Hacho de Álora por 'El Cuchillo' (más la visita al Castillo)
near Alora, Andalucía (España)
Viewed 108 times, downloaded 8 times
Trail photos
Itinerary description
Nuestro primer hito fue la visita al Castillo, al cual ascendimos “campo través, al asedio”, remontando la ladera sur del cerro de Las Torres. Este castillo, que en su día también hizo las funciones de antiguo cementerio de Álora, se construyó sobre los restos de una antigua ermita de la época fenicia y romana, aunque la estructura que se conserva del Castillo de Álora se edificó bajo dominio árabe en la Edad Media.
Antes de entrar en su castillo estuvimos disfrutando de las vistas que se contemplan desde el mirador natural de su entrada, bautizado recientemente como Mirador de Ali Ben Falcum “Al Baezi”, que nos permite disfrutar de una amplia panorámica de la vega de Álora. Entre los numerosos paneles informativos que nos encontramos en el mirador y los azulejos con efemérides varias que se encuentran en su fachada, si mi mala memoria no me engaña, creo que había uno que nos recordaba el popular “Romance Antiguo y verdadero de Álora, la bien cercada”
Álora, la bien cercada,
tú que estás en par del río,
cercóte el Adelantado
una mañana en domingo,
de peones y hombres de armas
el campo bien guarnecido;
con la gran artillería
hecho te habían un portillo.
Viérades moros y moras
subir huyendo al castillo;
las moras llevan la ropa,
los moros harina y trigo,
y las moras de quince años
llevaban el oro fino,
y los moricos pequeños
llevan la pasa y el higo.
Por encima del adarve
su pendón llevan tendido.
Allá detrás de una almena
quedado se había un morico
con una ballesta armada
y en ella puesto un cuadrillo.
En altas voces diciendo
que del real le han oído:
¡Tregua, tregua, Adelantado,
por tuyo se da el castillo!
Alza la visera arriba
por ver el que tal le dijo:
asestárale a la frente,
salido le ha al colodrillo.
Sacóle Pablo de rienda
y de mano Jacobino,
estos dos que había criado
en su casa desde chicos.
Lleváronle a los maestros
por ver si será guarido;
a las primeras palabras
el testamento les dijo.
Yendo en mayo de 1434 el rey Juan II de Aguilafuente a Castilnovo, le llegaron dos mensajes sucesivos anunciándole la alevosa herida en el rostro recibida por el adelantado Diego de Ribera al combatir el castillo de Álora y noticiándole después la muerte consiguiente. Estas nuevas de la frontera circulaban por todo el país en forma de romances como el presente, el cual, gracias a una alusión de Juan de Mena (1444), sabemos fue escrito a raíz del suceso que relata.
Entre los modelos de poesía épico-lírica debe figurar siempre, esta composición, insuperable en su sencillez imaginativa y emocional; la rapidísima narración logra actualizar delante de nuestros ojos el movido episodio de combate y traición.
La estructura del castillo se conforma de dos recintos amurallados.El inferior, de forma irregular, se adapta al relieve de la zona sirviendo como primer muro de defensa, mientras que el superior es de superficie cuadrada con seis torreones para aumentar la capacidad defensiva.
El siguiente hito fue el rebautizado Mirador de Cervantes, que siempre se había conocido como “Mirador de la Plaza Baja”, que constituye un acogedor rincón desde donde, además de las bellas vistas, podemos recrearrnos con su pequeña fuente y el panel cerámico realizado por María Rengel en el que aparecen las figuras literarias de Don Quijote y Sancho Panza con el pueblo como telón de fondo. El mirador de Cervantes que recuerda la presencia del autor del Quijote por estas tierras malagueñas cuando trabajaba para la administración real, durante el reinado de Felipe IV, siendo el recaudador del rey en Álora.
Junto al Mirador de Cervantes se encuentra la Iglesia de Nuestra Sra. De la Encarnación, en la Plaza Baja de la Despedida. Es una de las mayores iglesias de toda la provincia de Málaga. Se construyó entre los años 1600 y 1699. La iglesia presenta una planta rectangular con tres naves separadas por columnas toscanas y arcos de medio punto. En su techumbre se encuentran doce frescos del siglo XVIII que muestran a los doce apóstoles. En su interior se alojan varias de las imágenes con más devoción de la ciudad, como son El Santísimo Cristo Crucificado o María Santísima del Amor. Además de San Francisco de Asís en madera policromada.
