Hacho de Álora
near Alora, Andalucía (España)
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En la jornada del viernes 8 de marzo 2024, Asun, Victoria, Thierry y un servidor disfrutamos de una agradable ruta al Hacho de Álora, previa visita a su castillo árabe, declarado Monumento Nacional en 1931, que desde la distancia ya podemos contemplar cómo se alza, en el denominado "Cerro de las Torres", este castillo fue construido en época de ocupación musulmana, concretamente en los s. IX y X, aunque sus orígenes se remontan a época fenicia y romana. Se trata de un recinto amurallado del que destacan la "Torre de la Vela", la "Torre de Vigilancia" y un arco de herradura apuntado, único en Occidente.
Adosados al castillo se encuentran los restos de la antigua parroquia del pueblo, destruida por un terremoto y hoy convertida en la capilla de las Torres para el Cristo del mismo nombre, de gran devoción en Álora, que podemos visitar, nada más entrar a la derecha.
El castillo, que llegó a albergar el cementerio municipal, desde comienzos del Siglo XIX, hasta el año 2009, se encuentra en estado semi ruinoso. Aunque afortunadamente algunas de sus torres y murallas han sido reconstruidas. La torre del Homenaje está habilitada para su visita, y desde ella hay unas magníficas vistas de los alrededores.
Las bases del Castillo de Álora debieron ser establecidas en algunas de las campañas militares que los omeyas cordobeses llevaban a cabo contra Umar ibn Hafsun en el último cuarto del siglo IX o a principios del X.
En un principio la edificación se trataría simplemente de un fuerte con planta cuadrangular, una tipología constructiva que se solía utilizar cuando existían reductos disidente cercanos (como en este caso sería Bobastro gobernado por Umar ibn Hafsun) y cuyo significado hace referencia a una construcción claramente oficialista y de propaganda del Estado.
Por todo ello, Álora fue adquiriendo un importante valor estratégico para la composición de una verdadera sociedad islámica en la que un progresivo desarrollo demográfico daría lugar a interrelaciones tanto económicas como políticas.
En el Cerro de las Torres, donde se ubica la fortaleza, han ido dejando sus huellas los diferentes pueblos que a lo largo de la historia pasaron por nuestras tierras, así lo testimonian restos iberos, romanos, visigodos, musulmanes y en último lugar cristianos. El motivo de esta superposición cultural viene dado por su magnífica posición de observatorio natural sobre gran parte del curso medio del río Guadalhorce, algo que convirtió a la fortaleza que se asentaba en su cima, en el siglo XV, en una plaza bastante fuerte a la hora de ser tomada. Por el norte, las sierras de la Huma y del Valle de Abdalajís, por el N-E, las sierras Chimenea y el Torcal, por el Este y S-E los Montes de Málaga, por el Sur el hacho de Pizarra y la Sierra de Mijas; al Oeste el propio hacho de Álora, que una vez que estemos arriba, además de las sierras anteriormente descritas en esas mismas direcciones, nos permitirá contemplar al Oeste las sierras Prieta, Alcaparaín y la sierra de Aguas. Pero el interés de controlar la elevación estribaba en la vigilancia del curso del río Guadalhorce; de norte a sur.
Álora, la bien cercada,
tú que estás en par del río,
cercóte el Adelantado
una mañana en domingo,
de peones y hombres de armas
el campo bien guarnecido;
con la gran artillería
hecho te habían un portillo.
Viérades moros y moras
subir huyendo al castillo;
las moras llevan la ropa,
los moros harina y trigo,
y las moras de quince años
llevaban el oro fino,
y los moricos pequeños
llevan la pasa y el higo.
Por encima del adarve
su pendón llevan tendido.
Allá detrás de una almena
quedado se había un morico
con una ballesta armada
y en ella puesto un cuadrillo.
En altas voces diciendo
que del real le han oído:
¡Tregua, tregua, Adelantado,
por tuyo se da el castillo!
Alza la visera arriba
por ver el que tal le dijo:
asestárale a la frente,
salido le ha al colodrillo.
Sacóle Pablo de rienda
y de mano Jacobino,
estos dos que había criado
en su casa desde chicos.
Lleváronle a los maestros
por ver si será guarido;
a las primeras palabras
el testamento les dijo.
