junto a la pista de asfalto que une Nalda con Viguera en el lugar exacto donde está el poste con la indicaciones (foto 1).

De frente a la mole de piedra en nuestra ascensión rodearemos por la izquierda la roca. Nos va a llevar unos 50 minutos en los que vamos dejando varias casetas de agua. Al llegar a la última caseta (foto 2) la pista gira hacia la derecha y llanea un poco. Es un espejismo porque enseguida el sendero a vuelve a tener bastante pendiente. Haciendo un par de paradas para que los pulmones descansen llegamos arriba. Tenemos que girar un poco a la derecha para dirigirnos a la cruz y disfrutar de las vistas y los buitres (foto 3). Para volver regresamos y bajamos hacia la derecha por una senda que nos va a llevar a Viguera. Podemos acortar la ruta si en la foto del arbusto(foto 4) giramos a la derecha y bajamos por la ermita de San Marcos. Nosotros seguimos por la izquierda y por mitad de la ladera vamos siguiendo una leve senda que nos "aleja" un poco hacia el sur de las moles de roca que ocultan Viquera. Cruzamos hacia la otra ladera por entre unos matorrales sin ningún problema y avanzamos hacia Viguera teniendo por referencia unos establos con vacas y las moles de roca. Bajamos hacia el establo y al poco la pista empieza a estar marcada por las ruedas de los todo terrenos. Nada más dejar atrás las vacas subimos a un pequeño collado por la derecha desde el que ya sale una senda que nos lleva a entrar por Viquera por su lado sur (foto 5).

Almorzamos en el bar y subimos calle arriba hacia el mirador donde el señor Federico nos deleita con su sapiencia y sus historias. Bajamos hacia el río Iregua por la pista ancha y en la primera curva cogemos la senda estrecha de la derecha. Una vez abajo salimos por la caseta de captación de agua de boca de Albelda a la pista que va a llevarnos llaneando hasta el coche mientras disfrutamos de la colorida primavera en los árboles.

Interesante llevar bastones y tener cuidado en la bajada con tiempo seco por los resbalones. Nosotros hemos tenido suerte de que al llover la noche anterior sin llegar a resbalar del todo el sendero estaba blandito de barro.