Desde la Iglesia de la Encarnación, relativamente cercana al Castillo, fuimos atravesando el amplio caserío de Álora de sur a norte, a través de sus blancas fachadas, pasando por algunos lugares emblemáticos como “El Molino Bachíller y antiguo Aljibe áraba”, el lugar es conocido por los abuelos de Álora como Posada de Subirés, apellido del último propietario que regentaba una posada en la primera mitad del siglo XX. El nombre del molino proviene del primer propietario, el Bachiller Gonzalo Pérez, persona muy influyente en la Álora del siglo XVI, siglo al que pertenece el molino de aceite. El aljibe es uno de los elementos que integran el Molino, que se haya en pleno centro histórico de Álora, considerado como una autentica reliquia de la arqueología industrial de la localidad, que constaba de:
- Un total de cuatro cuadras de reciente construcción se situaban en uno de los laterales del espacio en las que se guardaban cabras y caballos, una montaña de estiércol poblaba una de las esquinas del recinto, en las paredes de fábrica original abundaba la vegetación siendo la más destacada de esta una enorme higuera que emergía del muro de mampuestos y en la parte inferior de dicha pared se ubicaban tres vanos de entrada, presentándose los laterales sellados; el de más a la derecha con ladrillos utilizados en construcciones actuales y el de la izquierda con mampuestos.
- En cuanto al hueco central, era el único al que se podía acceder, dando a una sala de reducidas dimensiones. En ella se encontraba un aljibe con agua a unos 20 cm de la superficie del suelo y en una de sus paredes, o más concretamente la pared derecha, se abría un pequeño agujero con forma circular que conducía a una sala de superficie triplemente mayor que la anterior, sin lugar a dudas, se trataba del interior del vano derecho que estaba sellado por ladrillos actuales. La profunda sala no acogía nada en su interior pero la única peculiaridad que la determinaba era un orificio circular en el centro de la bóveda que la cubre.
Después de esta breve visita, pasamos por la plaza del Ayuntamiento, frente al cual nos tomamos unas cervecitas en el Bar “El Madrugón”, y seguimos dirección norte, ascendiendo hacia la parte de esta localidad, cuyos orígenes se remontan a la época del Neolítico, tal y como lo certifica el yacimiento arqueológico del Hoyo del Conde, situado a un kilómetro de la ciudad.
Desde esta época, la zona en la que se ubica la ciudad siempre ha estado poblada, ya que cuenta con una magnífica orientación geográfica hacia el mar y está protegida por montañas a su espalda. Álora ha sido habitada por tartessos, fenicios, íberos, visigodos y árabes a lo largo de su historia.
Todos estos pueblos dejaron su sello en la cultura, tradiciones y construcciones de la ciudad, de las cuales destacan el Castillo de Álora, la Torre de la Iglesia, el Convento de Nuestra Señora de las Flores y otros muchos más.
A lo largo del año, Álora cuenta con un intenso calendario de fiestas populares entre las que destacan:
Semana Santa: es una de las más importantes y con más devoción de la provincia de Málaga. De toda la semana, destaca la mañana del Viernes Santo con la ceremonia de “La Despedida”.
Feria de Álora: se celebra a finales de julio y principios de agosto. La ciudad es un hervidero de actividades y celebraciones.
Festival de Cante Grande: se celebra entre julio y agosto. Lo organiza la peña flamenca de la ciudad.
Cruces de Mayo: tiene lugar en la Ermita de las Tres Cruces. Se celebra desde el siglo XVIII, cuenta con un Festival de Verdiales y se pueden degustar productos típicos de la zona durante su celebración.
Día de las Sopas Perotas: se celebra el primer sábado de octubre en la Plaza de la Despedida. En él se regala un plato de sopa a cada persona que se acerque a la plaza con el fin de promocionar los productos típicos de Álora.
Romería de la Virgen de las Flores: el día de la patrona, el 8 de septiembre, se baja a la Virgen de las Flores a la Iglesia de la Encarnación. Justo al domingo siguiente, se produce la romería desde la Iglesia de la Encarnación al Convento de las Flores.
Noches Al-Loárabe: Álora rememora, durante el primer fin de semana de julio, el legado cultural que dejaron los árabes tras su paso por la ciudad. Se decoran las calles del pueblo y se realiza un mercadillo árabe en la Plaza de la Despedida.
