Gran Canaria: Monumento Natural Los Azulejos de Veneguera
near El Pie de la Cuesta, Canarias (España)
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Trail photos
Itinerary description
Pequeño paseo para visitar uno de los paisajes más sorprendentes de Gran Canaria, las formaciones geológicas del Monumento Natural Los Azulejos de Veneguera.
En este paraje, en el que la naturaleza se muestra en toda su grandeza, nos encontramos con un panorama como si hubiesen coloreado las montañas a brochazos de colores vivos. La erosión ha dejado al descubierto una serie de capas geológicas de origen volcánico que según la composición de sus minerales están tintados en distintos tonos, azulados, verdes, ocres y rojizos, que se conocen como ignimbritas, o piedras ardientes.
Ojo, aunque hemos recorrido poca distancia, el corto tramo de subida discurre por un sendero muy empinado con una inclinación del 50% (a lo largo de 200 metros superamos un desnivel positivo de 100 metros) y por terreno con mucha piedra suelta, hay que llevar buen calzado. Además no hay sombra y se pasa calor durante la subida.
Si queremos evitar este tramo, también podemos apreciar bastante bien las espectaculares formaciones desde la carretera, tanto en el aparcamiento del punto de inicio, como en la Fuente de los Azulejos, el punto final de nuestro recorrido.
Nosotros hemos aparcado primero en el aparcamiento del Barranco de la Manta, justo enfrente del inicio del sendero. Tiene espacio para unos tres coches. En el caso de que aquí no hubiese sitio, hay dos zonas de aparcamiento más un poco antes en la misma carretera GC-200, en la segunda también hay una parada de autobús. Están marcadas con un waypoint.
Desde el aparcamiento subimos un rato por el sendero del recorrido de la Ruta 2, "Los Azulejos-El Roque", que tras una corta trepada inicial por las rocas asciende zizagueante en fuerte pendiente en paralelo al Barranco de la Manta, con vistas de las coloridas formaciones geológicas de los Azulejos de Veneguera durante el recorrido. Si el barranco lleva agua, sobre todo en invierno y primavera, podemos apreciar una cascada que cae por la pared del barranco. Y encima de la cascada tras lluvias se forman en el Barranco de la Manta unas pozas, las Charcas de los Azulejos o Charcos Azules, a las que se accede si continuamos por el mismo sendero, pero nosotros no llegamos hasta allí.
Nosotros al cabo de 200 metros de subida nos dimos la vuelta a la altura de un mirador natural, desde el que se tienen muy buenas vistas de las formaciones coloridas de la montaña enfrente.
Luego bajamos por el mismo sendero hasta la carretera, con cuidado de no resbalar durante la bajada en fuerte pendiente.
A continuación nos acercamos en coche hasta la Fuente de los Azulejos, que se encuentra unos 300 metros más abajo en la misma carretera. Aquí hay bastante espacio para aparcar y un puesto de venta de especialidades de las Islas Canarias, también podríamos iniciar el recorrido aquí.
A pocos pasos por la misma carretera, en la siguiente curva, se encuentra el punto oficial del Monumento Natural de los Azulejos de Veneguera, una zona con algunas de las formaciones geológicos más espectaculares y coloridas.
Texto panel informativo Monumento Natural Los Azulejos de Veneguera:
"En estas escarpadas laderas podrá observar rocas que parecen haber sido coloreadas por delicados pinceles. Los Azulejos de Veneguera son uno de los paisajes más curiosos que encontrará en Mogán, y constituyen una visión de lo que puede ofrecer la creatividad al azar de la madre naturaleza y lo que surge de las profundidades de la tierra. La ciencia nos lo explica: cuando el magma emerge por el tubo del volcán y se encuentra con un ambiente húmedo, la atmósfera se satura de emanaciones gaseosas y fluidos hidrotermales. Éstos son capaces de alterar la composición mineral de las rocas circundantes, siendo más susceptible en la pared interna del cráter. En este caso, se trata del borde de una gran caldera, la del volcán Tejeda, y los materiales tintados son depósitos piroclásticos, conocidos como ignimbritas, que significa "piedra ardiente". Los diversos colores están relacionados con las distintas proporciones de minerales que contenía dicho fluido. Tantos años de erosión han permitido, finalmente, que hoy podamos observar, a través de la ventana del tiempo, el interior del gran volcán y sus "Azulejos"."
