Hayedo de Tronisco (Cofiñal)

Punto de partida: Cofiñal.
Espacio protegido: Parque Regional Montaña de Riaño y Mampodre.
Época recomendada: Otoño.
Elementos de interés: El hayedo de Tronisco, las vistas desde el collado de Fontesquera y el espino maetero de Villardefrancos.
Tipo de camino: Pista de tierra sin balizar.
Servicios: Cofiñal cuenta con un camping además de varios bares-restaurante. Puebla de Lillo completa la oferta. Además, se puede visitar la casa del parque del Porma y en el torreón la del Parque Regional Montaña de Riaño y Mampodre.

Descripción del itinerario.

La última semana de octubre posiblemente sea la más indicada para ver el culmen de la gama cromática que ofrecen las hayas durante el otoño. Una buenísima opción es elegir los valles del alto Porma para disfrutar de esta estación. Tras realizar dos rutones como son el Pinar de Lillo y recorrer el valle de Pinzón nos adentramos en el hayedo de Tronisco.

La ruta se inicia desde el pueblo de Cofiñal. Al final del pueblo encontramos un merendero y un manadero donde podemos dejar sin ningún problema el coche (figuras 1, 2, 3 y 4). Tras recorrer algo más de medio kilómetro tomamos un giro en ascenso hacia la derecha abandonando así la LE-331 (figura 5).

En el paraje conocido como "El Picón" pasaremos por el depósito de aguas de la localidad y posteriormente llegaremos a un nuevo manadero (figuras 6 y 7). Desde "Canto Faedo" las vistas hacia los montes paralelos dominados por el roble y el haya serán sensacionales (figura 8).

Sin mayores dificultades entramos en el hayedo de Tronisco, cuyo primer tramo está separado del resto del hayedo por un claro donde vimos trotar a unos cuantos caballos (figuras 9, 10, 11, 12 y 13). Además la lluvia y sobre todo el fuerte viento habían cesado.

El hayedo de Tronisco se encuentra en la parte septentrional del monte de la Canalina donde las hayas son los árboles predominantes en esta ladera. Justo en la vertiente situada más al norte aparecen los pinos de Lillo. Se trata de un hayedo joven, muy poblado pero con muy pocos ejemplares que superen la centena de edad. Aún así y más durante el otoño, el bosque presentaba un aspecto inmejorable (figuras de la 14 a la 25).

Sobre el kilómetro 2,8 llegaremos a la fuente de la Canalina (figura 26) que rompe la monotonía del hayedo. La pista prosigue ganando altura desviándose a la derecha, en primer lugar muy cercano a la fuente (figura 27) y en segundo lugar realizando un giro de 180º en sentido ascendente (figuras 28, 29 y 30). En este punto, merece la pena tomar la pista que avanza hacia el este para ver el paraje de la Solana de Tronisco donde se ubica su majada (figuras 31 y 32).

En la zona alta del hayedo aparecen los helechos que tapizan el sotobosque de un hayedo que, aunque la cobertura arbórea no sea tan densa, su sotobosque acompañados por algún que otro serbal y roble no perderá en belleza (figuras 33, 34, 35, 36, 37, 38 y 39).

Tras pasar la valla de la figura 40, abandonaremos el hayedo para dar entrada al collado de Fontesquera finalizando de esta manera el desnivel positivo del recorrido (figuras 41, 42, 43, 44 y 45). La pista se sigue sin pérdida ahora en descenso, entre escobas y brezales con unas vistas preciosas hacia el pico Susarón (figuras 46, 47 y 48).

Durante este descenso será imprescindible desviarse para contemplar el espino maetero de Villardefrancos, árbol singular que cuenta con una altura de 9,5 metros y con más de 12 metros de diámetro de su copa (figuras 49, 50 y 51).

Tras pasar un prado donde las vacas, como en casi cualquier ruta por la montaña de León hacen su aparición, descubrimos el pueblo de Cofiñal cuya entrada la realizaremos sin perder la pista que entra a la localidad por el cementerio enlazando así con nuestro punto de partida, cerrando así el círculo. Ni un metro de la ruta vuelto a pisar (figuras 52, 53, 54, 55, 56, 57 y 58).

Impresiones.

El hayedo de Tronisco es, sin duda, otro de los bosques "ocultos" que se encuentran por la provincia de León que pasan inadvertidos por el senderista medio. Una ruta muy llevadera que no puede faltar en la lista de ningún fotógrafo o aventurero que quiera disfrutar de los colores del otoño. La cercanía con las otras dos rutas (Entrevados-Valle de Pinzón y el Pinar de Lillo) son una excelente opción para disfrutar de un fin de semana en el alto Porma.