Breve descripción de la ruta:
El hacho de Álora, al igual que el de Pizarra es una de esas montañas muy asequibles, compuesta principalmente de arenisca, tan característica de los fondos marinos del Jurásico, que se puede ascender/descender por cualquiera de sus vertientes, tal y como nos recuerda la red de senderos locales y senderos P.R. de su Ayuntamiento, en nuestro caso escogimos la subida que los aloreños, conocen popularmente como “El Cuchillo”, que consiste en ascender por la arista que se encuentra presidida por la “Cruz de hierro blanca” que se ve desde muchas calles de Álora, esta arista, que también se puede apreciar desde cualquier ubicación entre Pizarra y los primeros kilómetros de la carretera hacia el Valle de Abdalajís, es de apariencia muy vertical y escarpada desde la distancia, pero sin embargo, es mucho más asequible de lo que parece.
Una vez en las proximidades de las pistas polideportivas de Álora, en la zona alta del pueblo, tomamos como referencia dos grandes aljibes circulares, que dejaremos nuestra izquierda, atravesando un pequeño olivar. El siguiente hito es ascender a una pequeña altiplanicie presidida por una modesta torreta metálica de electricidad y a partir de ahí la referencia a seguir es el escalonado sendero que entre bloques y veredones de arenisca nos permite llegar muy cerca de la Cruz de Hierro remontando la misma arista conocida como el Cuchillo, hasta que los verticales tajos que nos separan de la base de la Cruz, ya en los últimos metros, nos obligan a tomar la referencia de la flecha que nos indica, continuar por la izquierda, caminando sobre unos andenes de arenisca, con algo de vuelo, pero que progresando con cuidado se hacen sin problemas, hasta llegar a la cruz en pocos minutos, magnifico mirador sobre Álora, y todos sus alrededores, destacando las cumbres del Huma y la Capilla al Norte, Sierra Chimenea, el Torcal, las Cabras y Camarolos al nordeste, La Maroma y Sierra Nevada al Este; el hacho de Pizarra o la Sierra de Mijas al Sur y al Oeste, el propio hacho de Álora, con una zona mas elevada donde se encuentran unas cercanas antenas de radio, tv y telefonía, nos ocultan hacia el Oeste: la Sierra de las Nieves, Prieta con Casarabonela a sus pies y Alcaparaín al noroeste, como más tarde veremos.
Una vez que nos recreamos con las vistas desde La Cruz, probablemente el mejor mirador de todo el perímetro superior del Hacho, tomamos dirección Oeste, a través del sendero PR-A 415 Hacho de Álora, que en pocos minutos nos sitúa en las mencionadas antenas, y a partir de ahí vamos caminando por dócil pista terriza, en muy buen estado por donde llegaremos hasta un precioso mirador natural, presidido por un pequeño conjunto de tafonis cercanos a unos banquitos con sus msas de madera, recientemente bautizado como Mirador Infantil de Hemiparesia, donde estuvimos almorzando.
Este mirador surgió como un proyecto que nace de personas allegadas a un niño diagnosticado de HEMIPARESIA y surge por la necesidad de dar a conocer esta condición neurológica. A este grupo de personas les gusta la naturaleza y emprenden un viaje hacia la confección de una ruta en Álora apta para personas con esta condición. Después de varios meses buscando la forma de hacerla decidieron coger un sendero local y adaptarlo hasta llegar a este mirador natural situado en el monte Hacho a unos 4km del punto de partida. Una vez realizada la ruta inaugural, en dicho mirador se situó un asiento de grandes dimensiones con forma de manopla (símbolo de la Hemiparesia).
Una vez realizado el almuerzo, continuamos por el comodísimo trazado del PR-A 415 Hacho de Álora, hasta llegar a un cruce de senderos y enlazar con el Sendero Local A-31 Cerro Redondo, que nos sirvió para ampliar un poco más el recorrido, disfrutando de varios conjuntos de tafonis, descendiendo por una loma magnífica para entrenar, llegando a la localidad de Álora, una hora y media más tarde.