Una vez finalizada la visita al Castillo, rodeamos el cerro de Las Torres, por su vertiente oeste y norte, concretamente por un paseo panorámico habilitado que desemboca en la “Plaza de la Despedía”, presidida por la Monumental Parroquia de la Encarnación, en esta plaza también se encuentra el peculiar “Mirador de Cervantes” y el Museo de Álora, que aprovechamos para visitar, incluyendo también la visita al interior de dicha parroquia, realmente preciosa y una de las más grandes de la provincia de Málaga.
El Museo Municipal de Álora tiene la particularidad de estar ubicado en la “Escuela de Cristo”, edificio anexo a la Parroquia de la Encarnación, en la Plaza Baja de la Despedía, concretamente en la que fue la capilla del desaparecido Hospital de San Sebastián.
Este museo al que a día de hoy (marzo 2024), podemos acceder por el módico precio de 2€, fue inaugurado en la primavera de 2003, reune más de 200 piezas de carácter arqueológico e histórico localizados en los distintos yacimientos arqueológicos de la zona: puntas de flechas, hachas, cristal, cerámica... expuestas siguiendo un criterio cronológico y por salas, como son las de la prehistoria; protohistoria; época romana; época árabe; y reconquista cristiana. A través de distintas urnas de cristal, paneles explicativos y otros elementos museográficos, se ofrece al visitante la posibilidad de conocer la historia de Álora desde sus inicios hasta la actualidad. Destacando un interesante conjunto de ánforas y una variada muestra de restos arqueológicos, especialmente de época romana.
Tras la visita al Museo, la chica encargada, amablemente nos acompañó para visitar la anexa Parroquia de la Encarnación, situada en la que antaño se conocía como Plaza Baja (por quedar, ligeramente por debajo del cerro del castillo), hoy denominada “ Plaza de la Despedía”. Todo un símbolo del Álora, junto con el castillo árabe. De planta basilical, consta de tres naves, separadas por gruesas columnas toscanas, hechas a base de grandes sillares, sobre las cuales se alzan arcos de medio punto en cuyas enjutas se representan las pinturas de los Apóstoles. La armadura, cuya madera fue adquirida en Flandes, es rectangular de limabordón hacia los pies, de par y nudillo, con tirantes de lazo, crucetas y estrellas en el centro y extremo de ellas. Numerosos altares decoran las naves laterales, mientras que en la nave central discurren frescos de los Apóstoles que nos conducen al Altar Mayor, lugar en el que admiramos un magnífico retablo y pinturas de los evangelistas.
Es una de las iglesias más grandes de la Diócesis de Málaga, después de la Catedral. Desde el momento de la reconquista, la Parroquia estuvo ubicada sobre lo que fue la mezquita del castillo, donde aún se conserva parte del edificio gótico mandado construir por los Reyes Católicos (capilla de las Torres). A medida que el pueblo fue creciendo, se vio la conveniencia de emprender la construcción de un nuevo templo parroquial más amplio y acorde con la importancia y población de la nueva Álora. Se acordó entonces su edificación en la que hoy es la Plaza Baja. Su construcción duró casi todo el siglo XVII, entre 1.600 y 1.699, mientras que su ornamentación, con pinturas, retablos y yeserías, es del siglo XVIII.
El Hacho de Álora, al igual que el de Pizarra es una de esas montañas muy asequibles, compuesta principalmente de arenisca, tan característica de los fondos marinos del Jurásico, que se puede ascender/descender por cualquiera de sus vertientes, tal y como nos recuerda la red de senderos locales y senderos P.R. de su Ayuntamiento, en nuestro caso escogimos la subida que los aloreños, conocen popularmente como “El Cuchillo”, que consiste en ascender por la arista que se encuentra presidida por la “Cruz de hierro blanca” que se puede contemplar desde cualquier calle Álora, o incluso desde varios kilómetros antes de llegar a esta localidad, llegando a resultar incluso intimidante su perfil desde la distancia. Pero, nada más lejos de la realidad.
