GR-J1 - Etapa 4: Iznalloz* - Huelma
near El Frage, Andalucía (España)
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Trail photos
Itinerary description
Etapa larga pero sin gran complicación en el camino. Buen tránsito, poco tráfico, omnipresencia aceitúnica y primavera hipertrófica.
*Esta etapa sale de la Venta La Nava en El Frague porque cuando hice la GR-J1 era el lugar para alojarse más económico de la zona. Hasta Iznalloz es carretera llana.
Salimos de Iznalloz por la carretera GR-3104. Recomiendo *no* tomar el atajo en el kilómetro 8 de la etapa porque el camino desaparece y se pierde más en comodidad que lo que se gana en espacio/tiempo. Estas carreteras comarcales asfaltadas apenas tienen tráfico, son muy cómodas e invitan a admirar el paisaje y los alrededores.
En el kilómetro 10,7 entramos en un camino que se desarrolla entre amplias extensiones de campos de trigo verde, luego entre un bosquecillo y el trigo, y desde el km 13,6 a lo largo de puro campo primaveral, con la suerte de que el camino (marcado por las dos líneas de tierra yerma creadas otrora por neumáticos) aún se distingue. El trigo crece alto: se puede acariciar con las manos mientras se camina, imitando a Máximo Décimo Meridio en la película Gladiator. Del trigal al bosquecillo cruzan decenas de conejos a toda velocidad. El campo primaveral es un torbellino de cardos morados, margaritas blancas, amapolas rojas, dientes de león y jaramagos amarillos y otras flores y yerbas en plena ebullición vital. Apoteósico.
Pasamos brevemente por la carretera GR-3105 y volvemos a un camino entre olivos. Pero se pierde rápido y acabamos bajando como podemos hasta un barranco que hay cruzar. Caminantes: no hay camino. Así que mirad a vuestro alrededor antes de andar. Si seguís la dirección general del track acabaréis en otro camino entre olivos que os llevará a Píñar.
De Píñar se sale por el Sendero Fuente Pacastro, un camino de tierra que os hará transitar entre un arroyo y olivos durante algo más de 6 kilómetros. Y luego, del waypoint "Casoplón de campo" sale una carretera comarcal asfaltada que os llevará directos a Guadahortuna (en 8km). Por el camino me encuentro a un tipo recolectando ramos de una planta ubicua en el mediterráneo (¿retama?) con muchas flores chiquitillas amarillas muy olorosas. Me dice que son para decorar a San Isidro. "Qué chulo". Prosigo.
Llegamos a Guadahortuna y tomamos algo en el Calitos. Yo me pedí una "Palmera de Kinder", que supongo que está hecha con niños frescos guadahortuneños. Seguimos por el Camino El Espino. Al principio se va bien: camino de tierra y luego camino apreciable por surcos de neumáticos. Pero conforme avanzamos se ve peor el camino, hasta el punto de que se pierde. Por suerte, hace pocos días han desbrozado esta selva para que pueda intuirse por dónde iban los caminos antes del crecimiento primaveral explosivo, así que seguimos por los huecos desbrozados. Aunque no deja de ser incomodísimo: la vegetación crece hasta metro y medio y no vemos la tierra que pisamos: confiamos en no caer en un agujero que haya bajo la vegetación desbrozada.
Acabamos saliendo a un camino de tierra (como siempre). Desde aquí hasta Huelma todo serán laaaargos caminos de tierra entre campos de olivos o entre campos sin olivos. Excepto una bajada "a lo loco" (sin camino ni surcos de neumáticos ni guía espacial alguna, entre el trigo, por encima de tierra arada entre olivos, todo cuesta abajo) en el kilómetro 43,1 de la etapa, para ponerle ya la guinda al paseo.
Y al final, Huelma. Un municipio con las calles anchísimas. Etapa no apta para alérgicos al polen del olivo.
*Esta etapa sale de la Venta La Nava en El Frague porque cuando hice la GR-J1 era el lugar para alojarse más económico de la zona. Hasta Iznalloz es carretera llana.
Salimos de Iznalloz por la carretera GR-3104. Recomiendo *no* tomar el atajo en el kilómetro 8 de la etapa porque el camino desaparece y se pierde más en comodidad que lo que se gana en espacio/tiempo. Estas carreteras comarcales asfaltadas apenas tienen tráfico, son muy cómodas e invitan a admirar el paisaje y los alrededores.
En el kilómetro 10,7 entramos en un camino que se desarrolla entre amplias extensiones de campos de trigo verde, luego entre un bosquecillo y el trigo, y desde el km 13,6 a lo largo de puro campo primaveral, con la suerte de que el camino (marcado por las dos líneas de tierra yerma creadas otrora por neumáticos) aún se distingue. El trigo crece alto: se puede acariciar con las manos mientras se camina, imitando a Máximo Décimo Meridio en la película Gladiator. Del trigal al bosquecillo cruzan decenas de conejos a toda velocidad. El campo primaveral es un torbellino de cardos morados, margaritas blancas, amapolas rojas, dientes de león y jaramagos amarillos y otras flores y yerbas en plena ebullición vital. Apoteósico.
Pasamos brevemente por la carretera GR-3105 y volvemos a un camino entre olivos. Pero se pierde rápido y acabamos bajando como podemos hasta un barranco que hay cruzar. Caminantes: no hay camino. Así que mirad a vuestro alrededor antes de andar. Si seguís la dirección general del track acabaréis en otro camino entre olivos que os llevará a Píñar.
De Píñar se sale por el Sendero Fuente Pacastro, un camino de tierra que os hará transitar entre un arroyo y olivos durante algo más de 6 kilómetros. Y luego, del waypoint "Casoplón de campo" sale una carretera comarcal asfaltada que os llevará directos a Guadahortuna (en 8km). Por el camino me encuentro a un tipo recolectando ramos de una planta ubicua en el mediterráneo (¿retama?) con muchas flores chiquitillas amarillas muy olorosas. Me dice que son para decorar a San Isidro. "Qué chulo". Prosigo.
Llegamos a Guadahortuna y tomamos algo en el Calitos. Yo me pedí una "Palmera de Kinder", que supongo que está hecha con niños frescos guadahortuneños. Seguimos por el Camino El Espino. Al principio se va bien: camino de tierra y luego camino apreciable por surcos de neumáticos. Pero conforme avanzamos se ve peor el camino, hasta el punto de que se pierde. Por suerte, hace pocos días han desbrozado esta selva para que pueda intuirse por dónde iban los caminos antes del crecimiento primaveral explosivo, así que seguimos por los huecos desbrozados. Aunque no deja de ser incomodísimo: la vegetación crece hasta metro y medio y no vemos la tierra que pisamos: confiamos en no caer en un agujero que haya bajo la vegetación desbrozada.
Acabamos saliendo a un camino de tierra (como siempre). Desde aquí hasta Huelma todo serán laaaargos caminos de tierra entre campos de olivos o entre campos sin olivos. Excepto una bajada "a lo loco" (sin camino ni surcos de neumáticos ni guía espacial alguna, entre el trigo, por encima de tierra arada entre olivos, todo cuesta abajo) en el kilómetro 43,1 de la etapa, para ponerle ya la guinda al paseo.
Y al final, Huelma. Un municipio con las calles anchísimas. Etapa no apta para alérgicos al polen del olivo.
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