En este paraje, en el que la naturaleza se muestra en toda su grandeza, nos encontramos con un panorama como si hubiesen coloreado las montañas a brochazos de colores vivos. La erosión ha dejado al descubierto una serie de capas geológicas de origen volcánico que según la composición de sus minerales están tintados en distintos tonos, azulados, verdes, ocres y rojizos, que se conocen como ignimbritas, o piedras ardientes.
Ojo, aunque hemos recorrido poca distancia, el corto tramo de subida discurre por un sendero muy empinado con una inclinación del 50% (a lo largo de 200 metros superamos un desnivel positivo de 100 metros) y por terreno con mucha piedra suelta, hay que llevar buen calzado. Además no hay sombra y se pasa calor durante la subida.
Si queremos evitar este tramo, también podemos apreciar bastante bien las espectaculares formaciones desde la carretera, tanto en el aparcamiento del punto de inicio, como en la Fuente de los Azulejos, el punto final de nuestro recorrido.
Nosotros hemos aparcado primero en el aparcamiento del Barranco de la Manta, justo enfrente del inicio del sendero. Tiene espacio para unos tres coches. En el caso de que aquí no hubiese sitio, hay dos zonas de aparcamiento más un poco antes en la misma carretera GC-200, en la segunda también hay una parada de autobús. Están marcadas con un waypoint.
Desde el aparcamiento subimos un rato por el sendero del recorrido de la Ruta 2, "Los Azulejos-El Roque", que tras una corta trepada inicial por las rocas asciende zizagueante en fuerte pendiente en paralelo al Barranco de la Manta, con vistas de las coloridas formaciones geológicas de los Azulejos de Veneguera durante el recorrido. Si el barranco lleva agua, sobre todo en invierno y primavera, podemos apreciar una cascada que cae por la pared del barranco. Y encima de la cascada tras lluvias se forman en el Barranco de la Manta unas pozas, las Charcas de los Azulejos o Charcos Azules, a las que se accede si continuamos por el mismo sendero, pero nosotros no llegamos hasta allí.
Nosotros al cabo de 200 metros de subida nos dimos la vuelta a la altura de un mirador natural, desde el que se tienen muy buenas vistas de las formaciones coloridas de la montaña enfrente.
Luego bajamos por el mismo sendero hasta la carretera, con cuidado de no resbalar durante la bajada en fuerte pendiente.
A continuación nos acercamos en coche hasta la Fuente de los Azulejos, que se encuentra unos 300 metros más abajo en la misma carretera. Aquí hay bastante espacio para aparcar y un puesto de venta de especialidades de las Islas Canarias, también podríamos iniciar el recorrido aquí.
A pocos pasos por la misma carretera, en la siguiente curva, se encuentra el punto oficial del Monumento Natural de los Azulejos de Veneguera, una zona con algunas de las formaciones geológicos más espectaculares y coloridas.
Texto panel informativo Monumento Natural Los Azulejos de Veneguera:
"En estas escarpadas laderas podrá observar rocas que parecen haber sido coloreadas por delicados pinceles. Los Azulejos de Veneguera son uno de los paisajes más curiosos que encontrará en Mogán, y constituyen una visión de lo que puede ofrecer la creatividad al azar de la madre naturaleza y lo que surge de las profundidades de la tierra. La ciencia nos lo explica: cuando el magma emerge por el tubo del volcán y se encuentra con un ambiente húmedo, la atmósfera se satura de emanaciones gaseosas y fluidos hidrotermales. Éstos son capaces de alterar la composición mineral de las rocas circundantes, siendo más susceptible en la pared interna del cráter. En este caso, se trata del borde de una gran caldera, la del volcán Tejeda, y los materiales tintados son depósitos piroclásticos, conocidos como ignimbritas, que significa "piedra ardiente". Los diversos colores están relacionados con las distintas proporciones de minerales que contenía dicho fluido. Tantos años de erosión han permitido, finalmente, que hoy podamos observar, a través de la ventana del tiempo, el interior del gran volcán y sus "Azulejos"."
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