Una vez en las proximidades de las “Instalaciones Deportivas de Nuestra Señora de Las Flores”, junto al Colegio público “El Hacho”, en la zona alta del pueblo, tomamos como referencia dos grandes aljibes circulares, que dejaremos nuestra izquierda, atravesando un pequeño olivar. El siguiente hito es ascender a una pequeña altiplanicie presidida por una modesta torreta metálica de electricidad y a partir de ahí la referencia a seguir es el escalonado sendero marcado con “placas amarillas”, que entre bloques y veredones de arenisca nos permite llegar muy hasta la Cruz de Hierro remontando la misma arista conocida como el Cuchillo, hasta que los verticales tajos que nos separan de la base de la Cruz, ya en los últimos metros, nos obligan a tomar la referencia de la flecha que nos indica, continuar por la izquierda, caminando sobre unos andenes de arenisca, con algo de vuelo, pero que progresando con cuidado se hacen sin problemas, hasta llegar a la cruz en pocos minutos, magnifico mirador sobre Álora, y todos sus alrededores, destacando las cumbres del Huma y la Capilla al Norte, Sierra Chimenea, el Torcal, las Cabras y Camarolos al nordeste, La Maroma y Sierra Nevada al Este; el Hacho de Pizarra o la Sierra de Mijas al Sur y al Oeste, el propio hacho de Álora, con una zona más elevada donde se encuentran unas cercanas antenas de radio, tv y telefonía, nos ocultan hacia el Oeste: la Sierra de las Nieves, Prieta con Casarabonela a sus pies y Alcaparaín al noroeste, como más tarde veremos.
Una vez que nos recreamos con las vistas desde La Cruz, probablemente el mejor mirador de todo el perímetro superior del Hacho, tomamos dirección Oeste, a través del sendero PR-A 415 Hacho de Álora, que en pocos minutos nos sitúa en las mencionadas antenas, ubicadas en “Los Llanos de santa Ana”.
A partir de ahí vamos caminando por dócil pista terriza, en muy buen estado, que abandonaremos momentáneamente por un sendero que sale a nuestra derecha y que en unos instantes hasta el vértice geodésico del hacho (559 m), que paradójicamente, al estar rodeado de un pequeño bosquete de pinos, situado en el sector central de la meseta, tiene unas vistas relativamente reducidas del entorno. Desde aquí continuamos por el angosto sendero, que en dirección sur nos lleva por una bonita loma, hasta que lo abandonamos para regresar a la pista forestal, muy cerca ya del desvío por el que accedemos a una curiosa área recreativa, presidida por un pequeño conjunto de tafonis, junto a los cuales estuvimos almorzando. Unos 70 m más allá el ramal del sendero que atraviesa esta área recreativa, finaliza en un pequeño cortado, donde nos encontramos con una estructura naranja, cual improvisado “fotocol”, que preside el Mirador Infantil de “Hemiparesia”, que surgió por la necesidad de dar a conocer esta condición neurológica. A este grupo de personas les gusta la naturaleza y emprenden un viaje hacia la confección de una ruta en Álora apta para personas con esta condición. Después de varios meses buscando la forma de hacerla decidieron coger un sendero local y adaptarlo hasta llegar a este mirador natural situado en el monte Hacho a unos 4km del punto de partida. Una vez realizada la ruta inaugural, en dicho mirador se situó un asiento de grandes dimensiones con forma de manopla (símbolo de la Hemiparesia).
Una vez realizado el almuerzo, continuamos por el comodísimo trazado del PR-A 415 Hacho de Álora, hasta llegar a un cruce de senderos y enlazar con el Sendero Local A-31 Cerro Redondo, por el que continuamos la vez anterior; pero en esta ocasión, decidimos tomar por un ramal que pasa desapercibido en ese cruce, y que en todo momento discurre paralelo a la base de los tafonis que llevaremos a nuestro costado derecho, disfrutando de rincones de gran belleza geológica, hasta enlazar más adelante con el Sendero Local A-31 Cerro Redondo, después de haber rodeado toda la hilera de tafonis, por su base, incluido un paso con cadena “con mucho vuelo”. Una vez en el mecionado sendero SL A-31, ya sólo nos queda disfrutar del cómodo perfil ondulante al principio, y después con un largo descenso, con vistas casi siempre frontales hacia Pizarra y su hacho, y laterales, a nuestra izquierda, de una bellísima imagen de Álora con la sierra del Torcal al fondo, hasta llegar al vado del Arroyo Baece, donde habíamos dejado un coche de enlace antes de finalizar la ruta, para ahorrarnos unos 2 km de insulso carril por zona de huertas.
