Hoya de los Trevejiles, Masegosos, cresteo de las Salegas Anchas, Cañada de los Caballeros (S. de las Villas-Cumbres de Beas)
near El Tranco, Andalucía (España)
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Trail photos
Itinerary description
Cuando la semana pasada caminábamos por el cresterío de la Lancha de los Caballeros nos llamó poderosamente la atención la quebrada cuerda que custodia y encierra la preciosa Cañada de los Caballeros por su flanco oriental. Se trata de la cuerda que los mapas bautizan como de las Salegas Anchas y la oportunidad de recorrerla no la hemos hecho esperar mucho tiempo.
Iniciamos el recorrido en la carretera A-6002 cerca del kilómetro 21 de la nueva numeración (23 de la antigua), justo donde sale la pista asfaltada de la Hoya de los Trevejiles y hay un hidrante de lucha contra incendios forestales. Allí hay un buen anchurón para estacionar muchos vehículos, aunque si queremos evitar algo más de un kilómetro de distancia (unos 2,2 kilómetros ida y vuelta) y más de 100 metros de desnivel de tramo lineal, es decir de ida y vuelta, podemos dejar el vehículo en la Hoya de los Trevejiles, cerca de la vieja casa forestal del mismo nombre.
Siguiendo las marcas del GR 247 en su etapa 5 caminamos por pista forestal durante algo más de 4,5 kilómetros, pasando por la Hoya de los Trevejiles y disfrutando mientras ascendemos de forma decidida del inmenso mar de nubes que cubre el cañón del Guadalquivir y el embalse del Tranco con las afiladas cumbres de las Lagunillas y las Villas asomando sobre él y el inhiesto peñón del Guijarrón sobre nuestras cabezas vigilando nuestros pasos.
Al llegar a la altura de la abandonada cortijada de los Masegosos (o Mansegosos), los chopos delatan su presencia, dejamos el GR 247 para salir a la izquierda por un enmatojado carril que se introduce en el lecho del arroyo de los Masegosos y nos lleva a las ruinas de la mencionada cortijada. El lugar es realmente bello, pero la imparable naturaleza ha devorado lo que el hombre abandonó, cuesta mucho caminar por las viejas calles de la cortijada y encontrar la senda que remontaba uno de los arroyos que regaban los bancales de los Masegosos aún más.
Vadeamos como podemos el arroyo Norte de los Masegosos entre zarzas, helechos y otra mucha vegetación riparia hasta que salimos a un viejo bancal de cultivo. Por la orilla natural derecha del arroyo (izquierda en el sentido de nuestra marcha) vamos remontando de bancal en bancal hasta que la maleza nos impide definitivamente el paso. Entonces ascendemos un poco hasta el cercano pinar y ¡voilá!, dimos con la vieja senda. En un principio se sigue sin problemas pero después al llegar a otra zona de viejos bancales la perdimos. Sabíamos que no muy lejos de allí hay un carril que habíamos visto en los mapas topográficos, así que campo a través hacia el Oeste ascendimos unos cuantos metros hasta dar con él. El camino lo tomamos a la izquierda y en un principio se encuentra muy invadido de romeros y jóvenes pinos, pero al llegar a una fuente abrevadero (seca) ya lo encontraremos totalmente limpio y practicable para vehículos 4x4.
En pocos metros el camino nos saca a una pista que tomamos a la izquierda. Cerca del cruce hay una tinada para guardar ganado. Tras ascender a un collado y descender unos pocos metros nos encontramos una bifurcación y tomamos el ramal derecho. No mucho después tomamos un endeble camino que sale a la derecha y que prácticamente llaneando termina no muy lejos de la cresta de las Salegas Anchas. Campo a través ascendemos hacia la arista rocosa de las Salegas, iniciando el cresteo hacia el Norte.
El impresionante periplo por la cresta de las Salegas Anchas no nos defraudo en absoluto, asomados a vertiginosos balcones naturales y disfrutando de inmensas panorámicas su transito se hizo muy ameno a pesar de su trabajoso caminar. No es demasiado complicado el cresteo, pues aquí la caliza es bastante redondeada y permite un paso relativamente cómodo y ligero. Casi todo el tiempo se puede ir por el mismo filo de la cresta, pero de vez en cuando la orografía del terreno o la vegetación nos obligaran a alejarnos un poco del mismo. Aún así hay que extremar precauciones pues su transito puede ser peligroso.
Tras pasar bajo una línea eléctrica la continuación de la cuerda nos deja en un carril que nos lleva en pocos metros hacia el NE a una pista forestal por donde discurre el “GR 144 Ruta de la Trashumancia” y a escasos metros de la Cruz del Platero. Seguimos la pista a la izquierda y descendemos de forma decidida hacia la Cañada de los Caballeros. Obviamos una pista que sale a nuestra derecha y al llegar junto a las ruinas de un cortijo y una fuente nos salimos de la pista para descender por los viejos bancales de cultivo de la Cañada de los Caballeros campo a través (aunque si queremos podemos hacerlo por carril).
De forma cómoda y casi todo el tiempo campo a través por bancales recorremos la preciosa Cañada de los Caballeros. Pasamos junto a las ruinas del Cortijo de la Cañada de los Caballeros, una caudalosa fuente-alberca, un cortijo habitado y finalmente tras recorrer el lecho de un arroyo , salimos al cortijo de Enmedio, donde ya sí, tomaremos un carril que nos saca a la pista principal que recorre este paraje y que tras 3 kilómetros nos lleva a la Hoya de los Trevejiles. Solo resta desandar el tramo lineal de la ruta para llegar al lugar donde estacionamos el vehículo.
