Grieta y abrigos de la Peña de la Graja y Cerro de Navavaca desde Miranda del Rey (P. N. de Despeñaperros)

Quién piense que realizando 5 o 6 rutas por el pequeño Parque Natural de Despeñaperros ya lo conoce suficientemente, no puede estar más equivocado. Este espacio protegido no deja de sorprender y mostrar sus más escondidos secretos a quién se atreva a escudriñar sus entrañas y el presente recorrido es un claro ejemplo de ello. Aunque en su mayor parte se desarrolla por parajes harto conocidos por nosotros, el objetivo principal de la ruta era buscar las pinturas rupestres de la Peña de la Graja, y esto sí que fue una sorpresa mayúscula. No vimos dichas pinturas, aunque sí que estuvimos en los abrigos que al parecer las contienen, pero estas son escasas y muy difuminadas, por lo que habría que pararse con mucho detenimiento para poder verlas. Pero no importa, porque disfrutamos de lo lindo escudriñando los cortados, grietas y abrigos de ésta Peña, que en la lejanía no parece ser gran cosa. En otra ruta realizada con posterioridad, el día 16-01-2021, conseguimos encontrar las Pinturas rupestres de la Graja de Miranda I, y efectivamente están dónde puse el waypoint, aunque hay que buscar con detenimiento.

La ruta la he calificado de difícil porque parte de ella se desarrolla campo a través por terreno rocoso y accidentado, a veces por el borde de altos cortados, aunque para el que esté acostumbrado a caminar por este tipo de terrenos no le supondrá excesivas dificultades.

Sobre las pinturas rupestres de la Peña de la Graja:

http://www.redjaen.es/francis/?m=c&o=14015
http://www.redjaen.es/francis/?m=c&o=177976

Comenzamos nuestra andadura en Miranda del Rey y tomamos el sendero balizado del Molino del Batán, para en algo más de 3 kilómetros llegar a un puerto y cruce caminos conocido como Muelle Poli. Aquí tomamos el carril que sale a nuestra derecha, hacia el Norte, abandonando el sendero balizado. Este estrecho carril asciende en fuerte pendiente y tras pasar junto a unas colmenas, (por donde tendremos que pasar con precaución), gira al Oeste y comienza a descender de forma tendida en busca del cortafuegos que hace de límite del Parque Natural y que termina en el Collado de la Estrella. Pero nosotros en vez de virar por el carril, seguimos hacia el Norte, campo a través, pasando por unos afloramientos rocosos y después por una zona de jaras y alcornoques denominada en los mapas topográficos como Dehesa del Hornillo. Llegamos a una trocha que nos llevará al anteriormente mencionado cortafuegos.

Una vez en el cortafuegos, lo tomamos a la derecha en sentido ascendente al NNE, terminando poco después tras pasar el Collado de la Estrella. Estamos muy cerca del Pico de la Estrella, uno de los más elevados de la cordillera Mariánica con sus casi 1.300 m.s.n.m., pero al que no podremos ascender por encontrarse dentro de una finca privada que está cerrada con una alta valla cinegética.

Donde termina el cortafuegos comenzamos a descolgarnos por debajo de los farallones pétreos de la Peña de la Graja, por a nuestro entender ser el lugar más propicio para encontrar abrigos. Pasamos por varias grietas o canutos que nos llevarían hasta la cima, pero una nos llamo poderosamente la atención y decidimos ascender por ella. Una pared de poco más de 2 metros nos impide llegar a la cima, pero dos abrigos enfrentados junto a esta pared, las vistas de esta grieta encajonada entre dos grandes paredes de piedra hace que merezca la pena el ascenso.