Adosados al castillo se encuentran los restos de la antigua parroquia del pueblo, destruida por un terremoto y hoy convertida en la capilla de las Torres para el Cristo del mismo nombre, de gran devoción en Álora, que podemos visitar, nada más entrar a la derecha.
El castillo, que llegó a albergar el cementerio municipal, desde comienzos del Siglo XIX, hasta el año 2009, se encuentra en estado semi ruinoso. Aunque afortunadamente algunas de sus torres y murallas han sido reconstruidas. La torre del Homenaje está habilitada para su visita, y desde ella hay unas magníficas vistas de los alrededores.
Las bases del Castillo de Álora debieron ser establecidas en algunas de las campañas militares que los omeyas cordobeses llevaban a cabo contra Umar ibn Hafsun en el último cuarto del siglo IX o a principios del X.
En un principio la edificación se trataría simplemente de un fuerte con planta cuadrangular, una tipología constructiva que se solía utilizar cuando existían reductos disidente cercanos (como en este caso sería Bobastro gobernado por Umar ibn Hafsun) y cuyo significado hace referencia a una construcción claramente oficialista y de propaganda del Estado.
Por todo ello, Álora fue adquiriendo un importante valor estratégico para la composición de una verdadera sociedad islámica en la que un progresivo desarrollo demográfico daría lugar a interrelaciones tanto económicas como políticas.
En el Cerro de las Torres, donde se ubica la fortaleza, han ido dejando sus huellas los diferentes pueblos que a lo largo de la historia pasaron por nuestras tierras, así lo testimonian restos iberos, romanos, visigodos, musulmanes y en último lugar cristianos. El motivo de esta superposición cultural viene dado por su magnífica posición de observatorio natural sobre gran parte del curso medio del río Guadalhorce, algo que convirtió a la fortaleza que se asentaba en su cima, en el siglo XV, en una plaza bastante fuerte a la hora de ser tomada. Por el norte, las sierras de la Huma y del Valle de Abdalajís, por el N-E, las sierras Chimenea y el Torcal, por el Este y S-E los Montes de Málaga, por el Sur el hacho de Pizarra y la Sierra de Mijas; al Oeste el propio hacho de Álora, que una vez que estemos arriba, además de las sierras anteriormente descritas en esas mismas direcciones, nos permitirá contemplar al Oeste las sierras Prieta, Alcaparaín y la sierra de Aguas. Pero el interés de controlar la elevación estribaba en la vigilancia del curso del río Guadalhorce; de norte a sur.
Álora, la bien cercada,
tú que estás en par del río,
cercóte el Adelantado
una mañana en domingo,
de peones y hombres de armas
el campo bien guarnecido;
con la gran artillería
hecho te habían un portillo.
Viérades moros y moras
subir huyendo al castillo;
las moras llevan la ropa,
los moros harina y trigo,
y las moras de quince años
llevaban el oro fino,
y los moricos pequeños
llevan la pasa y el higo.
Por encima del adarve
su pendón llevan tendido.
Allá detrás de una almena
quedado se había un morico
con una ballesta armada
y en ella puesto un cuadrillo.
En altas voces diciendo
que del real le han oído:
¡Tregua, tregua, Adelantado,
por tuyo se da el castillo!
Alza la visera arriba
por ver el que tal le dijo:
asestárale a la frente,
salido le ha al colodrillo.
Sacóle Pablo de rienda
y de mano Jacobino,
estos dos que había criado
en su casa desde chicos.
Lleváronle a los maestros
por ver si será guarido;
a las primeras palabras
el testamento les dijo.
Una vez finalizada la visita al Castillo, rodeamos el cerro de Las Torres, por su vertiente oeste y norte, concretamente por un paseo panorámico habilitado que desemboca en la “Plaza de la Despedía”, presidida por la Monumental Parroquia de la Encarnación, en esta plaza también se encuentra el peculiar “Mirador de Cervantes” y el Museo de Álora, que aprovechamos para visitar, incluyendo también la visita al interior de dicha parroquia, realmente preciosa y una de las más grandes de la provincia de Málaga.