La ruta la he calificado de difícil por la longitud, el tramo enmatojado de los Masegosos y el cresteo de las Salegas Anchas. El resto del recorrido es relativamente fácil y cómodo.
Iniciamos el recorrido en la carretera A-6002 cerca del kilómetro 21 de la nueva numeración (23 de la antigua), justo donde sale la pista asfaltada de la Hoya de los Trevejiles y hay un hidrante de lucha contra incendios forestales. Allí hay un buen anchurón para estacionar muchos vehículos, aunque si queremos evitar algo más de un kilómetro de distancia (unos 2,2 kilómetros ida y vuelta) y más de 100 metros de desnivel de tramo lineal, es decir de ida y vuelta, podemos dejar el vehículo en la Hoya de los Trevejiles, cerca de la vieja casa forestal del mismo nombre.
Siguiendo las marcas del GR 247 en su etapa 5 caminamos por pista forestal durante algo más de 4,5 kilómetros, pasando por la Hoya de los Trevejiles y disfrutando mientras ascendemos de forma decidida del inmenso mar de nubes que cubre el cañón del Guadalquivir y el embalse del Tranco con las afiladas cumbres de las Lagunillas y las Villas asomando sobre él y el inhiesto peñón del Guijarrón sobre nuestras cabezas vigilando nuestros pasos.
Al llegar a la altura de la abandonada cortijada de los Masegosos (o Mansegosos), los chopos delatan su presencia, dejamos el GR 247 para salir a la izquierda por un enmatojado carril que se introduce en el lecho del arroyo de los Masegosos y nos lleva a las ruinas de la mencionada cortijada. El lugar es realmente bello, pero la imparable naturaleza ha devorado lo que el hombre abandonó, cuesta mucho caminar por las viejas calles de la cortijada y encontrar la senda que remontaba uno de los arroyos que regaban los bancales de los Masegosos aún más.
Vadeamos como podemos el arroyo Norte de los Masegosos entre zarzas, helechos y otra mucha vegetación riparia hasta que salimos a un viejo bancal de cultivo. Por la orilla natural derecha del arroyo (izquierda en el sentido de nuestra marcha) vamos remontando de bancal en bancal hasta que la maleza nos impide definitivamente el paso. Entonces ascendemos un poco hasta el cercano pinar y ¡voilá!, dimos con la vieja senda. En un principio se sigue sin problemas pero después al llegar a otra zona de viejos bancales la perdimos. Sabíamos que no muy lejos de allí hay un carril que habíamos visto en los mapas topográficos, así que campo a través hacia el Oeste ascendimos unos cuantos metros hasta dar con él. El camino lo tomamos a la izquierda y en un principio se encuentra muy invadido de romeros y jóvenes pinos, pero al llegar a una fuente abrevadero (seca) ya lo encontraremos totalmente limpio y practicable para vehículos 4x4.
En pocos metros el camino nos saca a una pista que tomamos a la izquierda. Cerca del cruce hay una tinada para guardar ganado. Tras ascender a un collado y descender unos pocos metros nos encontramos una bifurcación y tomamos el ramal derecho. No mucho después tomamos un endeble camino que sale a la derecha y que prácticamente llaneando termina no muy lejos de la cresta de las Salegas Anchas. Campo a través ascendemos hacia la arista rocosa de las Salegas, iniciando el cresteo hacia el Norte.
El impresionante periplo por la cresta de las Salegas Anchas no nos defraudo en absoluto, asomados a vertiginosos balcones naturales y disfrutando de inmensas panorámicas su transito se hizo muy ameno a pesar de su trabajoso caminar. No es demasiado complicado el cresteo, pues aquí la caliza es bastante redondeada y permite un paso relativamente cómodo y ligero. Casi todo el tiempo se puede ir por el mismo filo de la cresta, pero de vez en cuando la orografía del terreno o la vegetación nos obligaran a alejarnos un poco del mismo. Aún así hay que extremar precauciones pues su transito puede ser peligroso.
Tras pasar bajo una línea eléctrica la continuación de la cuerda nos deja en un carril que nos lleva en pocos metros hacia el NE a una pista forestal por donde discurre el “GR 144 Ruta de la Trashumancia” y a escasos metros de la Cruz del Platero. Seguimos la pista a la izquierda y descendemos de forma decidida hacia la Cañada de los Caballeros. Obviamos una pista que sale a nuestra derecha y al llegar junto a las ruinas de un cortijo y una fuente nos salimos de la pista para descender por los viejos bancales de cultivo de la Cañada de los Caballeros campo a través (aunque si queremos podemos hacerlo por carril).
De forma cómoda y casi todo el tiempo campo a través por bancales recorremos la preciosa Cañada de los Caballeros. Pasamos junto a las ruinas del Cortijo de la Cañada de los Caballeros, una caudalosa fuente-alberca, un cortijo habitado y finalmente tras recorrer el lecho de un arroyo , salimos al cortijo de Enmedio, donde ya sí, tomaremos un carril que nos saca a la pista principal que recorre este paraje y que tras 3 kilómetros nos lleva a la Hoya de los Trevejiles. Solo resta desandar el tramo lineal de la ruta para llegar al lugar donde estacionamos el vehículo.
La ruta la he calificado de difícil por la longitud, el tramo enmatojado de los Masegosos y el cresteo de las Salegas Anchas. El resto del recorrido es relativamente fácil y cómodo.
Waypoints
Waypoint
3,730 ft
Fin de carril, seguimos campo a través
Waypoint
3,188 ft
Vieja senda (muy perdida)
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