Antes de entrar en su castillo estuvimos disfrutando de las vistas que se contemplan desde el mirador natural de su entrada, bautizado recientemente como Mirador de Ali Ben Falcum “Al Baezi”, que nos permite disfrutar de una amplia panorámica de la vega de Álora. Entre los numerosos paneles informativos que nos encontramos en el mirador y los azulejos con efemérides varias que se encuentran en su fachada, si mi mala memoria no me engaña, creo que había uno que nos recordaba el popular “Romance Antiguo y verdadero de Álora, la bien cercada”
Álora, la bien cercada,
tú que estás en par del río,
cercóte el Adelantado
una mañana en domingo,
de peones y hombres de armas
el campo bien guarnecido;
con la gran artillería
hecho te habían un portillo.
Viérades moros y moras
subir huyendo al castillo;
las moras llevan la ropa,
los moros harina y trigo,
y las moras de quince años
llevaban el oro fino,
y los moricos pequeños
llevan la pasa y el higo.
Por encima del adarve
su pendón llevan tendido.
Allá detrás de una almena
quedado se había un morico
con una ballesta armada
y en ella puesto un cuadrillo.
En altas voces diciendo
que del real le han oído:
¡Tregua, tregua, Adelantado,
por tuyo se da el castillo!
Alza la visera arriba
por ver el que tal le dijo:
asestárale a la frente,
salido le ha al colodrillo.
Sacóle Pablo de rienda
y de mano Jacobino,
estos dos que había criado
en su casa desde chicos.
Lleváronle a los maestros
por ver si será guarido;
a las primeras palabras
el testamento les dijo.
Yendo en mayo de 1434 el rey Juan II de Aguilafuente a Castilnovo, le llegaron dos mensajes sucesivos anunciándole la alevosa herida en el rostro recibida por el adelantado Diego de Ribera al combatir el castillo de Álora y noticiándole después la muerte consiguiente. Estas nuevas de la frontera circulaban por todo el país en forma de romances como el presente, el cual, gracias a una alusión de Juan de Mena (1444), sabemos fue escrito a raíz del suceso que relata.
Entre los modelos de poesía épico-lírica debe figurar siempre, esta composición, insuperable en su sencillez imaginativa y emocional; la rapidísima narración logra actualizar delante de nuestros ojos el movido episodio de combate y traición.
La estructura del castillo se conforma de dos recintos amurallados.El inferior, de forma irregular, se adapta al relieve de la zona sirviendo como primer muro de defensa, mientras que el superior es de superficie cuadrada con seis torreones para aumentar la capacidad defensiva.
El siguiente hito fue el rebautizado Mirador de Cervantes, que siempre se había conocido como “Mirador de la Plaza Baja”, que constituye un acogedor rincón desde donde, además de las bellas vistas, podemos recrearrnos con su pequeña fuente y el panel cerámico realizado por María Rengel en el que aparecen las figuras literarias de Don Quijote y Sancho Panza con el pueblo como telón de fondo. El mirador de Cervantes que recuerda la presencia del autor del Quijote por estas tierras malagueñas cuando trabajaba para la administración real, durante el reinado de Felipe IV, siendo el recaudador del rey en Álora.
Junto al Mirador de Cervantes se encuentra la Iglesia de Nuestra Sra. De la Encarnación, en la Plaza Baja de la Despedida. Es una de las mayores iglesias de toda la provincia de Málaga. Se construyó entre los años 1600 y 1699. La iglesia presenta una planta rectangular con tres naves separadas por columnas toscanas y arcos de medio punto. En su techumbre se encuentran doce frescos del siglo XVIII que muestran a los doce apóstoles. En su interior se alojan varias de las imágenes con más devoción de la ciudad, como son El Santísimo Cristo Crucificado o María Santísima del Amor. Además de San Francisco de Asís en madera policromada.
Desde la Iglesia de la Encarnación, relativamente cercana al Castillo, fuimos atravesando el amplio caserío de Álora de sur a norte, a través de sus blancas fachadas, pasando por algunos lugares emblemáticos como “El Molino Bachíller y antiguo Aljibe áraba”, el lugar es conocido por los abuelos de Álora como Posada de Subirés, apellido del último propietario que regentaba una posada en la primera mitad del siglo XX. El nombre del molino proviene del primer propietario, el Bachiller Gonzalo Pérez, persona muy influyente en la Álora del siglo XVI, siglo al que pertenece el molino de aceite. El aljibe es uno de los elementos que integran el Molino, que se haya en pleno centro histórico de Álora, considerado como una autentica reliquia de la arqueología industrial de la localidad, que constaba de:
- Un total de cuatro cuadras de reciente construcción se situaban en uno de los laterales del espacio en las que se guardaban cabras y caballos, una montaña de estiércol poblaba una de las esquinas del recinto, en las paredes de fábrica original abundaba la vegetación siendo la más destacada de esta una enorme higuera que emergía del muro de mampuestos y en la parte inferior de dicha pared se ubicaban tres vanos de entrada, presentándose los laterales sellados; el de más a la derecha con ladrillos utilizados en construcciones actuales y el de la izquierda con mampuestos.