El Museo Municipal de Álora tiene la particularidad de estar ubicado en la “Escuela de Cristo”, edificio anexo a la Parroquia de la Encarnación, en la Plaza Baja de la Despedía, concretamente en la que fue la capilla del desaparecido Hospital de San Sebastián.
Este museo al que a día de hoy (marzo 2024), podemos acceder por el módico precio de 2€, fue inaugurado en la primavera de 2003, reune más de 200 piezas de carácter arqueológico e histórico localizados en los distintos yacimientos arqueológicos de la zona: puntas de flechas, hachas, cristal, cerámica... expuestas siguiendo un criterio cronológico y por salas, como son las de la prehistoria; protohistoria; época romana; época árabe; y reconquista cristiana. A través de distintas urnas de cristal, paneles explicativos y otros elementos museográficos, se ofrece al visitante la posibilidad de conocer la historia de Álora desde sus inicios hasta la actualidad. Destacando un interesante conjunto de ánforas y una variada muestra de restos arqueológicos, especialmente de época romana.
Tras la visita al Museo, la chica encargada, amablemente nos acompañó para visitar la anexa Parroquia de la Encarnación, situada en la que antaño se conocía como Plaza Baja (por quedar, ligeramente por debajo del cerro del castillo), hoy denominada “ Plaza de la Despedía”. Todo un símbolo del Álora, junto con el castillo árabe. De planta basilical, consta de tres naves, separadas por gruesas columnas toscanas, hechas a base de grandes sillares, sobre las cuales se alzan arcos de medio punto en cuyas enjutas se representan las pinturas de los Apóstoles. La armadura, cuya madera fue adquirida en Flandes, es rectangular de limabordón hacia los pies, de par y nudillo, con tirantes de lazo, crucetas y estrellas en el centro y extremo de ellas. Numerosos altares decoran las naves laterales, mientras que en la nave central discurren frescos de los Apóstoles que nos conducen al Altar Mayor, lugar en el que admiramos un magnífico retablo y pinturas de los evangelistas.
Es una de las iglesias más grandes de la Diócesis de Málaga, después de la Catedral. Desde el momento de la reconquista, la Parroquia estuvo ubicada sobre lo que fue la mezquita del castillo, donde aún se conserva parte del edificio gótico mandado construir por los Reyes Católicos (capilla de las Torres). A medida que el pueblo fue creciendo, se vio la conveniencia de emprender la construcción de un nuevo templo parroquial más amplio y acorde con la importancia y población de la nueva Álora. Se acordó entonces su edificación en la que hoy es la Plaza Baja. Su construcción duró casi todo el siglo XVII, entre 1.600 y 1.699, mientras que su ornamentación, con pinturas, retablos y yeserías, es del siglo XVIII.
El Hacho de Álora, al igual que el de Pizarra es una de esas montañas muy asequibles, compuesta principalmente de arenisca, tan característica de los fondos marinos del Jurásico, que se puede ascender/descender por cualquiera de sus vertientes, tal y como nos recuerda la red de senderos locales y senderos P.R. de su Ayuntamiento, en nuestro caso escogimos la subida que los aloreños, conocen popularmente como “El Cuchillo”, que consiste en ascender por la arista que se encuentra presidida por la “Cruz de hierro blanca” que se puede contemplar desde cualquier calle Álora, o incluso desde varios kilómetros antes de llegar a esta localidad, llegando a resultar incluso intimidante su perfil desde la distancia. Pero, nada más lejos de la realidad.
Una vez en las proximidades de las “Instalaciones Deportivas de Nuestra Señora de Las Flores”, junto al Colegio público “El Hacho”, en la zona alta del pueblo, tomamos como referencia dos grandes aljibes circulares, que dejaremos nuestra izquierda, atravesando un pequeño olivar. El siguiente hito es ascender a una pequeña altiplanicie presidida por una modesta torreta metálica de electricidad y a partir de ahí la referencia a seguir es el escalonado sendero marcado con “placas amarillas”, que entre bloques y veredones de arenisca nos permite llegar muy hasta la Cruz de Hierro remontando la misma arista conocida como el Cuchillo, hasta que los verticales tajos que nos separan de la base de la Cruz, ya en los últimos metros, nos obligan a tomar la referencia de la flecha que nos indica, continuar por la izquierda, caminando sobre unos andenes de arenisca, con algo de vuelo, pero que progresando con cuidado se hacen sin problemas, hasta llegar a la cruz en pocos minutos, magnifico mirador sobre Álora, y todos sus alrededores, destacando las cumbres del Huma y la Capilla al Norte, Sierra Chimenea, el Torcal, las Cabras y Camarolos al nordeste, La Maroma y Sierra Nevada al Este; el Hacho de Pizarra o la Sierra de Mijas al Sur y al Oeste, el propio hacho de Álora, con una zona más elevada donde se encuentran unas cercanas antenas de radio, tv y telefonía, nos ocultan hacia el Oeste: la Sierra de las Nieves, Prieta con Casarabonela a sus pies y Alcaparaín al noroeste, como más tarde veremos.
