Hoces del río Duratón (Sepúlveda)

Partimos de la parte alta del pueblo de Sepúlveda, junto a la iglesia de Nuestra Señora Virgen de la Peña, donde dejamos el coche. En la parte posterior de la iglesia se ubica el mirador Virgen de la Peña, desde el que se pueden admirar unas hermosas vistas sobre las hoces del río Duratón.

Retrocedemos ligeramente para coger la senda que va rumbo hacia una ruinas conocidas como Puerta de la Fuerza, momento en el que la senda desciende hasta el propio río Duratón. Se cruza el río por el Puente Picazos y seguiremos caminado paralelo al río. Es un camino precioso, inmerso en un bosque de álamos, alisos y olmos que en estas fechas ya están casi por completo desnudos. Quedan todavía algunos árboles con pocas hojas amarillas anaranjadas en las ramas, pero la mayoría de ellas ya están en el suelo creando una tupida alfombra. Una pena que no hubiésemos llegado a estos parajes un par de semanas antes ya que el entorno con todos los árboles en su estampa otoñal debe ser digno de admiración. Si dirigimos la vista hacia arriba podemos admirar los enormes paredones de caliza que el río ha erosionado creando espectaculares desfiladeros. Sobre estos cañones existen numerosas buitreras, habitadas por buitres leonados y a los que regularmente veremos desde distintos puntos de la ruta sobrevolar la zona.

Seguimos ruta y alcanzamos una pasarela para salvar un estrechamiento y seguir nuevamente senda paralelos al río, pasando por un pequeño salto de agua, donde se ubica la fábrica de la luz. Siguiendo el camino se aprecian también varias cuevas horadadas sobre las paredes calizas. Seguimos avanzado por esta maravilla de sendero entre árboles para llegar al Puente del Villar el cual cruzaremos para llegar a la otra margen del río. Remontamos unos metros el río para desviarnos a la derecha y ascender una garganta que nos lleva hasta las afueras del pueblo de Villar de Sobrepeña. En este tramo el paisaje cambia bruscamente, pasando del cobijo de los árboles y el río a un terreno más árido y con numerosas rocas. Se camina por esta zona más abierta, denominada Los Corrales, donde hay que prestar atención para no desorientarse, para llegar a una pista forestal que atraviesa unos pinares. Esta pista culmina en una zona abierta, con mucha arena, desde donde se tiene una preciosa panorámica de uno de los meandros del río encajonado en el desfiladero y con los árboles bordeando al río.

Desde aquí hasta Sepúlveda es una bajada por carretera, que en general tiene una anchura de arcén suficiente para caminar. Desde alguna de las curvas de la carretera se tiene otra bonita panorámica de otro meandro y se ven numerosos buitres sobrevolando en círculo por el cielo. Se llega finalmente a la parte de baja de Sepúlveda, pueblo que habrá que atravesar de subiendo por sus calles hasta llegar a la parte alta de donde habíamos partido.