GR10 Tamajon-Patones

Salimos desde la Casona de Tamaya con el amanecer. El camino se nos hace muy corto hasta Retiendas y las ruinas del Monasterio de Bonaval.
A partir de aquí el sendero entra en las hoces del río Jarama, un tramo precioso entre bosques autóctonos de encinas y robles hasta salir a la carretera que se dirige a Valdesotos. En vez de llegar hasta el pueblo, abandonamos el GR por una pista asfaltada a la izquierda y en la segunda curva cerrada por un camino que sale a su derecha. El camino sigue la dirección del barranco del Despeñadero hasta terminar en un campo de cultivo que bordeamos fácilmente por la izquierda hasta recuperar de nuevo las marcas del GR10. Calculamos que con esta variante habremos ahorrado algo más de 1 kilómetro.
Tranquilamente seguimos el camino hasta dar vista a Tortuero.
Aquí esperábamos almorzar en el bar el Molino pero el propietario nos dice que no nos puede preparar nada porque no tiene pan; el pan llega solo un día a la semana,los sábados, y hoy es viernes.
Como hay hambre al final nos comemos una lata de mejillones sobre patatas fritas de bolsa: una guarrindongada.
Nos comentan que hace 2 años se produjo un incendio en la zona por la que vamos a pasar a continuación. El camino está bien marcado pero aún así en un punto perdemos las señales y marchamos unos metros fuera de sendero. Pasamos por una zona donde la vegetación se ha recuperado rápidamente, se trata de unas praderas llenas de flores, pero un poco más adelante se encuentran pinos quemados, muchos los han talado sobre el sendero, lo que nos hace perder tiempo sorteandolos.
Al llegar a Alpedrete nos metemos en el bar para comer algo pero el chorizo de la olla que nos ponen es casi incomestible.
Cogemos agua de la fuente que hay en la plaza y tras un descanso retomamos el camino hasta el Pontón de la Oliva, aquí también hay un bar...pero solo abre sábados y domingos.
Ya en la Comunidad de Madrid sustituimos el track de Yolanda Hdez que hemos venido siguiendo estos días por el "oficial" de la federación madrileña de montaña: craso error.
Enseguida nos damos cuenta de que este track tiene algunas inexactitudes. Tampoco entendemos que siga durante kilómetros la aburridísima pista de servicio del Canal cuando hay varios senderos a su derecha que resultan mucho más llevaderos sin aumentar el desnivel ni la longitud de la etapa.
Tras una corta pero dura rampa alcanzamos Patones de Arriba, objetivo de la jornada.
Creemos que ha sido la etapa más larga desde que comenzamos el GR10.
Desde que entramos en Madrid las marcas brillan por su ausencia, el GPS se nos hace indispensable. Los próximos días comprobaremos la fiabilidad de los tracks de la federación madrileña de montaña. A día de hoy estamos preocupados.