Una vez que nos recreamos con las vistas desde La Cruz, probablemente el mejor mirador de todo el perímetro superior del Hacho, tomamos dirección Oeste, a través del sendero PR-A 415 Hacho de Álora, que en pocos minutos nos sitúa en las mencionadas antenas, ubicadas en “Los Llanos de santa Ana”.
A partir de ahí vamos caminando por dócil pista terriza, en muy buen estado, que abandonaremos momentáneamente por un sendero que sale a nuestra derecha y que en unos instantes hasta el vértice geodésico del hacho (559 m), que paradójicamente, al estar rodeado de un pequeño bosquete de pinos, situado en el sector central de la meseta, tiene unas vistas relativamente reducidas del entorno. Desde aquí continuamos por el angosto sendero, que en dirección sur nos lleva por una bonita loma, hasta que lo abandonamos para regresar a la pista forestal, muy cerca ya del desvío por el que accedemos a una curiosa área recreativa, presidida por un pequeño conjunto de tafonis, junto a los cuales estuvimos almorzando. Unos 70 m más allá el ramal del sendero que atraviesa esta área recreativa, finaliza en un pequeño cortado, donde nos encontramos con una estructura naranja, cual improvisado “fotocol”, que preside el Mirador Infantil de “Hemiparesia”, que surgió por la necesidad de dar a conocer esta condición neurológica. A este grupo de personas les gusta la naturaleza y emprenden un viaje hacia la confección de una ruta en Álora apta para personas con esta condición. Después de varios meses buscando la forma de hacerla decidieron coger un sendero local y adaptarlo hasta llegar a este mirador natural situado en el monte Hacho a unos 4km del punto de partida. Una vez realizada la ruta inaugural, en dicho mirador se situó un asiento de grandes dimensiones con forma de manopla (símbolo de la Hemiparesia).
Una vez realizado el almuerzo, continuamos por el comodísimo trazado del PR-A 415 Hacho de Álora, hasta llegar a un cruce de senderos y enlazar con el Sendero Local A-31 Cerro Redondo, por el que continuamos la vez anterior; pero en esta ocasión, decidimos tomar por un ramal que pasa desapercibido en ese cruce, y que en todo momento discurre paralelo a la base de los tafonis que llevaremos a nuestro costado derecho, disfrutando de rincones de gran belleza geológica, hasta enlazar más adelante con el Sendero Local A-31 Cerro Redondo, después de haber rodeado toda la hilera de tafonis, por su base, incluido un paso con cadena “con mucho vuelo”. Una vez en el mecionado sendero SL A-31, ya sólo nos queda disfrutar del cómodo perfil ondulante al principio, y después con un largo descenso, con vistas casi siempre frontales hacia Pizarra y su hacho, y laterales, a nuestra izquierda, de una bellísima imagen de Álora con la sierra del Torcal al fondo, hasta llegar al vado del Arroyo Baece, donde habíamos dejado un coche de enlace antes de finalizar la ruta, para ahorrarnos unos 2 km de insulso carril por zona de huertas.
Waypoints
Car park
727 ft
Pequeña explanada de Parking
Door
955 ft
Puerta de acceso
Waypoint
1,109 ft
Collado de la pequeña torreta eléctrica
Waypoint
1,764 ft
Llanos de Santa Ana
Antenas de telefonía, radio y tv.
Intersection
1,820 ft
Desvio
Intersection
1,439 ft
Enlace con el sendero de Cerro Redondo
Mountain pass
1,289 ft
Explanada terriza
Bridge
575 ft
Vado del Arroyo Baece
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