Una vez de nuevo en la base seguimos explorando la zona y damos con un pequeño abrigo que parece ser donde están la pinturas rupestres de la Graja de Miranda I, aunque como mencioné anteriormente no las vimos. Casi al final de la base de la Peña de la Graja una gran grieta nos da acceso a la vieja torre de vigilantes de incendios, hoy abandonada y muy deteriorada. Ascendemos por ella, pero en vez de llegar directamente a la torre, viramos a la izquierda para llegar a una repisa, donde para nuestra sorpresa hay un bonito abrigo, con unas vistas espectaculares de buena parte de la provincia de Jaén y algo de la de Córdoba.

Desde el abrigo ascendemos hasta casi la torre y digo casi, porque ésta está dentro del vallado cinegético de una finca privada, por lo que no nos quedó más remedio que descender por la aludida grieta. De nuevo en la base de la Peña nos dirigimos hacia el afloramiento rocoso vecino, al Este y desde donde podremos disfrutar también de vastas panorámicas.

A continuación nos dirigimos hacia el vallado, al NE, y caminamos pegados a él hasta llegar a un cortafuegos que nos llevará en pocos metros al Puerto del Rey, cruce de caminos. Seguimos por el cortafuegos del Muradal, al frente, para en pocos metros tomar un carril a la derecha, que en suave descenso nos lleva a las Navas de la Losa y el Cerro de Navavaca. En poco más de un kilómetro llegamos a un cruce de caminos y seguimos de frente. A los pocos metros de tomar este nuevo camino nos encontramos la puerta de entrada del Comedero controlado para aves carroñeras de Navavaca, que está cercado. Sí vemos la presencia de esta aves, es mejor pasar rápido por allí y molestarlas lo menos posible. Como este no fue el caso, decidimos visitar el comedero controlado.

Seguimos el camino que termina pocos metros después en una charca artificial . Nuestro plan inicial era desandar nuestros pasos hasta el anterior cruce y descender a la pista forestal que desde Mirada lleva a las Correderas, Valdeazores y Magaña, por el carril que acompaña al Arroyo de las Piedras, pero decidimos cambiar de planes y descender a dicha pista campo a través por el berrocal del Cerro Navavaca hacia el SW y Sur. La decisión no pudo ser más gratificante, pues no fue excesivamente complicado el descenso y además dimos con un pequeño y bonito abrigo junto a una cascada que solo llevará agua tras copiosas lluvias.

Una vez en la pista, la seguimos a la derecha, dirección a Miranda del Rey, tomando el atajo que pasa por la calzada de El Empedraillo, (¿romana o medieval?) y al llegar a el cruce con la señalización de el Salto del Fraile, tomamos el ramal izquierdo, saliendo de la pista y siguiendo dicha indicación. Llegamos a un cruce y seguimos a la izquierda, para pocos metros después en un nuevo cruce, tomar el carril-cortafuegos a la derecha, obviando el otro, que desciende a el Salto del Fraile.

Este camino va casi por la cima de la loma de la Mesa del Rey recorriendo un fantástico bosque de alcornoques, quejigos y madroños. Cuando el camino comienza a descender, nos salimos hacia el Sur campo a través por un denso pinar. Poco después el pinar se aclara y llegamos a una amplia explanada, en realidad una meseta llamada la Mesa del Rey, donde estuvieron acampadas las huestes cristianas en 1.212, durante la Batalla de las Navas de Tolosa o de la Losa, tras haber evitado el angosto Paso de la Losa, que estaba fuertemente custodiado por las tropas Almohades. Cuenta la leyenda que un pastor, llamado Martín Alhaja o Martín el Malo, guío a las tropas cristianas por una vieja calzada romana (el llamado ahora Camino Romano), a través de un puerto (ahora llamado Puerto del Rey), hasta esta meseta, evitando así el Paso de la Losa y sorprendiendo de esta forma al ejercito Almohade.

Hasta la Mesa del Rey llega un carril, el cual tomamos hacia el Sur primero y SE después, pasando a escasos metros de la Casa Rural Mesa del Rey y saliendo el mismo a la carretera de Miranda, la JA-7102. Solo resta para concluir este recorrido caminar por dicha carretera hacia el Oeste medio kilómetro.