Huella Andina: Traful a Villa La Angostura

Hicimos el sendero en un grupo de 6 amigos el primer fin de semana de febrero (3 y 4/Feb/23). A las 10 hs arrancamos.
El abrupto inicio invita a repensar por un segundo en asumir el desafío, pero lo vale todo. Parada obligatoria de hidratación una vez que finaliza la subida.
El inicio del trackeo con Wikiloc fue un tanto errático y por eso figuran tan pocas horas de marcha.
El camino de cintura introductorio nos sumergió de lleno en un bosque de ñires mientras de fondo sonaba el curso del arroyo Cataratas. El sendero, en general, está muy bien señalizado.
Hay tramos que presentan troncos caídos y cañas colihue. Durante la primera jornada, hay que atravesar 15 / 16 vados aprox. que demandan cambiar el calzado para los menos equilibristas, o bien buscar alternativas entre piedras y troncos para los más habilidosos con la destreza física. Estos cruces le dan un toque distintivo a la aventura, además de servir de fuente de hidratación, descanso y foto.
Respecto a los vados: de todos ellos se puede obtener agua y es importante saber que dependiendo de la época del año habrá diferentes grados de dificultad para cruzarlos, debido a las variaciones de caudal que puedan presentar. Vados más entrados en altura son más fáciles de sortear.
Arribamos a las 18 hs a la zona conocida como Vivac Tapera de Lagos. El área está ok para hacer campamento, aunque a unos 200 m, siguiendo la senda, y sobre un pequeño curso de agua más cercano hay un mallín donde puede armarse las carpas o vivacs. Tal lo esperable, esa zona es bien húmeda. Para buscar zonas más secas, acampar dentro del bosque en la zona mencionada.
Esta zona se encuentra en entre 2 montañas y permite disfrutar la noche estrellada en todo su esplendor. Es común la presencia de hacienda en el sector, así como es posible que por la noche caminen por la zona de acampe. Amanecer en ese lugar carga todas las baterías de la retina.
A la mañana siguiente, 9 hs, emprendimos el segundo tramo por el bosque para luego atravesar una extensa pampa en la que la vegetación cambia al ritmo de la geografía. Detenerse allí es casi obligatorio, donde está el punto más alto de la travesía, a contemplar el entorno y así sentir la inmensidad de la naturaleza.
Una vez superado este punto comienza un descenso bastante interesante para volver a adentrarnos en el bosque. El sendero que resta alterna entre subidas y bajadas, espacios abiertos y más interrumpidos por la vegetación, bosques y estepa y una serie de bifurcaciones en las qué hay que poner atención para seguir por el camino la Huella Andina.
Cuando parece que lo que resta es solo descenso, una marcada trepada final quita el aliento que luego se recupera en un arroyo mágico.
Nos llamó la atención que estuvimos solos durante toda la travesía.
Despacito y paso a paso, llegamos felizmente al patio trasero de la base del centro invernal de Cerro Bayo, ingresando por la zona del Canopy a las 14 hs.
Nuestra experiencia grupal será inolvidable y, por supuesto, recomendable.