- En cuanto al hueco central, era el único al que se podía acceder, dando a una sala de reducidas dimensiones. En ella se encontraba un aljibe con agua a unos 20 cm de la superficie del suelo y en una de sus paredes, o más concretamente la pared derecha, se abría un pequeño agujero con forma circular que conducía a una sala de superficie triplemente mayor que la anterior, sin lugar a dudas, se trataba del interior del vano derecho que estaba sellado por ladrillos actuales. La profunda sala no acogía nada en su interior pero la única peculiaridad que la determinaba era un orificio circular en el centro de la bóveda que la cubre.
Después de esta breve visita, pasamos por la plaza del Ayuntamiento, frente al cual nos tomamos unas cervecitas en el Bar “El Madrugón”, y seguimos dirección norte, ascendiendo hacia la parte de esta localidad, cuyos orígenes se remontan a la época del Neolítico, tal y como lo certifica el yacimiento arqueológico del Hoyo del Conde, situado a un kilómetro de la ciudad.
Desde esta época, la zona en la que se ubica la ciudad siempre ha estado poblada, ya que cuenta con una magnífica orientación geográfica hacia el mar y está protegida por montañas a su espalda. Álora ha sido habitada por tartessos, fenicios, íberos, visigodos y árabes a lo largo de su historia.
Todos estos pueblos dejaron su sello en la cultura, tradiciones y construcciones de la ciudad, de las cuales destacan el Castillo de Álora, la Torre de la Iglesia, el Convento de Nuestra Señora de las Flores y otros muchos más.
A lo largo del año, Álora cuenta con un intenso calendario de fiestas populares entre las que destacan:
Semana Santa: es una de las más importantes y con más devoción de la provincia de Málaga. De toda la semana, destaca la mañana del Viernes Santo con la ceremonia de “La Despedida”.
Feria de Álora: se celebra a finales de julio y principios de agosto. La ciudad es un hervidero de actividades y celebraciones.
Festival de Cante Grande: se celebra entre julio y agosto. Lo organiza la peña flamenca de la ciudad.
Cruces de Mayo: tiene lugar en la Ermita de las Tres Cruces. Se celebra desde el siglo XVIII, cuenta con un Festival de Verdiales y se pueden degustar productos típicos de la zona durante su celebración.
Día de las Sopas Perotas: se celebra el primer sábado de octubre en la Plaza de la Despedida. En él se regala un plato de sopa a cada persona que se acerque a la plaza con el fin de promocionar los productos típicos de Álora.
Romería de la Virgen de las Flores: el día de la patrona, el 8 de septiembre, se baja a la Virgen de las Flores a la Iglesia de la Encarnación. Justo al domingo siguiente, se produce la romería desde la Iglesia de la Encarnación al Convento de las Flores.
Noches Al-Loárabe: Álora rememora, durante el primer fin de semana de julio, el legado cultural que dejaron los árabes tras su paso por la ciudad. Se decoran las calles del pueblo y se realiza un mercadillo árabe en la Plaza de la Despedida.
Breve descripción de la ruta:
El hacho de Álora, al igual que el de Pizarra es una de esas montañas muy asequibles, compuesta principalmente de arenisca, tan característica de los fondos marinos del Jurásico, que se puede ascender/descender por cualquiera de sus vertientes, tal y como nos recuerda la red de senderos locales y senderos P.R. de su Ayuntamiento, en nuestro caso escogimos la subida que los aloreños, conocen popularmente como “El Cuchillo”, que consiste en ascender por la arista que se encuentra presidida por la “Cruz de hierro blanca” que se ve desde muchas calles de Álora, esta arista, que también se puede apreciar desde cualquier ubicación entre Pizarra y los primeros kilómetros de la carretera hacia el Valle de Abdalajís, es de apariencia muy vertical y escarpada desde la distancia, pero sin embargo, es mucho más asequible de lo que parece.
