Haria-Arrieta: Aganá - Peñas del Chache - Peña del Pico - Peña de Gopar - Rincón de La Moza - La Escalerita 07052024

Desde la plaza de Haria me fui hacia el Ayuntamiento para pasar a la calle del Puente y enlazar con la de Elvira Sánchez. La idea que traía era acercarme a la Montaña Aganá subiendo por la ladera de esa montaña desde una vereda distinta a la de las veces anteriores (la que sube hacia los Morros del Toto), la tenia localizada en el Maps y quería “estrenarla”.
Tenía ubicado el punto de arranque de esa vereda y por eso, llegado el momento, dejé la calle Elvira Sánchez para cruzar las fincas que me separaban de la calle César Manrique. Continué por ella (podía haber salido de Haria directamente por esta calle y ahorrarme el atravesar las fincas, pero había que hacer algo distinto, por eso de la motivación) hasta alcanzar el cauce del barranco.
Por el barranco seguí, con el móvil en la mano, hasta alcanzar el punto de inicio e irme por él. Al principio mosquea un poco el aspecto pero después de los primeros pasos me encontré con una vereda empedrada que asciende por la ladera, con algo mas de pendiente que la otra pero sin ningún tipo de dificultad. El empedrado termina casi al final de la subida para reconvertirse en una rampa ancha que termina en la pista que viene del Rincón de Aganá, justo en el punto de inicio de la otra vereda que asciende hasta la meseta de la montaña.
Al pie de un grupo de palmeras termino el ascenso e inicio la nueva escalada, ahora no hay empedrado. La vereda empieza con un corto zigzagueo para luego continuar recto hacia una zona barrancosa donde sigue el zigzagueo, ahora más prolongado, hasta alcanzar la meseta. Por el camino, sin muchos contratiempos, se puede observar todo el Valle de Malpaso, ahora reverdecido: infinidad de cerrajones y de veroles, unos acabando su proceso de floración y los otros empezando, bejeques empujando para que su particular brazo florido empiece a asomar, algunas tabaibas y las cebollas almorranas terminando de secarse. El día está fresco, corre una ligera brisa, todo confluye para que la jornada empiece maravillosamente.
Llego a la meseta, ahora está reforestada y parece que le han puesto algo de mimo, espero que esta vez cuaje el esfuerzo.
Continuo por la pista de tierra avanzando por La Montaña en dirección a Las Peñas del Chache, por el camino las vistas de La Caleta de Famara, la zona recreativa del Bosquecillo. Encuentro un ejemplar de Bejeque Farrobo (Aeonium balsamiferum) con su cono florido de un amarillo resplandeciente, es quizás pronto para su floración pero parece que este tenia prisa, muy bonito!
Dejo atrás El Bosquecillo y me adentro en la cabecera del barranco de La Poceta, siempre impresiona un poco el pasar por el borde de su concha, bajo las Peñas del Chache pero se trata de un paseo muy florido y, con la brisita que corre, refrescante.
Lo primero que llama la atención es El Castillejo, porque es lo primero que se ve, pero luego la profundidad del barranco cautiva todas las miradas y ya sólo queda avanzar por la vereda con cuidado de no resbalar y entretenido con los azules del matorrisco (lavandula canariensis) que están por toda la vereda, en la ladera del Rincón hay muchos cerrajones y por diferentes tramos aparecen matas de corrigüela blanca (Convolvulus Arvesis).
Dejo la vereda para seguir por otra que me va a dejar en la carretera de Las Nieves, después de cruzar una finca campo a través. Desde el asfalto me llego a la pista que se inicia aquí y que recorre el Llano de La Montaña.
Recorro la zona, una inmensa plantación de papas con sus flores colorean el paseo, por la pista hasta alcanzar la carretera que sube desde Los Valles (LZ-10) para desde ella adentrarme en La Triguera.
Me voy por la ladera bajo la Peña del Pico hasta alcanzar el camino que cruza toda la Triguera desde la Peña de Perdomo hasta la del señor Gopar. Desciendo hasta el cauce para subir después y marchar por las terrazas bajo la Peña de Gopar. De nuevo esta zona que he visitado varias veces estas últimas salidas, un bosque de piteras arropadas por cerrajones, bejeques, tabaibas y veroles, principalmente; un paseo agradable a pesar de la huella que uno de los pitones dejo en mi brazo izquierdo.
Pasadas las roferas asciendo a Los Tablones hasta alcanzar la pista que da acceso a las fincas de esta parte de la ladera. Por ella alcance la meseta para dirigirme después hacia El Rincón de La Moza.
Recorri Los Tablones para dirigirme al lado derecho de la Peña de Matamoros para acceder a los restos de una vivienda ubicada en esa zona. Desde ahí continué descendiendo hasta “La Catedral”, una rofera existente en la zona que tuvo no hace mucho tiempo momentos de gloria por el afán de muchos tiktoker’s de grabarse en ella, hoy sin visitantes. No estuve mucho tiempo, me quedaba un buen trecho para llegar a casa, continué por la vereda de acceso hasta alcanzar el camino del Valle del Palomo y desde él descender al cauce del barranco del Valle para acceder a la otra rofera de la zona.
Por la vereda que le da acceso (a la rofera), ó salida, me dirigí hacia la ladera de la degollada que separa este valle del de el barranco de La Luciana. Comencé a ascender, al principio la vereda está clara y no ofrece dudas pero en la zona intermedia de la ladera desaparece (borrada por la erosión de las lluvias) y hay que orientarse para ir subiendo poco a poco hasta encontrar de nuevo la vereda cerca de “la meta”.
Llego arriba y continuo rumbo por la cabecera del barranco de La Luciana hasta alcanzar el lomo de La Escalerita. Unos metros por debajo de los que pudo ser una vivienda me engancho a la vereda que desciende de ella para continuar su trazado a lo largo de La Escalerita hasta alcanzar la carretera de Tabayesco, LZ-207, algunos tramos están mal conservados pero en general se puede descender sin dificultades.
Llego al asfalto y me voy a Tabayesco, cruzo el pueblo por la calle La Luciana para salir por la pista que marcha por Trujillo hasta las inmediaciones de Tope Tegaso, yo me quede justo en la última vivienda para seguir por la zona de Trujillo hasta alcanzar Arrieta.