Gran Senda: Comares - Cútar - El Borge (GR-224. Etapa 02)

La ruta comienza en Comares, población que se encuentra a más 700 m de altitud, muy por encima de la mayoría de los cerros de los alrededores, por lo que las vistas son inmejorables, tanto hacia el norte, donde podemos disfrutar del Arco calizo central malacitano, como hacia el sur y el resto de los valles de la Axarquía. Tanto su ubicación, como su historia hace que la visita a esta población y sus alrededores sea obligada.
El recorrido se va a hacer siempre por carriles, a veces asfaltados. Sólo el último tramo, el descenso desde el Cerro de Cútar hasta El Borge se realizará por una estrecha senda.
La ruta recorre paisajes rurales, donde se combinan los usos agrícolas tradicionales con los usos modernos, más orientados a la residencia y al turismo rural. Esto se pueden observar tanto en la arquitectura de las construcciones como en las propias actividades agrícolas.
Comenzamos en la zona del Lavadero, con un fuerte descenso, rodeado de olivares, hasta llegar al Haza grande y a su tajo, uno de los pocos sitios donde podremos observar algo de la vegetación mediterránea autóctona, como alguna encina, algarrobos y lentiscos.
Seguimos bajando, pasando por alquerías y fincas; unas siguen dedicadas a la agricultura, aunque con una mayor diversidad de cultivos, secanos como almendros o viñas, y en las zonas más bajas con regadíos como naranjos y aguacates. Así llegamos al arroyo Paomé, afluente del río Benamargosa. Es la zona más baja de nuestro recorrido, y donde podemos observar restos de la vegetación de ribera típica. Una vez que vadeamos el arroyo, comenzamos a ascender de forma suave por su vertiente derecha.
En nuestro recorrido volvemos a tener monocultivo, pero en este caso domina la vid, que tapiza la ladera con una fuerte pendiente. Antiguamente, este cultivo era mayoritario en toda la zona hasta la catástrofe de la filoxera en el siglo XIX, que acabó con la producción y la economía de numerosas poblaciones, desde aquí hasta la capital. En la actualidad se está intentando recuperar este cultivo, y sus caldos que fueron muy afamados en el pasado. También puede observarse un lagar, con los tradicionales paseros, donde se secan las uvas para producir las famosas pasas.
Tras un último tramo de subida se llega a Cútar, pequeña población con unos 600 habitantes, aunque la mayoría vive en los diseminados de los alrededores. Su estructura es la típica de las poblaciones de origen árabe, probablemente del siglo IX o X. Entre sus monumentos destaca la iglesia parroquial de la encarnación, con su artesonado mudéjar, y un camarín barroco en el que se encuentra la figura del patrón de la población, San Roque.
Desde Cútar comienza una corta pero empinada cuesta que asciende por la llamada loma de Cútar. Desde su cima se tienen unas magníficas vistas de Sierra Tejeda y la Maroma, así como el resto del arco calizo, con las poblaciones en sus faldas, como Periana o Canillas de Aceituno.
Ya solo queda el descenso hasta la población de El Borge, que se hace por una estrecha senda.
El Borge, además de ser considerada la capital de la pasa, merece perderse en sus calles, visitar la iglesia de Nuestra Señora del Rosario, o el museo del bandolero.