Una vez en las proximidades de las pistas polideportivas de Álora, en la zona alta del pueblo, tomamos como referencia dos grandes aljibes circulares, que dejaremos nuestra izquierda, atravesando un pequeño olivar. El siguiente hito es ascender a una pequeña altiplanicie presidida por una modesta torreta metálica de electricidad y a partir de ahí la referencia a seguir es el escalonado sendero que entre bloques y veredones de arenisca nos permite llegar muy cerca de la Cruz de Hierro remontando la misma arista conocida como el Cuchillo, hasta que los verticales tajos que nos separan de la base de la Cruz, ya en los últimos metros, nos obligan a tomar la referencia de la flecha que nos indica, continuar por la izquierda, caminando sobre unos andenes de arenisca, con algo de vuelo, pero que progresando con cuidado se hacen sin problemas, hasta llegar a la cruz en pocos minutos, magnifico mirador sobre Álora, y todos sus alrededores, destacando las cumbres del Huma y la Capilla al Norte, Sierra Chimenea, el Torcal, las Cabras y Camarolos al nordeste, La Maroma y Sierra Nevada al Este; el hacho de Pizarra o la Sierra de Mijas al Sur y al Oeste, el propio hacho de Álora, con una zona mas elevada donde se encuentran unas cercanas antenas de radio, tv y telefonía, nos ocultan hacia el Oeste: la Sierra de las Nieves, Prieta con Casarabonela a sus pies y Alcaparaín al noroeste, como más tarde veremos.
Una vez que nos recreamos con las vistas desde La Cruz, probablemente el mejor mirador de todo el perímetro superior del Hacho, tomamos dirección Oeste, a través del sendero PR-A 415 Hacho de Álora, que en pocos minutos nos sitúa en las mencionadas antenas, y a partir de ahí vamos caminando por dócil pista terriza, en muy buen estado por donde llegaremos hasta un precioso mirador natural, presidido por un pequeño conjunto de tafonis cercanos a unos banquitos con sus msas de madera, recientemente bautizado como Mirador Infantil de Hemiparesia, donde estuvimos almorzando.
Este mirador surgió como un proyecto que nace de personas allegadas a un niño diagnosticado de HEMIPARESIA y surge por la necesidad de dar a conocer esta condición neurológica. A este grupo de personas les gusta la naturaleza y emprenden un viaje hacia la confección de una ruta en Álora apta para personas con esta condición. Después de varios meses buscando la forma de hacerla decidieron coger un sendero local y adaptarlo hasta llegar a este mirador natural situado en el monte Hacho a unos 4km del punto de partida. Una vez realizada la ruta inaugural, en dicho mirador se situó un asiento de grandes dimensiones con forma de manopla (símbolo de la Hemiparesia).
Una vez realizado el almuerzo, continuamos por el comodísimo trazado del PR-A 415 Hacho de Álora, hasta llegar a un cruce de senderos y enlazar con el Sendero Local A-31 Cerro Redondo, que nos sirvió para ampliar un poco más el recorrido, disfrutando de varios conjuntos de tafonis, descendiendo por una loma magnífica para entrenar, llegando a la localidad de Álora, una hora y media más tarde.
Waypoints
River
581 ft
Camino del Arroyo de La Bujia
Bridge
617 ft
Puente sobre el río Guadalhorce
Intersection
660 ft
Inicio sendero hacia el Castillo
Ruins
968 ft
Molino Bachiller
Tree
1,143 ft
Hacia el Olivar
Door
1,194 ft
Paso abierto junto al Aljibe
Mountain pass
1,358 ft
Collado de la Torreta eléctrica
Risk
1,542 ft
Primer balconcillo
Panorama
1,618 ft
Balvoncillo 2
Intersection
1,729 ft
Desvio a la izquierda
Mountain pass
1,723 ft
Desvio y flecha
Intersection
1,903 ft
Desvio al Mirador y Área Recreativa
Geocache
1,509 ft
Explanada terriza 'ancha'
Intersection
870 ft
Enlace con pista terriza y hormigonada
Intersection
1,096 ft
null
Car park
1,093 ft
Parking bajo 'El Cuchillo'
You can add a comment or review this trail
Comments